El lado oscuro del para¨ªso

En la obra de Luis Antonio de Villena se expresa la evoluci¨®n de parte de los poetas que se dieron a conocer bajo la impronta culturalista de finales de los sesenta y que, en las d¨¦cadas siguientes, vivieron un proceso de adaptaci¨®n a los presupuestos de humanizaci¨®n de las generaciones que les sucedieron. Del radicalculturalismo atemperado por los ecos cavafianos de sus primeros libros, Villena ha evolucionado hacia un realismo te?ido por cierta propensi¨®n al malditismo y a los mundos condenados a la trastienda por la cultura dominante (incluida la homosexualidad). Ahora, como prolongaci¨®n de ese viaje realiza un ejercicio de memoria en el que confluyen la a?oranza por el mundo perdido y por el paso del tiempo con la conciencia retrospectiva de la culpa, de la condena, de la humillaci¨®n, de la oscuridad vividas en la infancia. Las herej¨ªas privadas es un libro intimista pero no ensimismado. En la indagaci¨®n en las zonas oscuras del pasado no es dif¨ªcil reconocer la geograf¨ªa sentimental de la generaci¨®n que vive la infancia en los a?os cincuenta y la adolescencia en la d¨¦cada siguiente. En la evocaci¨®n de la vida colegial, de los juegos, de los veranos rurales, de la muerte del padre, de los abuelos y sus secretos, del cine y sus mitos hay, tambi¨¦n, mucho de vida colectiva. No ser¨ªa descabellado hablar, a ese respecto, de intimidad participada, de un intimismo en el que alienta no s¨®lo la memoria de un ni?o de clase media condenado a la soledad que conlleva ser un extra?o en un mundo heterosexual (el 'ni?o negro'), sino tambi¨¦n el trasfondo gris, triste, sin horizontes, del imaginario que, en la vida cotidiana de la mayor¨ªa de la sociedad, ofrec¨ªa una dictadura sometida a los tent¨¢culos culturales de una religi¨®n intolerante: 'miedo. Siempre, sin excepci¨®n, he tenido miedo').

Villena incorpora a su imaginario l¨ªrico, desde una po¨¦tica que no desde?a la narratividad, temas que forman parte de la tradici¨®n de la poes¨ªa contempor¨¢nea espa?ola que se escribi¨® a partir de la posguerra: la poes¨ªa autobiogr¨¢fica, una opci¨®n que encuentra en la memoria la matriz esencial del poema y que tiene fuertes anclajes en ciertas zonas de la generaci¨®n del 36 (Rosales sobre todo), en algunos autores del grupo C¨¢ntico, en la generaci¨®n del medio siglo (Gil de Biedma, Sahag¨²n, Barral) y en algunos poetas laterales (Diego Jes¨²s Jim¨¦nez, Luis Feria, Vicente N¨²?ez) y que se recupera en la poes¨ªa m¨¢s humanizada de las generaciones ¨²ltimas. En este retorno a sus or¨ªgenes vitales, Villena da un paso m¨¢s en el alejamiento de la est¨¦tica de sus or¨ªgenes. Y acent¨²a los rasgos m¨¢s realistas de su poes¨ªa, asumiendo la vertiente costumbrista de buena parte de sus evocaciones: '?Qu¨¦ qued¨® de m¨ª all¨ª, en aquellas escenas ahora / inevitablemente costumbristas?', se pregunta.

Libro de inter¨¦s. Entre otras razones porque nos sit¨²a ante el resultado de una larga reconsideraci¨®n, iniciada a mediados de los ochenta, acerca del papel de la poes¨ªa en relaci¨®n con la realidad, con la memoria y (quiz¨¢ menos) con la capacidad meditativa del lenguaje.