?Qu¨¦ tipo!
Un tipo ¨²nico y bajo. El de Vlad¨ªmir Putin. Uno de los mayores problemas del poscomunismo, derivado de un anterior exceso de Estado, es tener ahora un Estado insuficiente. Es una carencia que aqueja tambi¨¦n a Am¨¦rica Latina, y a otras partes del mundo. Claro que no puede haber Estado -social o liberal- sin impuestos, sin recaudaci¨®n. Y la cuesti¨®n que se plantea es ?c¨®mo recaudar? ?ste era uno de los dramas de Rusia, como lo es, por razones distintas, de M¨¦xico o de Argentina, entre otros.
Putin lo ha resuelto, o aliviado, a su manera. A principios de 2001 decidi¨®, con el apoyo de la Duma, suprimir los tres tipos entonces existentes (con un marginal del 30%) en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas, y reemplazarlos por un tipo ¨²nico: el 13%. Desde entonces, la recaudaci¨®n ha aumentado en m¨¢s de un 28% en t¨¦rminos reales, seg¨²n algunos estudios independientes, y sigue subiendo. Adem¨¢s, Putin ha bajado el impuesto sobre sociedades del 35% al 24%, junto a una prometida reducci¨®n del IVA. La OCDE ha calificado el tipo ¨²nico de 'logro clave'. Resulta sencillo y evita tener que rellenar complicados formularios, y, sobre todo, parece estar consiguiendo el milagro de introducir en Rusia la semilla de la cultura de pagar impuestos. Casi nadie pagaba antes. Muchos ahora, probablemente m¨¢s por considerar que, con ese tipo, cuesta m¨¢s evadir que pagar que atra¨ªdos por el compromiso de Putin de que 'todos los rusos sean felices en 2010'.
Largo se lo f¨ªan. Pero los rusos empiezan a salir de una d¨¦cada en la que perdieron la mitad de su riqueza por habitante. Estos pasos y otros pasos, junto al aumento de los ingresos derivados del petr¨®leo tras la subida del crudo, ha llevado a tres a?os de crecimiento ininterrumpido aunque desigual: el 8,3% en 2000, el 5% en 2001 y una cifra similar prevista para este a?o. Incluso la Administraci¨®n anuncia importantes reservas de moneda extranjera y un super¨¢vit presupuestario, aunque dif¨ªcil de juzgar, pues, si hay contabilidad creativa en esta parte de Europa, ?qu¨¦ no ser¨¢ all¨ª! Pero Rusia no ha capeado mal el temporal despu¨¦s de que Mosc¨² fuera uno de los or¨ªgenes de la ¨²ltima crisis financiera de 1998, aunque, al actual ritmo de crecimiento, como se cita a menudo, tardar¨ªa 20 a?os en llegar a los niveles de PIB por habitante de, por ejemplo, Portugal.
Quiz¨¢s le haya servido a Rusia que Occidente le cortara el grifo de una ayuda exterior que acab¨® en buena parte en cuentas secretas en Suiza u otros lugares. La rusa, sin embargo, no es (?a¨²n?) una econom¨ªa abierta. En su ?ndice de Libertad Econ¨®mica, la Heritage Foundation la sit¨²a en el puesto 131 de un total de 156 pa¨ªses cubiertos por este ranking. Los problemas de las mafias y de la corrupci¨®n -incluso de unos inspectores fiscales a los que se tem¨ªa m¨¢s por sus modos ilegales de actuar que por un exceso de pulcritud- est¨¢n m¨¢s presentes que nunca. En cuanto a libertad pol¨ªtica, Rusia deja mucho que desear, como se refleja en la situaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y otros aspectos. Desde la ascensi¨®n de Putin al Kremlin, Freedom House le dio a Rusia la calificaci¨®n de 's¨®lo en parte libre'.
Junto a la estabilidad pol¨ªtica, con un precio en t¨¦rminos de merma democr¨¢tica, uno de los mayores logros de Putin ha sido esta introducci¨®n del tipo ¨²nico. Otro pa¨ªs ex comunista, Estonia, introdujo este sistema en 1994. Pero Rusia ha sido el primer Estado grande que se ha atrevido a avanzar por esta v¨ªa que puede inspirar a otros para aumentar no los impuestos, sino la recaudaci¨®n y cambiar la cultura fiscal, inmersa en la de la corrupci¨®n. En EE UU y en Canad¨¢, los ultraliberales se han lanzado a alabar el tipo ¨²nico de Putin, mientras la tesis empieza a entrar tambi¨¦n por la izquierda -por ejemplo, entre los socialistas espa?oles-, present¨¢ndola, como el ruso, como progresiva, aunque el tipo del 13% nos parezca desde este lado de Europa rid¨ªculamente bajo. En Rusia s¨ª ha servido para progresar, aunque, previsiblemente, no podr¨¢ quedarse en eso.
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