'Ha habido temor a enfrentarse a Gil'
Pedro Rodr¨ªguez preside la Asociaci¨®n de Empresarios y Profesionales de Marbella y el Centro de Iniciativas Tur¨ªsticas desde hace dos a?os y medio. Trabaj¨® en Nueva York, en el sector tur¨ªstico, durante 20 a?os. Ahora lleva una d¨¦cada ejerciendo de promotor inmobiliario en Marbella.
Pregunta. Usted plantea un cambio radical en Marbella...
Respuesta. La Justicia ha condenado al hasta ahora alcalde a 28 a?os de inhabilitaci¨®n. Contradice la sentencia que alguien quiera obstinarse en continuar cuando la Ley le inhabilita para todo cargo p¨²blico. Es el momento para que, con valent¨ªa y por ¨¦tica, acepte lo que la Justicia ha determinado, y que Marbella inicie una nueva ¨¦poca. La ¨¦poca de Gil ha terminado y debe iniciarse otra nueva desligada por completo de su tutela. Ser¨ªa muy beneficioso para la ciudad.
'Se siente la necesidad de liberarse; se ha perseguido a quienes se han opuesto al GIL'
P. Entonces, ?est¨¢ en contra de que se cree este consejo de notables que ha anunciado Gil?
R. Creo que Jes¨²s Gil hoy en la ciudad no puede conseguir un consejo de notables que le siga. Pienso que es una ilusi¨®n.
P. Y el Grupo Independiente Liberal (GIL), ?debe desaparecer como partido?
R. El GIL es un partido sin ideolog¨ªa, con una forma de hacer pol¨ªtica que ha quedado inhabilitada por la sentencia del Tribunal Supremo. Han inhabilitado al personaje y a la f¨®rmula.
P. ?Qu¨¦ piensan los empresarios?
R. La inmensa mayor¨ªa piensa lo mismo que estoy expresando: que la ciudad necesita un cambio. Se siente como la necesidad de liberarse. Hemos tenido que aguantar un gobierno municipal que ha ido mucho m¨¢s all¨¢ de lo que en democracia se puede permitir. Ha habido persecuci¨®n de quienes se han opuesto o han tenido ideas distintas a las del grupo GIL. Y eso creo que hoy en Europa, en Espa?a, es absolutamente inadmisible.
P. Pero, ?los empresarios qu¨¦ han hecho, contemporizar?
R. Sin duda. Los empresarios, incluso los que no estaban de acuerdo, han tenido sencillamente que callarse m¨¢s por miedo que por discreci¨®n. Tambi¨¦n ha habido gente que le ha interesado colaborar y sin duda se han beneficiado.
P. Usted mismo ha hecho convenios con Gil.
R. Los convenios pueden ser legales, si no contravienen los planes urban¨ªsticos. Y ha habido cientos de convenios, por eso digo que Gil tiene que ser o un mal administrador o ha habido cosas raras.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ usted insinuando?
R. Mucha gente habla de irregularidades que son dif¨ªciles de demostrar.
P. Usted es muy cr¨ªtico, pero el GIL sigue teniendo una mayor¨ªa en el Ayuntamiento, con 15 de los 25 concejales.
R. Si est¨¢ inhabilitado, lo que est¨¢ claro es que no debe controlar o dirigir una administraci¨®n, ya sea como alcalde o como presidente de un partido pol¨ªtico.
P. Tambi¨¦n habr¨¢ hecho cosas bien.
R. No me gustar¨ªa ser injusto. Gil present¨® una imagen de Marbella en la que prevalec¨ªa la seguridad, la limpieza y se realizaron una serie de obras que son visibles. Eso, todos lo hemos apreciado. Pero, ?es suficiente?
P. Y ?cu¨¢l es su respuesta?
R. Si se hubiesen administrado adecuadamente los intereses de esta ciudad, teniendo en cuenta que ten¨ªa - y tiene- un patrimonio extraordinario, y se han adjudicado entre 12.000 y 15.000 licencias de promedio anual en los ¨²ltimos cinco a?os, y se ha firmado una extraordinaria cantidad de convenios en n¨²mero e importancia... Si le a?adimos que el 50% del presupuesto municipal se obtiene de impuestos directos, creo que esta ciudad deber¨ªa tener un enorme super¨¢vit. Me sorprende cuando oigo mencionar que la ciudad est¨¢ endeudada en 60.000 ¨® 120.000 millones de pesetas. Eso significar¨ªa que cada padre de familia, si tuvi¨¦ramos que pagar la deuda entre todos, tendr¨ªa que pagar varios millones de pesetas. Eso la gente no lo sabe o no le llega.
