Garz¨®n y la paz
Vivo distante de las corrientes patrias: la petici¨®n de que el juez Garz¨®n sea premio Nobel de la Paz me sorprendi¨®, y siempre hay un rato de perplejidad en estos casos, y los argumentos se contradicen. Lo primero es que me produce malestar que sea juez: es una profesi¨®n de clase, militante y a veces militar, obedece unas leyes inmisericordes muchas veces para las pobres gentes: cu¨¢ntos miles hay en la c¨¢rcel por pobres, cu¨¢ntos libres por ricos. Segunda impresi¨®n: miro la lista de los Nobel de la Paz y encuentro que Garz¨®n est¨¢ m¨¢s valioso, moralmente, que muchos de sus ganadores. De Kissinger, digamos, asesino del Vietnam, creador del golpe de Chile. De Sim¨®n Peres, ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno del genocidio en Palestina: o de Arafat.
Dudo de Gorbachov, dudo de Arafat, dudo de muchos. Hasta de la Madre Teresa y de Albert Schweitzer por la forma en que llevaron la caridad y la supuesta beneficencia a las colonias donde primero se creaban los enfermos y los pobres y luego las intenciones de curarlos y de catequizarlos. Garz¨®n no me parece mal dentro de lo relativo. No ha conseguido nada de lo que se propuso, pero se lo propuso: ni la pacificaci¨®n con ETA desde el Gobierno socialista ni su destrucci¨®n desde su juzgado; ni la desaparici¨®n de la droga ni la encarcelaci¨®n de los grandes traficantes, aunque s¨ª una carest¨ªa y un encarecimiento del mercado que produce que unas veces el producto llegue adulterado y otras demasiado puro, lo cual produce m¨¢s v¨ªctimas; y el encierro de los peque?¨ªsimos traficantes.
Supongo que el tema que puede hacerle internacional es su persecuci¨®n a Pinochet y a otros criminales de las dictaduras: ah¨ª est¨¢n todos en libertad y con sus creciditos hijos arrancados casi del vientre de las madres que torturaron y mataron. Pero siempre es mejor un hombre que dedica su vida a la lucha contra los criminales pol¨ªticos y los traficantes de droga que el que los deja pasar; siempre es mejor el que cree que su oficio ha de servir para mejorar la paz que los que deliberadamente se dedican a destruirla. Su art¨ªculo de ayer (este peri¨®dico), analizando las posibilidades y lo irreal de la Corte Penal Internacional, indicaba un hombre claro y digno. Ah, me impresion¨® m¨¢s, unas p¨¢ginas despu¨¦s, ver a S¨¢bato llorando por la destrucci¨®n del mundo, que ve pr¨®xima. Tampoco ser¨ªa tan grave. Y el mundo entero desaparece para cada persona que muere.
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