Un sugestivo viaje a China
Este libro se presenta como un 'raro' recuperado; como un libro semiolvidado que, sin embargo, ha obtenido elogiosos comentarios, por distintas razones, de William Burroughs, W. H. Auden o Edmund White. ?Los merece? Yo me atrever¨ªa a decir que s¨ª siempre que coloquemos el libro en su lugar, a saber: un libro de viajes convertido en un relato de adolescencia, pero no al rev¨¦s: no un relato de adolescencia convertido en un libro de viajes. Denton Welch (1915-1948) cuenta en este libro c¨®mo escap¨® de un internado, c¨®mo volvi¨® a ¨¦l y c¨®mo ambos actos no tuvieron la menor grandeza; y luego cuenta -es el grueso del libro- un viaje a China para encontrarse con su padre y otras gentes al t¨¦rmino del curso acad¨¦mico en el que se fug¨® y luego fue readmitido.
EL PRIMER VIAJE
Denton Welch Traducci¨®n de Cristina Garc¨ªa Celeste. Madrid, 2001 344 p¨¢ginas. 19,90 euros
Welch escribe su relato contando continua y nerviosamente actos, acciones, lo que sucede en cada momento elegido. Pasa de una acci¨®n a otra con toda desenvoltura, pero lo que cuenta son actos e incluso cuando instala en ellos comentarios -cortos, incisivos- lo hace al desgaire, como si tuviera tanta prisa por relatar los hechos que eludiese cualquier reflexi¨®n o comentario que no viniera ya previamente incluido en la acci¨®n misma. Entonces sucede que hay tal cantidad de 'acciones' que una parte no desde?able de ellas son irrelevantes o demasiado personales y de paso. Dar¨¦ dos ejemplos: 'Nos pusieron macarrones con queso para cenar y natillas de caramelo. Mi abuelo se bebi¨® dos vasos de clarete y mi t¨ªa prob¨® un sorbito. No me gustaba nada su vestido. Estaba hecho de una seda el¨¢stica azul y marr¨®n'. El segundo ejemplo contiene m¨¢s intenci¨®n: 'Nuestra anfitriona se levant¨® despu¨¦s de esto y empez¨® a cantar Parlez-moi d'amour'. Pero hac¨ªa tales gestos con la boca que todos nos sentimos inc¨®modos'.
Naturalmente, el libro no es s¨®lo esto pues, si no, no merecer¨ªa otro comentario que el de la hoja parroquial del lugar del que era natural el autor. Lo que estaba queriendo se?alar es que hay un exceso de costumbrismo y de actividad frente a una razonable escasez de invenci¨®n y reflexi¨®n. Ahora bien, el prologuista de esta edici¨®n, Luis Antonio de Villena, creo que acierta plenamente cuando dice que 'la rara y peculiar sensibilidad (entre inocente, irritable, delicada y alerta, art¨ªstica siempre) del adolescente Welch es, probablemente, lo m¨¢s atractivo de El primer viaje'. En efecto: el punto de intersecci¨®n entre la trivialidad y la mirada atenta, aguda y muy bien trasladada a menudo al texto es aqu¨¦l por el que aflora esa sensibilidad que es la mejor baza del libro, porque lo traspasa y personaliza de cabo a rabo, por encima de su anecdotario m¨¢s feble.
Hay una parte importante
del libro que es puro relato de viaje: es el que cubre la China y dentro de ¨¦l creo que se encuentran los mejores momentos en la historia de este refinado adolescente. De todo el viaje, a su vez, lo m¨¢s sugestivo es el viaje al interior de China, donde encontramos escenas tintadas por la presencia dram¨¢tica de la vida, como el encuentro con el borracho pelirrojo o la visita a la Sra. Abercrombie para ense?arle una jarra reci¨¦n adquirida, escena ¨¦sta digna de las mejores de intensidad 'a la inglesa' de un Forster o un Evelyn Waugh. El mismo amor por los objetos bellos y refinados es una de las bazas expresivas m¨¢s singulares de esa sensibilidad a la que se refer¨ªa Villena y cuya presencia en el texto marca la parte m¨¢s creativa, dram¨¢tica e incluso crom¨¢tica de este libro. Poco a poco, lo que promet¨ªa ser un simple libro de recuerdos va tomando la forma de un episodio de amplio vuelo en la vida de un adolescente de 16 a?os que pasa de un acto de rebeld¨ªa sin futuro a una posibilidad de expandir sus deseos y conocer un mundo social y culturalmente distinto al que se acerca atra¨ªdo por su belleza -el arte chino-, adem¨¢s de enfrentar las precariedades y necesidades de su propio estadio vital. ?ste es un libro que, sin alcanzar a ninguno de las grandes creaciones sobre la adolescencia, sin duda reclamar¨¢ la atenci¨®n de muchos lectores.
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