'La UPV presenta deficiencias muy importantes en su relaci¨®n con la sociedad'
Pedro Larrea dejar¨¢ de ser presidente del Consejo Social de la UPV el pr¨®ximo d¨ªa 26, si no hay m¨¢s retrasos, cuando el Parlamento aut¨®nomo designe a Jos¨¦ Mend¨ªa como su sucesor. Tras ocho a?os al frente de este ¨®rgano, el principal pero que encuentra Larrea a la UPV es su relaci¨®n con la sociedad, a la que el Consejo representa.
Pregunta. ?C¨®mo analiza la evoluci¨®n de la universidad p¨²blica vasca?
Respuesta. Sigo diciendo que tenemos una buena universidad y que en estos ocho a?os las cosas han progresado.
P. ?Y la del ¨®rgano que todav¨ªa preside?
R. Desde nuestra perspectiva, se pueden distinguir diferentes ¨¢reas. Por ejemplo, el Consejo Social tiene una competencia en materia econ¨®mica y presupuestaria. Desde ese punto de vista, el juicio que me merece la universidad es positivo. La gesti¨®n econ¨®mica est¨¢ m¨¢s disciplinada, lo dicen los propios informes del Tribunal de Cuentas, y las grandes cuestiones de bulto est¨¢n corregidas. Me atrever¨ªa a ponerle un notable. Luego, otra competencia que tiene es la referida a los temas m¨¢s acad¨¦micos. Desde ese punto de vista hay que se?alar algunos avances. Con los ¨²ltimos expedientes que tenemos entre manos queda una oferta curricular bastante redondeada. Ligado con esto tambi¨¦n est¨¢ el asunto del euskera, donde tambi¨¦n se ha avanzado. Aqu¨ª la universidad merece un aprobado.
'La universidad p¨²blica est¨¢ mal vendida y, por tanto, es mal conocida'
'Las instituciones p¨²blicas han sido m¨¢s que generosas con la universidad'
P. ?Y la relaci¨®n con la sociedad?
R. ?sa es la tercera pata de las competencias del Consejo Social y ah¨ª es donde tenemos deficiencias muy importantes. Ah¨ª no se podr¨ªa aprobar a nuestra universidad.
P. ?C¨®mo se puede lograr ese aprobado?
R. Tengo muchas esperanzas en la promesa que ha hecho el rector Montero de llevar a cabo un plan estrat¨¦gico de la universidad, que es, en definitiva, pensar la universidad desde la perspectiva de sus clientes, la sociedad.
P. El diagn¨®stico del sistema universitario p¨²blico vasco, publicado el a?o pasado, sostiene que la UPV tiene un papel protagonista en la sociedad. ?Lo tiene realmente?
R. Hombre, en buena parte s¨ª. Casi el 100% de la investigaci¨®n b¨¢sica que se hace en este pa¨ªs la hace la UPV. En el campo de la investigaci¨®n aplicada, es patente la mayor presencia de equipos universitarios tanto en las ramas t¨¦cnicas como en otras donde la impronta de la UPV es muy clara. A esto hay que a?adir que aproximadamente dos tercios de los titulados vascos que salen al mercado laboral lo hacen desde la universidad p¨²blica.
P. ?Y el Consejo Social, con qu¨¦ poder real cuenta?
R. Somos bastantes responsables de las tres ¨¢reas que he comentado antes, tanto de los logros como de las deficiencias. En esto ¨²ltimo, nuestra contribuci¨®n ha sido muy pobre para lograr una aproximaci¨®n a la sociedad. Un problema que tenemos en el Consejo quiz¨¢s es dise?ar un papel consistente de su funci¨®n. Tenemos un sistema donde hay unas competencias, pero falta un poco de dise?o.
P. ?En qu¨¦ consistir¨ªa?
R. Al Consejo Social, en algunos casos, le sobran funciones muy burocr¨¢ticas y sin embargo tendr¨ªa que tener m¨¢s funciones desde lo que se entiende por gobierno en las organizaciones modernas, es decir, fijar directrices, marcar pautas y definir estrategias.
P. ?Cree que la sociedad a la que representan los miembros del Consejo conoce realmente qu¨¦ es y lo que hace?
R. No, no. Creo que no. Primero, f¨ªsicamente no conocen al Consejo. Creo incluso m¨¢s, que tampoco conocen a la universidad. No conocen el Consejo y en eso tenemos que entonar un mea culpa particular, porque eso habr¨ªa sido misi¨®n nuestra. Y pienso tambi¨¦n que la universidad est¨¢ mal vendida y, por tanto, es mal conocida. El Consejo tiene bastante que ver en ese desconocimiento, aunque no somos los ¨²nicos responsables de esa imagen gris, a veces muy distorsionada que se da, quiz¨¢s porque sencillamente no hay imagen.
P. ?Qu¨¦ da?o causan a la universidad pol¨¦micas como la surgida con la c¨¢tedra de Ciencias Pol¨ªticas?
R. No es una imagen buena la que se ha dado. Ha sido un proceso absolutamente politizado desde el comienzo y que luego se ha contado de diversas maneras. Creo firmemente en la versi¨®n del rector y en su honestidad y en la de su equipo. Conozco muy bien a los vicerrectores que se han visto afectados y son personas intachables que han hecho una gesti¨®n intachable.
P. El mundo econ¨®mico se queja de que la universidad no responde de la manera adecuada a la demanda del mercado laboral. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Totalmente. En ese sentido jugamos en un campo desfavorable. Por ejemplo, Deusto y Mondrag¨®n, por ir a universidades cercanas y del entorno, est¨¢n demostrando tener una mayor cintura para dar esta respuesta con rapidez. A nosotros nos cuesta mucho reaccionar y llegamos con varios a?os de retraso respecto a la iniciativa privada.
P. De hecho, no parece f¨¢cil la inserci¨®n laboral para muchos de los licenciados y diplomados.
R. En su momento, hicimos dos cosas, en primer lugar, un estudio de necesidades de titulaci¨®n adaptada a las necesidades profesionales de esta sociedad. Eso se hizo en 1994 y dio conclusiones muy interesantes: ten¨ªamos un mercado donde los licenciados de carreras t¨¦cnicas apenas ten¨ªan problemas de colocaci¨®n. ?stos empezaban en carreras como Econ¨®micas, empezaba a preocupar en Derecho y Ciencias y era alarmante en lo que eran las carreras de letras. El esfuerzo m¨¢s reciente es el que se refiere al observatorio. Los datos van en la misma direcci¨®n y ah¨ª corresponde a todo el mundo tomar decisiones para modificar la situaci¨®n. Es cierto que el mundo acad¨¦mico debe tener en cuenta estos datos, pero tambi¨¦n la propia sociedad.
P. ?El dinero que se dedica a la formaci¨®n superior es suficiente?
R. Yo creo que s¨ª. La universidad tiene la obligaci¨®n de pedir. El Gobierno, que es el principal financiador tiene la obligaci¨®n a veces de no dar, a veces de dar con cuentagotas y a veces de pedir contrapartidas. Pero cuando uno habla de manera distendida con los acad¨¦micos, todos reconocen que el principal problema no es el econ¨®mico. Las instituciones p¨²blicas han sido m¨¢s que generosas con la universidad.
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