Juan Carlos Pardo, el mariachi
Primer d¨ªa de la Feria de Abril con mexicanos Primer d¨ªa de la Feria de Abril con mexicanos
- Lo de siempre es lo de nunca. Primer d¨ªa en la feria, Nova Mar Bella, 87.778 metros cuadrados -casi 10 manzanas del Eixample-, un arco principal con m¨¢s de 15.000 bombillas -casi m¨¢s que en todo Afganist¨¢n-, un centenar de caballos -casi m¨¢s que un Twingo-. Hace cierto ris. Unas se?oras caminan con cara de haberse equivocado al no traer un jersey m¨¢s grueso, mientras que otras caminan con cara de haberse equivocado al no traer un vestidito m¨¢s corto. Gente vestida de andaluz full-time. Gente vestida de barcelon¨¦s full-time. De negro, vamos. Es el mismo aspecto de la feria del a?o anterior. Es el aspecto de una feria tan vasta como el a?o anterior y que, como todas las cosas grandes, resulta dif¨ªcil de formular. En el a?o anterior o en ¨¦ste. Verbigracia: ?qui¨¦nes somos todos estos miles de ciudadanos que avanzamos por la feria?
- Ciudadanos de Portland. Hay un cuento de Raymond Carver en el que la chica, para avanzar hacia delante / hacia ning¨²n sitio, le dice al chico: 'Iremos a Portland'. El chico va y le dice: '?A Portland? ?Por qu¨¦ a Portland?'. La chica, en ese momento, se lo explica: 'No s¨¦. Todo el mundo va a Portland'. De ¨¦sta simp¨¢tica biograf¨ªa de un chico y de una chica se deduce que la Feria de Abril, ese sitio que se llena de personas que s¨®lo sabemos que van a la feria, es una suerte de Portland, esa ciudad que s¨®lo sabemos que se llena de gente que va a Portland. Los ciudadanos que pueblan ese acto multitudinario que es la feria resultan tan dif¨ªciles de imaginar como los de Portland. Y quiz¨¢ sean tan desconocidos como los de Portland. Este a?o, esta serie de art¨ªculos sobre la feria intentar¨¢ describir a sus habitantes de Portland. El primero que me encuentro, nada m¨¢s cruzar el arco de entrada, es Juan Carlos Pardo -M¨¦xico DF, 1970-. Me presento, nos damos la patita, nos vamos con sus amigotes a una churrer¨ªa y me explica su vida. A saber: Juan Carlos es mariachi. Canta y toca la vig¨¹ela en la formaci¨®n Mariachi Garibaldi -'no confundir con Garibaldi, un grupo m¨¢s bien pop'-. Sus amigos son mariachis. Fabi¨¢n Calder¨®n -viol¨ªn-, Juan Carlos Chango -trompeta-, Giovanni Ar¨¦valo -guitarr¨®n-, Alberto Pi?olazo -guitarra, armon¨ªa, voz, y el que vende los CD, a 10 euros (1.660 pesetas)-, y C¨¦sar Morales -director y trompeta- El padre de Pardo era mariachi. Su madre era mariachi. Tiene cuatro hermanos. Dos son mariachis. Estudi¨® dos a?os en la Universidad. Ciencias contables -?mariachis?-. Lo dej¨® para integrarse en la formaci¨®n Mariachi Azteca. Los Mariachi Azteca se iban cada atardecer a la plaza de Garibaldi, en el DF. La plaza de Garibaldi es donde se juntan todos los mariachis del DF. De vez en cuando, se les acercan un par de amigotes, con un par de packs de cervezas en la mano y otros dos en el h¨ªgado y les pagan por una canci¨®n. De vez en cuando se les acerca alguien y les contrata para una fiesta. La plaza de Garibaldi es un sitio muy animado. Para animarlo m¨¢s, hay una atracci¨®n, que consiste en un se?or con una bater¨ªa de cami¨®n. Le pagas unos pesos, agarras con una mano el polo positivo de la bater¨ªa y con la otra el negativo. El de la bater¨ªa va subiendo el potenci¨®metro. La diversi¨®n consiste en saber cu¨¢nto aguantas. Para participar en esa atracci¨®n debes estar muy concentrado o, en palabras de Fabi¨¢n Calder¨®n -viol¨ªn-, 'tener unos buenos cojonazos'. Juan Carlos y sus amigos se conocieron en esa plaza, dejaron sus formaciones anteriores. Empezaron en Sevilla. Ahora est¨¢n aqu¨ª. Luego se van a Jerez y despu¨¦s a los sanfermines. Y as¨ª hasta el 12 de octubre, en Zaragoza.
Si quieren contratar a Juan Carlos y a sus amigos, no olviden llamar a los tel¨¦fonos 699 80 21 06 y 659 28 22 14.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.