Los 'internautas' an¨®nimos tambi¨¦n siguen las normas, seg¨²n una tesis
Internet no s¨®lo estableci¨® un amplio tejido social inundado de conversaciones, debates e incluso relaciones sentimentales. Los investigadores tratan de averiguar si el comportamiento de los internautas est¨¢ influido por el hecho de que ¨¦stos se identifiquen o sean sujetos an¨®nimos en la red. El profesor de Psicolog¨ªa Social de la Comunicaci¨®n de la Universidad de M¨¢laga, F¨¦lix Moral, cree que la rubrica o no de la identidad no incide significativamente en la conducta de los sujetos cuando se relacionan a trav¨¦s de Internet.
Esta conclusi¨®n se extrae de su tesis doctoral, la primera de Espa?a en tratar aspectos psicol¨®gicos y sociales que rodean las relaciones en Internet. Antes de este estudio, dos l¨ªneas de investigaci¨®n ya indagaban sobre el tema. Las teor¨ªas tradicionales de la desindividuaci¨®n sostienen que el anonimato causa la p¨¦rdida de autonom¨ªa del individuo, que pierde el control, se comporta de forma antisocial y tiende a romper las normas del grupo.
Sin embargo, la investigaci¨®n de F¨¦lix Moral corrobora una perspectiva m¨¢s reciente, el denominado modelo SIDE (Reicher, Spears y Postmes, 1995) y que 'cada vez gana m¨¢s adeptos, seg¨²n los estudios recientes', explica el docente. Esta teor¨ªa admite que las personas que entran de forma an¨®nima en un grupo a trav¨¦s de Internet tienden a seguir las normas y a conservar sus estereotipos e identidad social, en vez de manifestar de forma general conductas desinhibidas y antisociales.
Preguntas en el 'chat'
El experimento del profesor Moral consisti¨® en establecer foros de debate mediante un sistema de preguntas y respuestas. El chat incluye a seis universitarios que defienden un mismo tema, en este caso la inmigraci¨®n norteafricana.
Sin embargo, s¨®lo uno de los seis estudiantes es real y por tanto objeto de an¨¢lisis. El individuo cree realmente que se conecta a Internet, aunque en realidad accede a un programa inform¨¢tico. Este soporte, dise?ado por F¨¦lix con la ayuda de su hermano, simula las intervenciones de los otros cinco componentes del foro e introduce autom¨¢ticamente las supuestas opiniones. La prueba, con una duraci¨®n de 30 a 40 minutos, la realizaron 51 alumnos de Ciencias de la Comunicaci¨®n, 26 lo hicieron bajo el anonimato y 25 con sus nombres por delante.
A medida que el debate avanza, el ordenador comienza a introducir opiniones cada vez m¨¢s radicales de dos de los supuestos participantes para determinar el grado influencia de estas opiniones sobre los sujetos experimentales de la prueba. El an¨¢lisis de los cuestionarios previos y posteriores a la prueba determina que la conducta de los participantes an¨®nimos no difiere de los que han sido identificados.
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