Todo poder es conservador

Los frances¨®logos o gal¨®logos -cacofon¨ªas son para evitar 'franc¨®logos', por evitar confusiones con el viejo asesino- creen que las elecciones presidenciales las va a volver a ganar la derecha, Chirac, en segunda vuelta. Entre los numerosos candidatos a la presidencia, incluido Le Pen, la izquierda (posmoderna, pero significativa) de Jospin puede obtener una mayor¨ªa importante, pero no suficiente; quedar¨¢n Chirac y ¨¦l para una segunda vuelta, en la que ganar¨¢ la derecha. Los elise¨®logos (otro disparate) creen que Francia prefiere un presidente de derechas. Hace much¨ªsimo tiempo que los elige y, si vienen de la izquierda, en el El¨ªseo se hacen conservadores, siguiendo el axioma -creo que s¨®lo yo lo mantengo- de que todo poder es conservador. Me acuerdo de Mitterrand, y de su elecci¨®n: pas¨¦ la noche entusiasta en la brasserie de Lipp, donde ¨¦l era cliente, y los camareros estaban piripis y se beb¨ªan el vino que quedaba en las mesas. Par¨ªs era una fiesta, como dir¨ªa Hemingway -la veo siempre como una bella y l¨®brega ciudad-.

Lo record¨¦ luego en la noche ardiente de Felipe Gonz¨¢lez, con Madrid a gritos, canciones y bocinazos -Madrid no es l¨®brega, pero fe¨²cha; ?lvarez del Manzano la hace antip¨¢tica, desgarbada, a pesar de lo relimpio que es ¨¦l-. No comparo: siempre preferir¨¦ a Gonz¨¢lez que al dudoso y fresco Mitterrand: aquel gerente de un socialismo caduco que ¨¦l levant¨® se volvi¨® majestuoso; y Felipe Gonz¨¢lez, tambi¨¦n. Hay una tendencia de presidentes dem¨®cratas en adoptar majestad, incluso aunque haya rey en el pa¨ªs: el nuestro hace esfuerzos para quitarse la majestad. Y es que no tiene poder. Repito que el poder hace majestuoso y conservador a un tipo. Aznar est¨¢ siempre demostrando que la monarqu¨ªa es ¨¦l (aunque quiz¨¢ no se d¨¦ cuenta). Mitterrand se pas¨® y hasta a los franceses les molest¨®, con lo mon¨¢rquicos que son desde el regicidio del Capeto y de la tonta y fr¨ªvola Mar¨ªa Antonieta. En Francia, Jospin, jefe de Gobierno, representa la izquierda en la cohabitaci¨®n con el presidente, por contraste con Chirac. Muchos conf¨ªan en que la izquierda gane: es un poco ingenuo, hoy, creer que la izquierda puede ganar algo en el sistema occidental: y si gana se vuelve de derechas.