De buena nos hemos librado
Hace dos meses, en estas mismas p¨¢ginas, se?alaba que ser¨ªa un verdadero milagro que el estallido de dos de las burbujas, inversora y burs¨¢til, m¨¢s grandes de la historia americana, con sus secuelas de elevado endeudamiento de las familias y de las empresas, se saldara con una recesi¨®n muy corta y suave y una r¨¢pida recuperaci¨®n. Pues bien, el milagro ha tenido lugar. El PIB de EE UU en el cuarto trimestre de 2001 ha crecido, en tasa inter-trimestral anualizada, un 1,7%, tras una ca¨ªda del -1,3% en el tercer trimestre y un aumento del 0,3% en el segundo. Adem¨¢s, con los indicadores actuales, todos ellos positivos, el consenso de los principales analistas internacionales apunta ya a un crecimiento del PIB del 1,7% en 2002 y del 3,6% en 2003.
?C¨®mo ha sido esto posible? En primer lugar, porque el consumo ha mostrado una fortaleza mayor que en todas las recesiones anteriores, creciendo un 6% en el cuarto trimestre de 2001, cuando todos cre¨ªamos que iba, finalmente, a ceder. Esta fortaleza se ha debido, en parte, a la temprana y visionaria, o m¨¢s bien afortunada, bajada de impuestos del Gobierno americano y a la r¨¢pida y agresiva reducci¨®n de tipos de inter¨¦s del Consejo de la Reserva Federal, y, en parte, a la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo. En segundo lugar, por la r¨¢pida capacidad de reacci¨®n de las empresas americanas para prever la evoluci¨®n de los mercados y llevar a cabo una fuerte reducci¨®n de costes y una agresiva liquidaci¨®n de inventarios, con fuertes rebajas de precios o con financiaciones con tipos de inter¨¦s cero. En tercer lugar, por haber evitado, con dichas agresivas bajadas de tipos, que se diese tambi¨¦n un colapso del mercado inmobiliario, como ocurri¨® en Jap¨®n en 1991.
A pesar de todo, los empresarios e inversores americanos no acaban de cre¨¦rselo del todo y se muestran remisos a reiniciar el proceso de inversi¨®n para aumentar la capacidad instalada, tras la liquidaci¨®n de inventarios, y algunos economistas piensan que antes o despu¨¦s se va dar una reca¨ªda en la recuperaci¨®n, al no haberse corregido todav¨ªa los fuertes desequilibrios de bajo nivel de ahorro y elevado endeudamiento del sector privado.
La recuperaci¨®n de la eurozona se est¨¢ dando, al menos, con un trimestre de retraso sobre la de EE UU y su consolidaci¨®n va a depender de c¨®mo evolucione la americana. En el cuarto trimestre de2001, el crecimiento inter-trimestral anualizado de la eurozona cay¨® un 0,7% frente al aumento del 1,7% de EE UU, sin embargo, se espera que sea positivo en el primer trimestre de 2002 superando el 1%, por el r¨¢pido crecimiento de la econom¨ªa norteamericana y por el cambio en su ciclo de existencias, ya que la recuperaci¨®n europea va ser liderada por el sector exterior y no por la demanda interna, como en EE UU. La debilidad del euro y las mejores perspectivas de crecimiento del comercio mundial van a ayudar a dicha recuperaci¨®n en los pr¨®ximos meses. Mientras tanto, el consumo privado va a seguir lastrado por el deterioro del mercado laboral y la inversi¨®n, que lleva cayendo en los ¨²ltimos cinco trimestres, no ha mostrado, todav¨ªa, indicios claros de recuperaci¨®n.
El indicador m¨¢s favorable es el de la producci¨®n industrial que, tras caer hasta noviembre ha tocado fondo en diciembre y ha empezado a crecer en este primer trimestre. Es decir, la recuperaci¨®n europea tiene visos de ir retrasada y de ser menos vigorosa que la americana. Aun as¨ª, el consenso actual de los analistas prev¨¦ un crecimiento del 1,2% en 2002 y del 2,8% en el 2003, tasa m¨¢s cercana al crecimiento potencial europeo. De ser as¨ª, continuar¨¢ la sincronizaci¨®n del ciclo tambi¨¦n en la etapa de recuperaci¨®n.
Guillermo de la Dehesa es presidente del CEPR, Centre for Economic Policy Research.
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