P. ?Y usted cu¨¢ndo hizo su camino de Damasco y se dio cuenta de que Gil ya no le gustaba?
R. Hace varios a?os, en la presentaci¨®n de unos premios de comunicaci¨®n dije que Marbella hab¨ªa tenido dos grandes amores. Uno era Jos¨¦ Ban¨²s y sus huellas est¨¢n ah¨ª: Puerto Ban¨²s, Nueva Andaluc¨ªa, los campos de golf. El segundo era Alfonso de Hohenlohe, que la ha promocionado como la ciudad m¨¢s bella del mundo. Y la gente me pregunt¨®, ?y Gil? Y yo contest¨¦ que Gil era el administrador general de sus bienes y que cuando terminase su mandato y presentase el balance de sus cuentas, analizar¨ªamos qu¨¦ ten¨ªamos que reconocerle.
P. Y ?qu¨¦ balance hace ahora?
R. Para m¨ª el balance es extraordinariamente negativo, porque ha dividido a la ciudad. Porque el ambiente es crispado, tenso, y lo ha sido durante a?os. Ha habido mucha gente que ha tenido temor y aunque menos, todav¨ªa hay gente que no habla con claridad. Me toca hablar en nombre de mi asociaci¨®n y digo lo que siento, pero reflejo el sentir de la inmensa mayor¨ªa de la gente.
P. Usted dice que desea que Gil desaparezca de la vida p¨²blica. Pero, ¨¦l sigue teniendo muchos partidarios.
R. Yo lo que espero es que act¨²e la Justicia. Ha habido temor a enfrentarse a Gil. La gente ha tenido p¨¢nico a enfrentarse a Gil porque con acritud y casi furia se ha enfrentado al presidente del Gobierno, al presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, a los fiscales Anticorrupci¨®n. Ahora, la ciudad necesita un cambio. Porque la administraci¨®n municipal ya no es respetada y la administraci¨®n tiene que ser respetada y tiene que ser respetable.
P. ?Qu¨¦ tarea tiene ante s¨ª el pr¨®ximo gobernante?
R. Una ciudad no puede crecer por impulsos, por intereses de dudosa identidad. Una ciudad como Marbella necesita urgentemente un plan estrat¨¦gico de desarrollo, realizado por expertos que analicen d¨®nde est¨¢ esta ciudad y d¨®nde debe estar dentro de 20 a?os. Esto es vital y no lo puede realizar este ciudadano [Gil] en este momento. Tenemos que recuperar el prestigio perdido, nacional e internacionalmente, en las instituciones. No podemos estar pele¨¢ndonos con todo el mundo por la causa que s¨®lo a un se?or se le antoja.
P. ?Qu¨¦ debe pasar, entonces, con el plan general de ordenaci¨®n urbana?
R. Hay que acatar las instrucciones de la Comisi¨®n Provincial de Urbanismo. Por qu¨¦ obstinarse en recalificar zonas que tienen restricciones. Hay que reconocer que hay una autoridad que tiene la ¨²ltima palabra. Pero Gil no acata ni el fallo del Tribunal Supremo, ni las normas urban¨ªsticas.
P. Esta era una ciudad residencial a la que se han a?adido muchos bloques, de turistas estacionales que vienen un mes al a?o...
R. Le ha afectado sustancialmente, se ha masificado. Ahora hay que dotarla de las necesarias infraestructuras viarias. El acceso a Puerto Ban¨²s, el soterramiento de San Pedro... Se han hecho obras muy buenas y muy visibles, pero hay que resolver el tema del saneamiento de la ciudad. Eso, que es costoso, est¨¢ enterrado y no se ve, no se ha gestionado como deb¨ªa.
P. Y la aparici¨®n masiva de bloques, ?c¨®mo afecta a la imagen de la ciudad?
R. Afecta a la consolidaci¨®n de una ciudad que por su belleza natural y por la implantaci¨®n de empresas deber¨ªa tender al segmento m¨¢s alto del turismo internacional. Y eso tiene necesariamente que pasar con ser m¨¢s rigurosos con la calidad en lo que se hace. No podemos convertir esto en una ciudad dormitorio, con miles de apartamentos vac¨ªos. Y la calidad en estos a?os ha dejado algo que desear, aunque se han hecho cosas buenas.
P. Usted que es un promotor de viviendas, ?cree que se han invadido en exceso las zonas verdes con las recalificaciones?
R. La Ley exige tres condiciones cuando se recalifica una zona verde. Se debe compensar con otra, de igual superficie por lo menos; ese cambio debe ser de inter¨¦s p¨²blico y que no debe da?ar a terceros. En la pr¨¢ctica se han dado casos inaceptables, que han producido innumerables denuncias. Y habr¨ªa que preguntarse, ?a qui¨¦n benefician esos cambios? ?Por qu¨¦ esa especie de obstinaci¨®n para realizar ese tipo de recalificaci¨®n que puede da?ar a terceros y que no son necesariamente de inter¨¦s p¨²blico?
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