Prolongada otro d¨ªa la huelga general contra Ch¨¢vez que no logra paralizar Venezuela

El Gobierno de Hugo Ch¨¢vez intent¨® por todos los medios hacer fracasar el paro general de 24 horas que fue convocado ayer por la Confederaci¨®n de Trabajadores de Venezuela (CTV) y que, en opini¨®n de su secretario general, Manuel Cova, tuvo una participaci¨®n promedio del 80%, mientras que para los observadores no pas¨® del 60% de paralizaci¨®n de las actividades. En cualquier caso, la protesta no fue seguida por los sectores b¨¢sicos de la econom¨ªa. Anoche, la CTV decidi¨® ampliar la huelga general otras 24 horas y amenaz¨® al Gobierno con la paralizaci¨®n indefinida del pa¨ªs.

El presidente de la CTV, Carlos Ortega, dijo que la huelga se prolonga en represalia por la violencia y la presi¨®n utilizada por el Gobierno para frenar la protesta. Ortega exigi¨® a Ch¨¢vez el cumplimiento de las demandas de los trabajadores para volver a la actividad. Aunque los dirigentes sindicales y los empresariales se cuidaron de no hablar abiertamente de los objetivos pol¨ªticos del paro, sino de los problemas laborales, fue el Gobierno el que declar¨® que el trasfondo de la huelga, la segunda en cinco meses contra Ch¨¢vez, era pol¨ªtico.

El ministro de la Defensa, Jos¨¦ Vicente Rangel, dijo que el paro era "politiquero" y calific¨® de "bastarda" a la patronal Fedec¨¢maras porque respond¨ªa s¨®lo a los intereses de las grandes empresas, mientras que el ministro de Educaci¨®n y Cultura, Arist¨®bulo Isturiz, dijo que "no hay raz¨®n para el paro". "Es pol¨ªtico y busca derrocar al Gobierno de Ch¨¢vez", agreg¨®.

El Gobierno utiliz¨® todo el poder que tiene concentrado en sus manos desde hace tres a?os y dos meses para desbaratar un paro nacional que fue organizado en apenas dos d¨ªas por la CTV, secundada por Fedec¨¢maras, la patronal de los empresarios. Los medios utilizados fueron desde amenazas de despido y agresiones, hasta el derroche de recursos p¨²blicos para enfriar la convocatoria como la promesa de aumentar los sueldos a los funcionarios, la contrataci¨®n de autobuses para llenar las calles de simpatizantes chavistas, conocidos como los c¨ªrculos bolivarianos,que a ¨²ltima hora de la tarde protagonizaron diversos enfrentamientos violentos.

Despu¨¦s de despedir a una veintena de gerentes de la estatal Petr¨®leos de Venezuela por propiciar el conflicto laboral y descalificarlos con el argumento de ganar presuntamente una bonificaci¨®n anual de 80.000 euros, Ch¨¢vez afirm¨®: "Todo el que llame a huelga est¨¢ despedido". Su amenaza fue cumplida a pie juntillas por los ministros y directores de la Administraci¨®n. Los 1,3 millones de empleados p¨²blicos fueron obligados a ir a trabajar. Les pasaron lista de asistencia.

La industria petrolera, que proporciona la mitad de los ingresos del presupuesto nacional, funcion¨® normalmente, seg¨²n portavoces de su directiva y de sus sindicatos. Otros servicios b¨¢sicos, como los transportes, funcionaron aunque con un n¨²mero menor de usuarios.

Ortega consider¨® normal las cifras entre 80% y 60% de un paro tomando en cuenta la premura con que se convoc¨® y denunci¨® la intimidaci¨®n. "Tenemos informaci¨®n de que el Gobierno est¨¢ preparando expedientes para detener a los sindicalistas y petroleros", se?al¨®. Ortega neg¨® que sean "subversivos y terroristas" como los ha calificado el Gobierno. "?ste es un paro c¨ªvico".

Ch¨¢vez declar¨® en Caracas: "El paro ha fracasado. Todo est¨¢ normal. El pa¨ªs no est¨¢ paralizado. Funcionan el metro de Caracas, los autobuses y taxis. ?ste es un Gobierno s¨®lido, democr¨¢tico e institucional".