M¨¢quinas que dan ¨¢nimo

Lo ¨²ltimo en tecnolog¨ªa aplicada al campo es una podadora electr¨®nica que pesa menos de un cuarto de kilo, que corta sin esfuerzo la rama elegida en tres d¨¦cimas de segundo y que ha sido dise?ada, entre otras cosas, para evitar da?os en los delicados tendones de la mu?eca de quien vaya a manejarla. Esta idea parti¨® de Agrocor, una empresa cordobesa especializada en maquinaria agr¨ªcola ligera que lleva ya 13 a?os innovando, sobre todo en lo que toca al olivar.

'Podar es un arte', dice gravemente Antonio Dios, gerente de Agrocor. 'Hoy en d¨ªa hay muy poca gente que sepa hacerlo'. Y esa minor¨ªa, completa Dios, tiene ya una edad, y el uso de esta m¨¢quina les permite podar m¨¢s y mejor con menos trabajo. La tijera sirve para vi?edos, para cualquier tipo de frutales y para los olivos j¨®venes; secciona ramas de hasta 25 mil¨ªmetros de di¨¢metro como si fuesen de plastilina. Funciona con unas bater¨ªas que van acopladas a la espalda del operario a trav¨¦s de un chaleco ergon¨®mico acolchado, que no supera los 2,5 kilos. Es, en fin, el ¨²nico aparato de su clase que se fabrica en Espa?a.

'Pienso siempre en las personas que tienen que pasar ocho horas seguidas faenando en el campo', explica Dios, comprensivo. 'Se trata de hacerles las cosas m¨¢s c¨®modas, de darles ilusi¨®n, porque las herramientas tradicionales ya no motivan a nadie, pero ¨¦stas s¨ª'.

Vareador. Otro ejemplo de esta filosof¨ªa de motivaci¨®n es un vareador de olivos, r¨¢pido y manejable, que es ventajoso a la vez para el trabajador y para el ¨¢rbol. El usuario maneja un aparato liviano, c¨®modo y econ¨®mico en el consumo de combustible. En cuanto a los olivos, aclara el gerente, se benefician de una recolecci¨®n m¨¢s delicada. 'En vez de golpear las ramas con un palo, como antes, se las hace vibrar. As¨ª no se tiran los tallos, que son la garant¨ªa de la campa?a del a?o que viene'.

Agrocor combina la observaci¨®n de la maquinaria agr¨ªcola que se usa en todo el mundo con el conocimiento espec¨ªfico de lo que hace falta en el campo del sur de Espa?a. Buena parte de su trabajo consiste, pues, en adaptar las novedades a las peculiaridades locales. Para eso cooperan con una empresa catalana, Hispaes, que dise?a y fabrica con exactitud lo que ellos les piden. 'No es que inventemos las m¨¢quinas', advierte Antonio Aragon¨¦s, uno de los propietarios de Agrocor; 'lo que hacemos es dar ideas, hacer aportaciones basadas en la experiencia, porque nuestro contacto con los destinatarios de los productos es m¨¢s cercano'.

Sopladores. Una muestra de esto lo constituyen los sopladores. 'Cuando la aceituna cae al suelo a causa de los temporales de viento', cuenta Aragon¨¦s, 'hay que mandar una cuadrilla a recogerla a mano, o bien a barrerla con una escoba, tan deprisa como sea posible, porque si no se pudre'. Estos aparatos (cuyo principio de funcionamiento es el mismo de las aspiradoras, pero justo al rev¨¦s) agilizan mucho el tiempo de recogida. Proyectan chorros de aire con los que se puede empujar la aceituna suavemente en la direcci¨®n deseada y amontonarla, para que luego se puedan recoger de manera m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s r¨¢pida. 'El ¨²nico requisito', indica Aragon¨¦s, 'es que los suelos est¨¦n hechos', es decir, preparados. ?Y de d¨®nde sali¨® el concepto de los sopladores? De la observaci¨®n de unos aparatos que se emplean para fumigar en jardiner¨ªa, y de la percepci¨®n de que algo as¨ª pod¨ªa venir bien para los olivos.

Aperos tradicionales. Agrocor no s¨®lo vende novedades tecnol¨®gicas, sino muchos productos tradicionales; aperos agr¨ªcolas varios, sistemas de riego, protectores de plantas, fardos o mantos de recogida e aceituna, varas... Antes las varas se hac¨ªan de madera de casta?o. Ahora son de fibra de vidrio, como las ca?as de pescar. 'Existe demanda para las dos cosas', concluye Aragon¨¦s, 'tanto para el vibrador como para las varas de toda la vida'. Y todo esto se distribuye, desde las tres sedes cordobesas de esta firma, en una veintena de provincias del sur de Espa?a, fundamentalmente de Andaluc¨ªa y Extremadura.

La empresa pone, adem¨¢s, el servicio t¨¦cnico en unos 250 puntos. 'Lo que pretendemos es que el agricultor tenga cerca un sitio en el que puedan resolverle los problemas y asesorarle, porque nadie va a comprar una de estas m¨¢quinas por tel¨¦fono: hace falta contacto directo', remata Aragon¨¦s.