Ozzy Osbourne, despu¨¦s del rock
En septiembre llega a Espa?a un 'Gran Hermano' con famosos, ¨¦xito en la MTV de EE UUEn septiembre llega a Espa?a un 'Gran Hermano' con famosos, ¨¦xito en la MTV de EE UU
En teor¨ªa, la serie Los Osbourne, de la MTV, es un simple documental sobre el d¨ªa a d¨ªa de una familia con hijos adolescentes, con problemas como, por ejemplo, una mudanza. En las cajas hay letreros en los que pone: 'Cubiertos', 'Platos', 'Libros', 'Cabezas de Demonios'... As¨ª son los Osbourne, el n¨²cleo familiar m¨¢s at¨ªpico de la historia de la televisi¨®n. La cadena musical ha conseguido congregar a siete millones de espectadores y convertir esta serie, que en septiembre llegar¨¢ a Espa?a subtitulada a trav¨¦s de Canal Sat¨¦lite Digital, en el fen¨®meno televisivo de la temporada y el programa m¨¢s visto de todas las cadenas de cable de Estados Unidos.
Ozzy Osbourne, que gan¨® su fama como cantante de heavy metal primero en Black Sabbath y despu¨¦s en solitario, aparece afectado por d¨¦cadas de sexo, drogas y rock and roll -que le han perjudicado en diferentes proporciones y no necesariamente en ese orden- y habla a sus hijos como a los miembros de su banda: '?Y ponte un cond¨®n!', le grita siempre a Jack, de 16 a?os, cada vez que sale a la calle.
La cadena advirti¨® el fil¨®n al grabar en casa de los Osbourne un episodio de la serie MTV cribs, que muestra los hogares de cantantes famosos. Cuando entraron en la mansi¨®n, el contraste entre las columnas doradas y los ornamentos sat¨¢nicos proporcionaban el plat¨® m¨¢s irreal jam¨¢s visto en televisi¨®n. Y cuando conocieron a los hijos, r¨¦plicas en miniatura de su padre, les ofrecieron a todos un contrato -se habla de 20.000 d¨®lares (22.727 euros) por episodio- para meter c¨¢maras en su casa durante cinco meses y convertir la grabaci¨®n en una serie de 13 episodios.
El contraste es la clave. Osbourne, con un acento brit¨¢nico que da un toque de clase a su torpe gram¨¢tica blasfema, se enfrenta a situaciones cl¨¢sicas de padre cincuent¨®n, como convencer a su hija de que no se haga un tatuaje, mucho m¨¢s complicado cuando tienes la piel cubierta de dragones y demonios. El bueno de Ozzy, famoso por comerse la cabeza de un murci¨¦lago vivo en un concierto, intenta demostrar constantemente que es ¨¦l quien manda en casa, y es aparentemente el ¨²nico que no se percata del constante vacile de su esposa y sus hijos.
Sharon, casi tan sat¨¢nica en sus costumbres como su marido, es tambi¨¦n su agente musical. Cuando lleva a Ozzy a ver los preparativos de un concierto en el que se han instalado grandes ca?ones de pompas de jab¨®n, el rockero, con indignaci¨®n, exclama: '?Pompitas de jab¨®n? ?Pero si soy el Pr¨ªncipe de la Oscuridad!', todo esto, por supuesto, salpicado de tacos. Como cada blasfemia se calla con una se?al ac¨²stica, la banda sonora se convierte en un pitido casi constante. Por cierto, en el concierto hubo pompitas.
Ahora los Osbourne acaparan portadas de revistas y sesudos art¨ªculos de los principales diarios. La MTV intenta cerrar un contrato para una segunda temporada, pero Ozzy ha contratado a un agente de Hollywood y pide 10 veces m¨¢s de lo que ha cobrado hasta ahora. Y por si no hay acuerdo final, la cadena ya tiene en la rec¨¢mara el relevo: el rapero y productor Sean Puffy Combs, hoy reconvertido en proyecto de actor serio tras su papel en Monster's Ball pero con un pasado turbio que le hizo visitar los juzgados junto a su ex novia, Jennifer L¨®pez.
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