Cuatro israel¨ªes mueren en un ataque palestino contra una colonia jud¨ªa en Hebr¨®n
El ataque bloquea las negociaciones sobre Bel¨¦n y dificulta la investigaci¨®n de Yen¨ªn
Las s¨¢banas est¨¢n empa?adas de sangre; por debajo de una almohada, que a¨²n conserva la huella profunda de una cabeza, hay trozos de carne, mezclada con cabellos. Son los restos de Katia Grinberg, de 45 a?os. Otros tres vecinos de la colonia de Adora, entre ellos una ni?a de cinco a?os, murieron tambi¨¦n ayer, tiroteados por dos activistas palestinos que lograron infiltrarse en el asentamiento. El ataque amenaza con bloquear las negociaciones sobre el asedio de Bel¨¦n y complicar la misi¨®n de investigaci¨®n de la ONU en Yen¨ªn.
'Esto s¨ª ha sido una masacre', sentencia el oficial del Ej¨¦rcito israel¨ª Amos Ben Abraham, mientras hace de gu¨ªa por el domicilio de los Grinberg, una familia de origen ruso, asentada desde hace una d¨¦cada en el asentamiento de Adora: una treintena de casas de teja roja, agrupadas en lo alto de una colina, junto a un pinar, en el coraz¨®n de la Cisjordania palestina, a tiro de piedra de Hebr¨®n.
La familia de los Grinberg qued¨® ayer a las nueve de la ma?ana diezmada como consecuencia del ataque de un comando palestino. Katia, ama de casa, fue tiroteada en la cama mientras le¨ªa las p¨¢ginas de sociedad de un peri¨®dico local en lengua rusa. Fue la primera en morir. Su esposo, Vlad¨ªmir, que se encontraba con ella en el mismo lecho, result¨® malherido. Tambi¨¦n fue herido de gravedad su ¨²nico hijo, Natan, de 14 a?os, en una habitaci¨®n cercana. Les dispararon a bocajarro, mientras disfrutaban del silencio y de la ociosidad de una ma?ana soleada de Sabath.
El recorrido criminal del comando palestino, seg¨²n algunos testigos con uniforme israel¨ª y armados con fusiles de asalto M-16 y AK-47, no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. Cuatro casas m¨¢s abajo, el domicilio de los Shefi fue su siguiente estaci¨®n. No les detuvo ni siquiera ese letrero que cuelga en la puerta de la casa que anuncia: 'Aqu¨ª vive una familia feliz'.
Daniela, de cinco a?os, muri¨® tambi¨¦n tiroteada, cuando trataba de esconderse debajo de una cama, huyendo del estruendo de los disparos. Agoniz¨® muy cerca de los cuerpos heridos de su madre y de sus otros dos hermanos, de cuatro y dos a?os. A la peque?a la acribillaron en su dormitorio, entre los osos de peluche y mu?ecas de trapo, mientras contemplaba un techo tachonado de estrellas y de una luna fluorescente. Su padre, polic¨ªa de profesi¨®n, se salv¨® porque hab¨ªa ido a la sinagoga. Otros dos vecinos encontraron la muerte en la calle. El tiroteo dur¨® poco m¨¢s de 45 minutos.
'Se han escapado. No los hemos podido encontrar', confesar¨ªa avergonzando un portavoz del Ej¨¦rcito, en la misma verja del asentamiento, en medio del ruido ensordecedor de los helic¨®pteros y de las tropas que, en traje de combate, hab¨ªan empezado a llegar al lugar del crimen. M¨¢s humillado a¨²n, admiti¨® que el comando se hab¨ªa infiltrado sin dificultad en el interior del asentamiento despu¨¦s de haber cortado una verja, que ni siquiera estaba electrificada, ni conectada a una alarma, a pesar de que, en las dos ¨²ltimas semanas, francotiradores palestinos dispararon contra las casas desde una colina cercana.
El ataque a Adora desencaden¨® una verdadera caza al hombre. Los tanques cerraron todas las carreteras. Las aldeas palestinas de la regi¨®n de Hebr¨®n quedaron sometidas a toque de queda. En Tufah, un hombre fue acribillado a balazos por el Ej¨¦rcito israel¨ª. Nadie tiene la seguridad de que fuera uno de los asaltantes.
Desde Jerusal¨¦n, el Gobierno de Ariel Sharon acusaba una vez m¨¢s al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, de estar detr¨¢s del crimen, olvid¨¢ndose de que, desde hace cuatro meses, se encuentra enclaustrado en su residencia de Ramala. El Gabinete de Seguridad israel¨ª, como suele ser habitual, se reuni¨® ayer por la noche para estudiar la represalia. Adora, el primer ataque palestino contra un asentamiento jud¨ªo desde que el pasado 29 de marzo se desencadenara la Operaci¨®n Muro Defensivo, amenaza con bloquear las negociaciones que israel¨ªes, palestinos y la comunidad internacional han abierto en los ¨²ltimos d¨ªas para resolver los asedios de la bas¨ªlica de la Natividad y de la residencia de Arafat en Ramala.
Ayer, pocas horas antes de que las delegaciones palestina e israel¨ª se reunieran para tratar de poner fin al asedio de Bel¨¦n, un portavoz del Gobierno de Ariel Sharon cancel¨® la cita alegando que, tras el ataque al asentamiento de Cisjordania, no se daban las condiciones id¨®neas para reanudar un di¨¢logo que se inici¨® hace tres d¨ªas. Las dos partes abandonaron el Centro de la Paz en Bel¨¦n, lugar habitual de las reuniones, tras haber fijado una nueva cita para hoy domingo, aunque sin se?alar hora.
Delegaci¨®n de la ONU
El ataque al asentamiento complicar¨¢ tambi¨¦n en las pr¨®ximas horas la llegada a Jerusal¨¦n de la delegaci¨®n de la ONU, encargada de investigar la supuesta matanza del campo de refugiados de Yen¨ªn, donde los palestinos aseguran que murieron entre 250 y 500 civiles, en 12 d¨ªas de ofensiva del Ej¨¦rcito. La delegaci¨®n parece dispuesta a llegar a la zona, sin tener la previa luz verde israel¨ª para desplazarse al lugar de los hechos, lo que podr¨ªa provocar un incidente diplom¨¢tico. Hoy el Gobierno israel¨ª se reunir¨¢ para estudiar el tema.
En plena escalada de tensi¨®n, el Ej¨¦rcito israel¨ª se mostr¨® ayer especialmente activo en Ramala, donde varios seguidores de Yasir Arafat fueron heridos por disparos israel¨ªes cuando trataban de acercarse a la c¨¢rcel del presidente palestino, y en Rafah, al sur de la Banda de Gaza, donde resultaron tambi¨¦n heridos por bala seis palestinos. Poco despu¨¦s, excavadoras del Ej¨¦rcito israel¨ª entraron ayer en el garaje de la sede de la gobernaci¨®n palestina en Ramala, donde est¨¢n aparcados los coches blindados de Arafat.
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