?lvarez Arrojo se monta en Auto Res
El empresario asturiano crea con esta operaci¨®n el segundo grupo de transporte de viajeros
El transporte de viajeros por carretera, en el que predomina el minifundismo y la estructura familiar de las 5.000 compa?¨ªas que operan en el mismo, vivi¨® la semana pasada, con la fusi¨®n de Auto Res y el grupo controlado por Juan Gonzalo ?lvarez Arrojo, un nuevo paso en el incipiente proceso de concentraci¨®n ante el reto de la liberalizaci¨®n del negocio de los autocares en la pr¨®xima d¨¦cada.
El nuevo grupo de transporte de viajeros por carretera, s¨®lo superado por el tambi¨¦n asturiano Alsa, aspira a operar en el sector del ferrocarril
La fusi¨®n de la compa?¨ªa extreme?a Auto Res, propiedad de la familia Moratiel, y del grupo Arrojo ha hecho posible el nacimiento del segundo operador espa?ol, por detr¨¢s del l¨ªder, el grupo asturiano Alsa -controlado por la familia Cosmen- y en pie de igualdad con Continental Auto, propiedad desde 1999 de la constructora ACS, que preside Florentino P¨¦rez.
Pero, al tiempo, la unificaci¨®n de la compa?¨ªa extreme?a, especializada en largos recorridos, con las sociedades de transporte urbano dominadas por ?lvarez Arrojo y sus socios -controla Vitrasa, de Vigo; Tuzsa, de Zaragoza, y Juan Alcaraz, de Benidorm, adem¨¢s de la empresa de servicios discrecionales Mai Tours, de Madrid, y la compa?¨ªa interurbana Autos Sama, en Asturias-, ha concedido a este operador asturiano una repentina notoriedad p¨²blica que hab¨ªa logrado eludir al cabo de 46 a?os de actividad empresarial, volcada de manera muy acusada en el transporte -posee el primer grupo espa?ol en servicios urbanos-, pero tambi¨¦n en una ampl¨ªsima diversidad de sectores, en el que se conjugan el control o participaci¨®n, seg¨²n casos, de compa?¨ªas mineras y extractivas, metal¨²rgicas, agroalimentarias (harinas, sidra y conservas), de comunicaci¨®n, estacionamientos urbanos, inmobiliarias y pesqueras, entre otras actividades.
Su proverbial reserva y discreci¨®n se quebr¨® hace s¨®lo tres a?os, cuando intervino en una tensa junta general de accionistas de Duro Felguera para hacer una cerrada defensa de sus gestores a ra¨ªz de que en 1999 fondos de inversi¨®n y sociedades burs¨¢tiles constituyeran un frente com¨²n para tratar de modificar la estrategia de la compa?¨ªa asturiana de bienes de equipo. Con posterioridad, ?lvarez Arrojo ampli¨® su posici¨®n accionarial -pose¨ªa el 2,7%- hasta cerca del 4% a trav¨¦s de una sociedad de cartera, Inversiones Piles, SL, y se incorpor¨® al consejo de administraci¨®n del m¨¢s que centenario grupo metal¨²rgico.
Gonzalo ?lvarez Arrojo (Nore?a, Asturias, 1932), casado y padre de dos hijas, naci¨® en el seno de una dinast¨ªa de transportistas. Su abuelo ya se dedicaba a esta actividad con carruajes de tracci¨®n animal en Nore?a, un peque?o municipio situado a 13 kil¨®metros de Oviedo, y, con la llegada del motor, naci¨® la compa?¨ªa Autos Sama, popularmente conocida como El Arrrojo, que pas¨® a poder de su padre y cuyos autocares explotan la concesi¨®n de la l¨ªnea entre Gij¨®n y Sama de Langreo. Otra sociedad de la familia, Autos Arrojo, que cubre la l¨ªnea Pola de Siero-Oviedo, la hered¨® un t¨ªo suyo, quien en 1997 la vendi¨® a Alsa.
