Chano, siempre Chano

El magisterio de Chano Lobato es ya leyenda viva del flamenco. Se dijo en el escenario del Romea que cuando este cantaor desaparezca lo har¨¢ tambi¨¦n una forma de ser y de estar en el flamenco, una forma de la que ¨¦l es pr¨¢cticamente ¨²nico y ejemplar superviviente.

Pero los aficionados al flamenco, ni los de siempre ni los de ahora, queremos que Chano desaparezca jam¨¢s. Es el cantaor que m¨¢s felices nos hace, el que nos transmite la convicci¨®n de estar viviendo un arte que de manera permanente nos lleva al borde de emociones extremas. En Antonio Pi?ana hall¨® Chano un colega de tiempos juveniles y el cante dialog¨® con la guitarra, creando atm¨®sfera y complicidades.

Al final se juntaron los dos con Curro Pi?ana y Juan Manuel Ca?izares, que hab¨ªan hecho una primera parte de enorme calidad. Curro cant¨® en maestro, haciendo cantes de alto vuelo en la nana, en la cartagenera, en la levantica. La guitarra de Ca?izares brill¨® con un toque dif¨ªcil y personal¨ªsimo, explorando muy nuevas posibilidades -con la mano izquierda, jugando con los vol¨²menes sonoros hasta l¨ªmites insospechados- en una faceta, la de acompa?amiento, en la que realmente es muy poco lo que se est¨¢ intentando hacer distinto.

Cantaores y guitarristas pusieron al p¨²blico en pie, haciendo juntos alegr¨ªas y buler¨ªas, en una aut¨¦ntica apoteosis de entusiasmo.

Las buenas intenciones

La noche del jueves hab¨ªa creado la m¨¢xima expectaci¨®n en Murcia, por ser el espect¨¢culo obra de la joven Compa?¨ªa Murciana de Danza, el estreno absoluto, adem¨¢s, de una nueva versi¨®n de Romeo y Julieta, una obra tan representada en las m¨¢s diferentes instancias art¨ªsticas, lo que no facilita precisamente el trabajo de sus realizadores.

Esta versi¨®n, promovida por Olivia Bella y Puri L¨®pez, sobre una excelente partitura flamenca de Carlos Pi?ana, est¨¢ concebida con sobriedad rayana en lo elemental. Todo se desarrolla de forma directa, con un importante aparato gestual que en ocasiones se nos antoja excesivamente simplista. Es obvio que en un espect¨¢culo de danza ¨¦sta tiene que ser el lenguaje expresivo fundamental; y lo es sin duda en esta obra, pero aun as¨ª son numerosos los pasajes en que una m¨ªmica convencional resuelve lo que a nuestro parecer debiera resolver el baile.

La compa?¨ªa la integran muy j¨®venes bailarinas y bailarines de tierras murcianas. Artistas voluntariosos, con alguna personalidad que destaca pese a la inexperiencia evidente en casi todos ellos. Las buenas intenciones, sin embargo, dejan siempre un rendimiento.