Paz social privada
El nombre oficioso del subsidio al paro es 'protecci¨®n al desempleo'. Desempleo es una palabra antigua, que sustituy¨® a paro obrero: 'obrero' ha desaparecido del vocabulario, con excepci¨®n de la 'O' del PSOE. Y 'protecci¨®n', en este caso, significa reducci¨®n. El lenguaje contrario, el de los sindicatos, llama al proyecto de ley de reforma 'profundizaci¨®n en la injusticia social', forma buena de indicar una nueva presi¨®n contra los trabajadores. La patronal no va a aceptar en las negociaciones 'la reforma de la estructura financiera del Inem', que en una traducci¨®n grosera significa que no est¨¢ dispuesta a seguir cotizando sobre los sueldos (que deben 'moderarse' para evitar su actual exageraci¨®n, dicen) para que les d¨¦ esa 'protecci¨®n'.
Parece que la soluci¨®n es que las cotizaciones deber¨ªan pagarlas ¨²nicamente los trabajadores, puesto que son ellos los que se pueden arruinar; y m¨¢s con las nuevas normas de 'abaratamiento del despido', parecidas a las que Berlusconi quiere implantar en Italia. Una premisa esencial del mundo de neoeconomistas y neopol¨ªticos es que la protecci¨®n al trabajador le induce a no trabajar: si despedirle es caro, aumentar¨¢ su languidez en el trabajo y producir¨¢ cada vez menos. A excepci¨®n de que la 'protecci¨®n al desempleo' sea tan tentadora que prefiera no trabajar y cobrarla sin hacer nada. Se pueden unir las nuevas ayudas para la natalidad, dentro de la obsesi¨®n del economismo cat¨®lico y de la lucha contra el 'envejecimiento colectivo', de forma que un ciudadano que reciba un buen subsidio al paro y una ayuda considerable por hijo nacido pueda vivir sin trabajar nunca m¨¢s. Esto se ha repetido mucho, pero no ha sucedido jam¨¢s. Reducido todo en conjunto a una expresi¨®n, el patrono quiere pagar menos y el trabajador quiere ganar m¨¢s: as¨ª, por los siglos de los siglos. Era lo que se llamaba 'lucha de clases', pero eso se borr¨® del lenguaje ordinario, porque la palabra 'lucha' es muy mala: la lucha de clases se sustituy¨® por 'la paz social', que quiere decir lo mismo, s¨®lo que todo lo contrario.
El camino: si esto sigue as¨ª, en Espa?a y fuera de ella, el obrero o productor pactar¨¢ con los bancos un seguro de paro y una pensi¨®n de vejez y un seguro por natalidad. Y se evitar¨¢ que los bancos y las sociedades de inversi¨®n tengan que ir al delito para ayudar ben¨¦volamente a sus clientes.
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