Ch¨®fer y cobrador
Fue en Autos Sama donde en los a?os cincuenta, tras terminar los estudios de bachillerato con los jesuitas de Gij¨®n y a¨²n cursando Derecho, cuando Gonzalo ?lvarez Arrojo vel¨® sus primeras armas en el negocio del transporte. All¨ª hizo de todo, desde cobrador a ch¨®fer, como era propio de una peque?a sociedad familiar, hasta que a los 24 a?os, ya licenciado en la Universidad, asumi¨®, por indicaci¨®n de su progenitor, la gerencia de la compa?¨ªa y poco despu¨¦s la de la empresa Tansportes Vit¨¢lvarez.
La ejecutoria personal de ?lvarez Arrojo como emprendedor arranca, a partir de aquella experiencia familiar, en 1959, a los 27 a?os, y lo hace especializ¨¢ndose en el transporte urbano. Junto a un grupo de socios y el apoyo del entonces alcalde de Gij¨®n, puso en marcha la sociedad Empresas Reunidas, que promovi¨® la sustituci¨®n de los tranv¨ªas de la ciudad por los primeros autobuses urbanos. Naci¨® as¨ª la sociedad Tunisa, que gestion¨® el servicio hasta su municipalizaci¨®n, y de la que fue gerente, consejero y presidente. Con varios socios -los hermanos Arias L¨®pez, naturales de Ponferrada y afincados en Asturias-, cre¨® la sociedad Traval, adjudicataria durante varias d¨¦cadas del servicio de autobuses de Oviedo, hoy en poder de TUA, filial de Alsa.
En 1968, con los mismos hombres de confianza que le acompa?an desde entonces -Marino Arias, Aquilino Pe?a y otros- cre¨® Vitrasa, la compa?¨ªa de transporte de viajeros de Vigo, donde vivi¨® 10 a?os; luego se hizo con los urbanos de C¨®rdoba, que gestion¨® hasta la llegada a la alcald¨ªa del candidato del PCE, Julio Anguita; y en 1988 asumi¨® el 60% de los Transportes Urbanos de Zaragoza (TUZSA), cuyo 40% restante posee la familia catalana Mart¨ª, propietaria a su vez del grupo Sarb¨²s y otras compa?¨ªas del sector. ?lvarez Arrojo ha sido tambi¨¦n consejero de diversas sociedades en Catalu?a, Arag¨®n, Le¨®n y La Rioja. En 1999, en alianza con Auto Res, Torreal (Juan Abell¨®), Eurolines y Agreda Autom¨®vil, puj¨® por la empresa estatal Enatcar, adjudicada finalmente al grupo Alsa.
Sindicato vertical y CEOE
?lvarez Arrrojo fue directivo del antiguo Sindicato Vertical del Transporte, promotor y presidente desde los a?os sesenta de la Asociaci¨®n Nacional de Transportes Urbanos, Microbuses, Tranv¨ªas y Trolebuses -de cuya responsabilidad dimiti¨® en 1997, al cabo de treinta a?os consecutivos desempe?ando el cargo-, y miembro de la patronal CEOE en representaci¨®n del transporte de viajeros por carretera. Para entonces sus empresas en el sector hab¨ªan llegado a reunir 2.300 empleos. Sus dominios los ampli¨® con la empresa de autocares discrecionales Mai Tours, de Madrid, a la que la compa?¨ªa a¨¦rea Iberia contrat¨® el transporte de sus tripulaciones, y finalmente el a?o pasado se hizo con la propiedad de la sociedad Juan Alcaraz, de Benidorm, con la que acab¨® erigi¨¦ndose en el mayor operador de autobuses urbanos del pa¨ªs.
Su fusi¨®n ahora con Auto Res -suscribir¨¢ el 37,2% de la compa?¨ªa resultante, asumir¨¢ la presidencia de honor y uno de sus hombres de m¨¢xima confianza, Aquilino Pe?a, ser¨¢ el consejero delegado- le va a permitir entrar en el segmento de largo recorrido, en la estrategia, com¨²n al resto de los grandes grupos de transporte de viajeros, de converger hacia una concepci¨®n integral del negocio, aglutinando l¨ªneas urbanas, interurbanas y discrecionales, junto con la gesti¨®n de estaciones y ¨¢reas de servicio.
En el futuro inmediato, todas ellas van a intentar expandirse hacia la gesti¨®n de los ferrocarriles, hoy en poder de empresas p¨²blicas, una vez que, seg¨²n el compromiso del Gobierno, se privatice la prestaci¨®n de este servicio. Alsa, Continental Auto y otros grupos de autocares han hecho p¨²blica esa aspiraci¨®n, y ?lvarez Arrojo no ser¨¢ una excepci¨®n. Hace ya m¨¢s de una d¨¦cada que, en privado, confes¨® su inter¨¦s por el tren.
