'No se puede hacer un partido ¨²nico de la derecha en Francia'
Todo el arco pol¨ªtico, desde algunos trotskistas a la derecha tradicional, llama a votar 'contra la extrema derecha' o 'a favor de Chirac' para impedir la toma de la jefatura del Estado por Le Pen. La presidenta del partido chiraquista, Mich¨¨le Alliot-Marie, explica cu¨¢l es la estrategia de Uni¨®n por la Rep¨²blica (RPR), el partido del presidente, que excluye tanto un 'Gobierno de salvaci¨®n' que una a izquierda y derecha frente al enemigo com¨²n, como la unificaci¨®n de los partidos de derecha por decreto.
Pregunta. El d¨ªa 21, casi un tercio de los electores votaron por candidatos extremistas. ?Francia ha dejado de ser un pa¨ªs moderado y excepcionalmente culto?
Respuesta. Francia es una gran democracia y los franceses contin¨²an comprometidos con las ideas de libertad y tolerancia. La importante abstenci¨®n afect¨® mucho a los grandes partidos e hizo subir, de una manera ¨®ptica, los movimientos m¨¢s extremistas. Yo creo que este voto es el resultado de una voluntad de protesta, un mensaje enviado a los grandes partidos por quienes no comparten los valores extremistas, pero que desean hacer saber que est¨¢n exasperados.
Una coalici¨®n de izquierda y derecha no es operativa ni responde a nuestra tradici¨®n
P. ?Por qu¨¦ tanta exasperaci¨®n?
R. Primero, por la falta de acci¨®n del Gobierno socialista en relaci¨®n con las preocupaciones cotidianas. Muchas personas est¨¢n inquietas por la inseguridad, la pesadez de la maquinaria administrativa o la excesiva carga de los impuestos. Las 35 horas son rechazadas incluso en medios populares, porque rebajan el poder de compra de los m¨¢s modestos.
P. ?Cree que ser¨ªa s¨®lo un voto contra los socialistas?
R. Tambi¨¦n es un mensaje hacia los partidos de derecha. Se espera de ellos, si vuelven al poder, que gobiernen de modo distinto a como lo hicieron en el pasado, escuchando m¨¢s a la gente y manteniendo sus compromisos. Deliberadamente, una parte de los electores se ha volcado sobre los partidos extremistas de derecha, pero igualmente de izquierda.
P. ?De d¨®nde vienen los electores que gana Le Pen?
R. S¨®lo un tercio de su electorado corresponde a la ultraderecha cl¨¢sica. Un tercio procede de la derecha moderada, que quiere expresar su insatisfacci¨®n, por ejemplo con la fiscalidad; y otro tercio viene de la izquierda, socialista y comunista, ciudadanos exasperados por la inseguridad que viven a diario en las viviendas sociales y los barrios dif¨ªciles. Le Pen no ha ganado tanto: s¨®lo tiene unos 250.000 votos m¨¢s que en 1995, lo que ha ocurrido es que la derecha y la izquierda han perdido varios millones, entre la abstenci¨®n y la dispersi¨®n de candidaturas.
P. ?C¨®mo se contiene a la extrema derecha: con un Gobierno de derechas, o con una coalici¨®n de derecha e izquierda?
R. Algunos plantean la idea de un 'frente republicano', pero yo no lo creo operativo, ni corresponde a la tradici¨®n francesa. Los electores esperan que el pr¨®ximo Gobierno act¨²e en aspectos en que las diferencias entre derecha e izquierda son considerables.
P. ?Cu¨¢les en concreto?
R. La izquierda desea las 35 horas, nosotros queremos suavizarlas; la izquierda quiere conservar una fiscalidad elevada y nosotros tenemos que reducirla a la media europea. Nos parece est¨²pido impedir los despidos porque arriesga la supervivencia de las empresas. La izquierda contin¨²a diciendo que el peso del Estado debe ser muy grande y nosotros queremos aligerarlo y dejar m¨¢s espacio al di¨¢logo social. As¨ª, un Gobierno de coalici¨®n quedar¨ªa paralizado.
P. Hay un movimiento para intentar la unificaci¨®n de la derecha y el centro en un solo partido.
R. Yo siempre he preconizado la uni¨®n de candidaturas, de proyecto y de acci¨®n. Pero hay que tener en cuenta la realidad: existen partidos que no quieren perder su identidad y no se puede hacer una formaci¨®n ¨²nica con personas que no lo desean.
P. Fran?ois Bayrou (UDF) y Alain Madelin (Democracia Liberal) siguen diciendo que no quieren integrarse en un partido ¨²nico.
R. Exactamente. Yo les respeto y desde el principio he dicho que no se puede hacer un partido ¨²nico. Lo que yo deseo es que el RPR se abra a nuevos miembros, los que han sostenido a Chirac en la primera vuelta de la elecci¨®n presidencial; el partido chiraquista ampliado, cambiado de nombre, ser¨¢ la casa com¨²n. Pero no se puede ignorar que hay y seguir¨¢ habiendo otros partidos a su lado.
P. ?Cree en una revancha de fuerzas de izquierda o extrema derecha sobre el terreno social en caso de obtener muy poca representaci¨®n pol¨ªtica?
R. Cuando los franceses se hayan expresado en las elecciones, la mayor¨ªa gubernamental quedar¨¢ legitimada por la fuerza de los hechos. Nuestro problema es recuperar la credibilidad a los ojos de los electores, hacer lo que hemos prometido sobre la inseguridad, la fiscalidad, las pensiones, el di¨¢logo social. Si no, habr¨¢ un riesgo.
P. Y la integraci¨®n de las personas de origen extranjero y el multiculturalismo, ?no cree que eso representa un verdadero desaf¨ªo?
R. El problema actual va m¨¢s all¨¢ de la inmigraci¨®n: se trata de la integraci¨®n de j¨®venes nacidos en territorio franc¨¦s, por tanto de nacionalidad francesa. Una peque?a minor¨ªa tiene dificultades para encontrar su espacio, pero no se dice suficientemente que en Francia tenemos muchos abogados, m¨¦dicos, ingenieros de esta segunda generaci¨®n de franceses de ascendencia extranjera. A esto se a?ade un fen¨®meno nuevo, que es el de la inmigraci¨®n de los pa¨ªses del Este de Europa, fomentada por mafias. Tenemos que controlar el flujo porque nuestro pa¨ªs, que concede muchas ventajas sociales, se arriesga a no poder hacerles frente.
P. Europa no parece muy popular en Francia en estos momentos...
R. No lo crea: una gran mayor¨ªa de los franceses est¨¢ muy comprometida con Europa.
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