El secreto de las puertas
Los 'narcos' brit¨¢nicos exhiben su habilidad con una partida de hach¨ªs disimulada en puertas
Un alijo de 1.200 kilogramos de hach¨ªs en la Costa del Sol pasar¨ªa inadvertido de no ser por el curioso modo utilizado por los narcotraficantes para su transporte y para burlar el cerco policial. Agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa detuvieron la pasada semana en M¨¢laga a seis personas que transportaban pastillas de esta droga procedente de Marruecos. El hach¨ªs era ocultado en marcos de puertas fabricados por los propios narcos. El destino era la venta en el Reino Unido.
Los responsables de esta idea son cuatro brit¨¢nicos y dos espa?oles que operaban en la zona desde hace aproximadamente un a?o. Hab¨ªan acumulado varias naves y almacenes en la Costa del Sol en los que realizaban las puertas de modo que cada una de ellas encubr¨ªa m¨¢s de medio centenar de pastillas de 250 gramos cada una.
Latas de tomate, cerveza...
Este nuevo uso de un mobiliario tan com¨²n como es la puerta otorga a los brit¨¢nicos el dudoso honor de ser los m¨¢s ingeniosos a la hora de distraer la droga. Los agentes de la Comisar¨ªa Provincial de M¨¢laga recuerdan otras operaciones en las que los brit¨¢nicos usaban latas de conservas -tomate, por ejemplo- de tres o cinco kilogramos a las que quitaban una parte del contenido que era sustituido por hach¨ªs envasado al vac¨ªo. Lo mismo hac¨ªan con latas de cerveza. Otro escondite predilecto que usan los clanes del hach¨ªs es el pescado congelado, todo un cl¨¢sico.
Los narcotraficantes, en su af¨¢n por rizar el rizo, incluso han sido capaces de esconder varios gramos de coca¨ªna en algo tan fino como una tarjeta postal. La polic¨ªa detect¨® el dispositivo pero no pudo actuar al considerarse una cantidad m¨ªnima dentro de la recurrente defensa del consumo propio.
En la tarea del tr¨¢fico de hach¨ªs tambi¨¦n operan los franceses, los holandeses, los italianos o los n¨®rdicos. Los holandeses, al igual que los brit¨¢nicos, suelen conducir la droga desde las costas espa?olas en camiones de gran tonelaje. Los holandeses, n¨®rdicos y franceses tambi¨¦n acuden al barco para el transporte desde aguas marroqu¨ªes o espa?olas.
Pero los franceses optan ahora por un m¨¦todo menos voluminoso. Roban coches de alta gama con los que traman la t¨¢ctica del hormigueo. A saber, uno de estos veh¨ªculos cargado de hach¨ªs es escoltado delante y detr¨¢s por sendos veh¨ªculos de lujo con los que en s¨®lo seis horas pueden plantarse en la frontera francesa desde el sur de Espa?a. La cantidad es menor, pero estas peque?as partidas tienen el aval de la discreci¨®n, la rapidez y la noche. Sin embargo, los m¨¢s organizados son los marroqu¨ªes, seg¨²n fuentes policiales.
Antes de que la droga sea enviada a Europa debe llegar a costas espa?olas. Las organizaciones aqu¨ª instaladas est¨¢n en contacto con el pa¨ªs norteafricano que se encarga de poner el hach¨ªs en la playa. Ya en la orilla, lo natural es que los narcotraficantes contraten a lugare?os a los que pagan unos 1.800 euros por cada fardo de 30 kilogramos.
No obstante, la cl¨¢sica imagen nocturna de hombres corriendo por la playa con las dos manos ocupadas por fardos est¨¢ cambiando. Ahora, estos paquetes perfectamente embalados para evitar que el agua deteriore la mercanc¨ªa, vienen acomodados para llevarlos como si fueran mochilas.
Las principales puertas del hach¨ªs en Espa?a son C¨¢diz y M¨¢laga. Sin embargo, el blindaje del Estrecho de Gibraltar y toda la zona costera del sur para controlar la inmigraci¨®n esta derivando la entrada de la droga a Levante.
Soplos y ojos
'Los primeros indicios nos llegan por muy diversos canales: el soplo de informantes, la colaboraci¨®n continua con los compa?eros de toda Europa o investigaciones previas en las que quedan cabos sueltos y nombres que llevan a otros nombres'. Pero otra de las armas a la que apelan en la lucha contra el narcotr¨¢fico es la de los propios ojos: 'Mantenerlos abiertos significa poder detectar delincuentes a simple vista del mismo modo que usted huele la noticia', comenta un agente.
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