Los pa¨ªses pobres denuncian la creciente invasi¨®n de los biopiratas del norte
En La Haya, los pobres eran los ricos; y los ricos, pobres. Durante dos semanas, representantes de 125 pa¨ªses se juntaron en la sexta Conferencia sobre la Biodiversidad, celebrada en la ciudada holandesa.
Trat¨¢ndose de biodiversidad hay que mirar al sur. Doce pa¨ªses concentran el 70% de la diversidad biol¨®gica del planeta. Todos ellos est¨¢n de la mitad para abajo: M¨¦xico, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Brasil, Ecuador, Per¨², Kenya, Sur¨¢frica, India, Indonesia y China. En su superficie terrestre, apenas el 1,4% del total, crece el 44% de las especies end¨¦micas.
En biodiversidad pues, los ricos est¨¢n en manos de los pobres. Te¨®ricamente, por que estos pa¨ªses se quejan de los biopiratas, de las bioinvasiones y de las bioprospecciones: o sea, de que los cient¨ªficos se lleven una plantita de su pa¨ªs y lo siguiente que saben de ella es que es un f¨¢rmaco milagroso que alivia el sida o el stress, pero tan caro que no lo pueden adquirir.
O al rev¨¦s, la bioinvasi¨®n: introducir una planta extra?a a su ecosistema y alterarlo, como el jacinto de agua, que colapsa lagos y r¨ªos; o, algo m¨¢s cercano, el cangrejo americano que acab¨® con el aut¨®ctono en los r¨ªos espa?oles.
La estrategia de la Biodiversidad arranca de los convenios internacionales firmados en la Conferencia de R¨ªo de 1992 sobre Desarrollo Sostenible y Conservaci¨®n de la Diversidad Biol¨®gica.
Espa?a es uno de los escasos pa¨ªses ricos, que tiene una gran biodiversidad. 'El 50% de las especies europeas y el 74% de las aves y el 79% de los mam¨ªferosd de la UE', recuerdan IU-Los Verdes, ¨²nico partido pol¨ªtico que en su web se interesa por lo hablado durante quince d¨ªas en La Haya.
Seg¨²n las Naciones Unidasa, cada a?o mengua un 1% de la superficie de la selva tropical de Asia y Am¨¦rica Latina, donde se concentra la mayor¨ªa de especies arb¨®reas y animales.
Uno de cada ocho p¨¢jaros est¨¢ en peligro de extinci¨®n y 34.000 plantas y 5.200 animales. El 10% de los arrecifes y el 45% de la superficie forestal original ha desaparecido, la mayor¨ªa el siglo pasado. Cada a?o hay 150.000 kil¨®metros cuadrados menos de selva.
Los ricos pagar¨¢n por patentes
Los ministros ricos persiguen una explotaci¨®n razonable, pero los pobres recelan, porque lo consideran una invasi¨®n de su soberan¨ªa. El gran paso se dio en 1992, en la cumbre de R¨ªo, cuando se reconoci¨® la soberan¨ªa nacional sobre los recursos gen¨¦ticos. Desde entonces 175 pa¨ªses han ratificado el acuerdo, y Estados Unidos no es uno de ellos.
Cuando un microorganismo, planta o animal es usado para una aplicaci¨®n comercial, el pa¨ªs del que se extrajo tiene derecho a recibir dinero, ejemplares, participaci¨®n en la investigaci¨®n, en la transferencia de la biotecnolog¨ªa y en los beneficios de las patentes.
Al menos una docena de pa¨ªses han establecido controles sobre los biopiratas y el acceso a sus recursos gen¨¦ticos. Ya en 1995, Filipinas exigi¨® que los nuevos bioprospectores o bioexploradores informaran de sus intenciones, tanto al gobierno como a las tribus locales.
El Instituto de Biodiversidad de Costa Rica firm¨® un acuerdo con una multinacional farmac¨¦utica para recibir fondos y repartir beneficios de las patentes de su material biol¨®gico. Colombia, Ecuador, Per¨², Bolivia y Venezuela han adoptado leyes para regular el acceso a su riqueza biol¨®gica.
No siempre ha habido autorizaciones. Los pueblos ind¨ªgenas de Chiapas recientemente consiguieron anular el proyecto de 'Investigaci¨®n farmac¨¦utica y uso sostenible del concocimiento etnobot¨¢nico de la regi¨®n maya de los Altos de Chiapas', financiado por EE UU con 2,5 millones de d¨®lares.
'Hace m¨¢s de un a?o declaramos una moratoria activa a todos los proyectos de bioprospecci¨®n. Queremos asegurarnos que nadie va a poder patentar estos bienes', dice el m¨¦dico ind¨ªgena Antonio P¨¦rez en la web de ETCGroup.
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