Un inversor muy diversificado
Juan Gonzalo ?lvarez Arrojo fue un mal estudiante y un travieso disc¨ªpulo de los jesuitas gijoneses; un discreto futbolista semiprofesional en los equipos Somi¨® y Calzada, de Gij¨®n; Vetusta, de Oviedo, y Langreo, y un mediocre ch¨®fer mientras cursaba los estudios universitarios. Su padre le reprochaba que fuese -y ¨¦l lo ha ratificado en alguna ocasi¨®n- 'el peor conductor de la familia'. Su vida dio un giro radical cuando accedi¨® a puestos de responsabilidad gerencial. El mundo empresarial le iba a permitir poner en valor unas capacidades ocultas que hasta entonces no hab¨ªan encontrado el ¨¢mbito favorable para aflorar. Los negocios iban a concentrar en lo venidero todos sus afanes, con la ¨²nica concesi¨®n a la vida p¨²blica que la asunci¨®n de puestos de representaci¨®n patronal y sectorial. Con buenas y s¨®lidas relaciones con el poder -ha sido condecorado por el franquismo, la UCD y el PP-, declin¨® tomar parte activa en la pol¨ªtica cuantas veces se lo propusieron y, no obstante su acreditado 'sportinguismo', tambi¨¦n rechaz¨® la presidencia del Real Sporting de Gij¨®n cuando le instaron a asumirla. De los ¨²ltimos puestos en el escalaf¨®n escolar pas¨® as¨ª a liderar un proceso de expansi¨®n empresarial sin precedentes en la familia -hasta entonces limitada a la explotaci¨®n de negocios de ¨¢mbito local y comarcal-, proyect¨¢ndose hacia el mercado nacional y emprendiendo un acelerado proceso de diversificaci¨®n sectorial a partir de la acumulaci¨®n de capital resultante de la gesti¨®n de l¨ªneas de transporte.
Con su principal socio, Ramiro Arias L¨®pez, crearon sociedades mineras, caso de Minas del Principado, de Aller (Asturias); constructoras (Construcciones Termoracana, de Oviedo); inmobiliarias, hormigoneras, c¨¢mpings, aparcamientos urbanos, agencias de viajes y empresas alimentarias. En este sector poseen, entre otras actividades, vi?edos, barcos de pesca, compa?¨ªas harineras en Le¨®n y Palencia (Harinas Arias Alfageme y Harinas Arias Ortiz), y la compa?¨ªa sidrera Galicia Manzanera (Gamansa), de Porri?o (Pontevedra). Controlan a su vez otras sociedades extractivas tanto en Espa?a como en Am¨¦rica, caso de la sociedad Canteras de Colombia,SA, de Bello (Antioquia), donde su socio y amigo Ramiro Arias sufri¨® un secuestro en 1992, as¨ª como inversiones en Puerto Rico. Poseen empresas de publicidad y se vincularon como accionistas en las compa?¨ªas del sector Transpublinsa (gestora de publicidad exterior para autobuses), Red (publicidad exterior) y Movierecord (publicidad en salas de cine). Tambi¨¦n participaron en medios de comunicaci¨®n. ?lvarez Arrojo fue uno de los accionistas promotores en los a?os setenta del diario conservador
El Noroeste,
de Gij¨®n, ya desaparecido, y particip¨® desde el origen en el grupo Recoletos. Tambi¨¦n fue consejero de la cadena radiof¨®nica eclesi¨¢stica Cope. Es accionista relevante de la inmobiliaria Bami y de la metal¨²rgica Duro Felguera. En la ¨²ltima junta general de esta compa?¨ªa de bienes de equipo, en junio pasado, expres¨® en t¨¦rminos inequ¨ªvocos el criterio que ha seguido su trayectoria empresarial, alejada de pr¨¢cticas cortoplacistas o especulativas: 'Yo no soy un mero inversor; soy un accionista', replic¨® a un accionista descontento que exig¨ªa reformas gerenciales para acelerar la revalorizaci¨®n en Bolsa de los t¨ªtulos.
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