El milagro de la aspirina
El Bayer, ¨²nico aspirante europeo al 'triplete': la Champions y los dos t¨ªtulos de su pa¨ªs
Noventa y ocho a?os despu¨¦s de que un grupo de trabajadores de Bayer escribiese una carta a la direcci¨®n para pedirle que patrocinase un equipo de f¨²tbol, un milagro est¨¢ a punto de tomar cuerpo en Leverkusen, el suburbio de Colonia en el que tiene su sede el imperio farmac¨¦utico. Pocas veces en el f¨²bol se ha producido un fen¨®meno igual: un club que nunca ha ganado el campeonato de su pa¨ªs y que no hab¨ªa pasado de los cuartos de final de la Copa de Europa aspira ahora a la triple corona: l¨ªder de la Liga alemana, finalista de la Copa y a un paso de la final de la Liga de Campeones tras su empate (2-2) con el Manchester en Old Trafford. Por a?adidura, su juego contradice todos los t¨®picos metal¨²rgicos del f¨²tbol alem¨¢n.
- Del cero al infinito. Leverkusen comenz¨® siendo un pol¨ªgono industrial a las afueras de Colonia, pero el foco de atracci¨®n del gigante farmac¨¦utico permiti¨® que se erigiese en una ciudad, una especie de Villa Bayer. El Leverkusen tampoco pas¨® de ser un club de barrio durante mucho tiempo: ascendi¨® a Segunda en 1975 y a Primera en 1979. Su primer gran ¨¦xito tuvo como v¨ªctima al Espanyol de Javier Clemente, al que derrot¨® por penaltis en la final de la Copa de la UEFA de 1988. Cinco temporadas m¨¢s tarde logr¨® la Copa alemana. Y... fin. En la Bundesliga lo m¨¢ximo que ha conseguido son tres subcampeonatos. En la Liga de Campeones alcanz¨® su techo en 1998, cuando el Madrid de la s¨¦ptima le bati¨® en los cuartos de final.
- Adi¨®s a la apisonadora. Quien espere encontrar en el Leverkusen al cl¨¢sico bulldozer dispuesto a apisonar al contrario a pelotazos se llevar¨¢ un chasco. La aportaci¨®n de los futbolistas brasile?os, argentinos y de diversos pa¨ªses del Este le han conferido un perfil casi latino y elabora el juego con paciencia, sin rifar la pelota. Algo tendr¨¢ que ver en ello su entrenador, Klaus Toppm?ller, de 51 a?os, un notable jugador que fracas¨® como t¨¦cnico en el Eintracht de Francfort y hasta que lleg¨® al Bayer, el curso pasado, deambul¨® por clubes de segunda fila. Dicharachero, no encaja en el prototipo del alem¨¢n adusto. Tras perder (1-0) en Liverpool, declar¨® sin pudor: 'Este resultado es una mierda'.
- La finca de Lucio. El central brasile?o es una de las revelaciones. A primera vista, parece torp¨®n, pero, adem¨¢s de defender, aporta mucho al ataque: tiene una poderos¨ªsima zancada y, cuando arranca, casi nadie puede pararle. M¨¢s discreto es su compa?ero en el centro de la zaga, el alem¨¢n Nowotny. El lateral izquierdo es del argentino Placente, completo y con largo recorrido. Por la derecha suelen aparecer el croata Zivkovic o Sebescen, que tambi¨¦n juega de centrocampista.
- Vuelve la elegancia germana. Hac¨ªa mucho tiempo que no aparec¨ªa un futbolista alem¨¢n tan elegante como Ballack, heredero de la tradici¨®n de Beckenbauer y Overath. Fichado por el Bayern de M¨²nich para la pr¨®xima temporada, es el l¨ªder. Buen pasador, destaca por las irrupciones en el ¨¢rea. Remata bien con todo, incluida la cabeza. Junto a ¨¦l destaca Bast¨¹rk, internacional turco nacido en Alemania de padres emigrantes y que combina potencia y habilidad en la media punta. Lo mismo puede decirse del ex madridista Z¨¦ Roberto, zurdo. Por la derecha, Schneider parece m¨¢s discreto, pero no le faltan velocidad ni regate. Del trabajo sucio en el medio centro se encarga Ramelow, insignificante en la creaci¨®n, pero vital para cubrir las espaldas a Ballack.
- Dudas en el ataque. Tal vez la l¨ªnea m¨¢s d¨¦bil. El veteran¨ªsimo Kirsten, de 36 a?os, ha ido cediendo el puesto al b¨²lgaro Berbatov, de 21, o a Brdaric, alto y r¨¢pido, aunque da la impresi¨®n de que no se trata de un nueve cl¨¢sico. La otra opci¨®n es Neuville, una ratilla del ¨¢rea inadvertida en el Tenerife.
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