'La UE teme establecer la 'tasa Tobin'

ECONOM?A

Eric Toussaint (B¨¦lgica, 1954) preside el Comit¨¦ por la Anulaci¨®n de la Deuda del Tercer Mundo. Hace unos d¨ªas present¨® en la Casa de Am¨¦rica en Madrid su libro La Bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos (Gakoa), como parte de la campa?a del movimiento antiglobalizaci¨®n.

Da la cara por la abolici¨®n de la deuda externa, en la que una organizaci¨®n como ATTAC (a la que Toussaint pertenece) recoge firmas a favor de una eurozona Tobin (reivindicaci¨®n de una tasa sobre los movimientos financieros que sufrague fondos para cooperaci¨®n), y la Red Ciudadana por la Abolici¨®n de la Deuda Externa (RCADE) conmemora el segundo aniversario de la consulta social que recogi¨® un mill¨®n de votos por la condonaci¨®n de la deuda.

'El dogma neoliberal se basa en que es necesario desregularizar todo; es decir, abolir la posibilidad de imponer cualquier tasa'

'Con s¨®lo gravar un 0,1% todo movimiento especulativo de capital, podr¨ªan obtenerse 100.000 millones de d¨®lares'

Pregunta. ?Cu¨¢nto deben los pa¨ªses endeudados?

Respuesta. En 2000 deb¨ªan 480.000 millones de d¨®lares, ocho veces m¨¢s que en 1980. S¨®lo en intereses pagan 315.000 millones. Y mientras reciben como ayuda oficial del Norte 40.000 millones; es decir, 10.000 millones menos que las remesas que les aportan los inmigrantes que trabajan entre nosotros.

P. ?Los atentados terroristas del 11 de septiembre alivian o empeoran esa situaci¨®n?

R. A Pakist¨¢n, como aliado estrat¨¦gico contra Afganist¨¢n, se le condona un 30%. Cuando la guerra del Golfo, a Egipto se le condon¨® el 40% por el mismo motivo. Pero hay una consecuencia perversa: la presunta generosidad del Norte repercute en que ese 30% condonado se equilibra con un mayor esfuerzo para los dem¨¢s endeudados.

P. El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, acaba de pedir que la ayuda internacional se duplique. ?Cree usted que el BM o el Fondo Monetario Internacional pueden aliviar la deuda?

R. No creo en la reforma de esas instituciones. En ellas la democracia no es aplicable, porque los pa¨ªses ricos se han otorgado en su seno fort¨ªsimas cuotas de poder: Estados Unidos posee el 17% de los votos, y hace falta el 85% para cualquier decisi¨®n. Wolfsensohn es un funcionario que responde al inter¨¦s de la instituci¨®n de volver a un cierto nivel de legitimidad. El problema es que los Estados, empezando por EE UU, no quieren hacer ning¨²n esfuerzo multilateral, sino potenciar para sus propios intereses las relaciones bilaterales.

P. ?En qu¨¦ punto est¨¢n las iniciativas internacionales de condonaci¨®n?

R. El G-7 decidi¨® en 1994 aliviar el 67% de la deuda de los pa¨ªses m¨¢s pobres, y en 1996 habl¨® ya de un 90%. Ha habido algunos pa¨ªses, como Uganda, que forman parte de un proyecto de Estados Unidos y Reino Unido para ?frica central, a los que se les ha perdonado parte de la deuda. Pero realmente esas iniciativas de condonaci¨®n no se han concretado. Incluso Ruanda, tambi¨¦n aliado, sufre ahora un chantaje sobre el que tenemos documentos: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional exigen que Ruanda, si quiere dinero, silencie el hecho de que esas instituciones fueron c¨®mplices en el desv¨ªo de fondos para compra de armas que culmin¨® en el genocidio de 1994. Hay responsables de esas instituciones que deber¨ªan ser juzgados.

P. Argentina siempre fue buen alumno del Fondo Monetario Internacional y del Banco M undial. ?Qu¨¦ ha fallado?

R. Le ha pasado como a los tigres asi¨¢ticos: hab¨ªan llegado a competir con las multinacionales del Norte; Argentina produce en los a?os cincuenta motores de aviaci¨®n y otra tecnolog¨ªa avanzada. Pero desde la instauraci¨®n de la dictadura militar aplica fielmente las directrices de Fondo Montario Internacional y del Banco Mundial. Tan fielmente, que hoy apenas queda nada que privatizar en el pa¨ªs: todo fue ya privatizado. Argentina es un ejemplo mod¨¦lico de que el ajuste estructural exigido por esas instituciones ha sido concebido por los pa¨ªses acreedores a favor de sus intereses.

P. ?La tasa Tobin es o no ut¨®pica?

R. T¨¦cnicamente es aplicable. B¨¦lgica y Francia han creado comisiones parlamentarias para estudiarla. Con s¨®lo gravar con un 0,1% todo movimiento especulativo de capital, podr¨ªan obtenerse 100.000 millones de d¨®lares, es decir, m¨¢s del doble de la ayuda oficial actual, que podr¨ªa dedicarse al desarrollo del Sur. La Uni¨®n Europea podr¨ªa aplicar perfectamente esa tasa en sus transacciones con el d¨®lar y el yen. Los pol¨ªticos saben que imponer una tasa a esas transacciones redundar¨ªa en m¨¢s estabilidad monetaria: pero temen establecer un precedente. El dogma neoliberal se basa en que es necesario desregularizar todo, es decir, abolir la posibilidad de imponer cualquier tasa. Nosotros creemos, por el contrario, que, aparte de condonar la deuda, es imprescindible lograr que los ricos en los pa¨ªses pobres paguen impuestos.

P. ?Espera algo de la cumbre de Monterrey sobre Finanzas para el Desarrollo?

R. Honradamente, no. Servir¨¢ para que quienes a¨²n piensan que las cumbres pueden acercarse a soluciones reformistas vean que no es as¨ª. Para el movimiento antiglobalizaci¨®n ser¨¢ un desaf¨ªo para aumentar la capacidad de convocatoria, pese a que, tras G¨¦nova y el 11 de septiembre, el poder nos dio por anestesiados; ya se ha visto Porto Alegre. El problema para el movimiento es conseguir incidir en las pol¨ªticas. Pero tenemos la convicci¨®n de que, si acabas con esa hemorragia de transferencias del Sur al Norte, es posible financiar el desarrollo del Sur.