El Celta apuntilla al Zaragoza

Al Zaragoza ya s¨®lo le salva un milagro. Los tres puntos de ayer eran b¨¢sicos para ¨¦l, pero fue superado por el Celta, que, de paso, alimenta sus esperanzas de disputar la pr¨®xima Liga de Campeones. Y eso que el Zaragoza salt¨® al campo mucho m¨¢s enchufado que en otras ocasiones. Bien plantado atr¨¢s y muy concentrado, mantuvo al Celta en todo momento controlado. Pero sin peligro.Juanele estuvo muy incisivo en la banda izquierda, aprovech¨¢ndose de la endeblez defensiva de Karpin. El ruso jug¨® de lateral derecho en una apuesta ofensiva de V¨ªctor Fern¨¢ndez, pero est¨¢ demostrado que, cuando se encara a un jugador de marcado car¨¢cter atacante, las posibilidades de superarle son grandes.

Al Celta pareci¨® afectarle el maravilloso clima y se tom¨® el encuentro en su primera mitad como si de un amistoso veraniego se tratase. Se dedic¨® a aguantar a su rival, como esperando a que los nervios que agarrotan al Zaragoza se encargar¨¢n de hacer su labor. Y tampoco pudo ser contundente en sus escasas salidas al contragolpe. Entre otras razones, porque el bal¨®n le duraba muy poco, como si la t¨ªmida presi¨®n que ejerc¨ªan Jos¨¦ Ignacio y Acu?a hiciese que les quemase.

El encuentro resultaba tenso, pero insulso. S¨®lo las genialidades individuales pidieron paso. Primero fue Jesuli, que fue a recibir en corto un c¨®rner y de eso hizo una espectacular jugada a la que s¨®lo le falt¨® el remate. Y a la contra le toc¨® el turno a Marcos Vales. El gallego, tras complicarse la vida en exceso, sali¨® de su encerrona con un recorte y estrell¨® el bal¨®n en el poste.

Para la segunda parte se promet¨ªa la misma expectaci¨®n. ?sta se hizo mayor cuando, transcurridos unos minutos, Jesuli marc¨® de c¨®rner directo. Un lanzamiento envenenado que encontr¨® en las blandas manos de La¨ªnez un aliado inesperado. El Celta se encontraba con demasiado premio para sus m¨¦ritos. Y la ansiedad empez¨® a rondar La Romareda. El Zaragoza intent¨® enmendar la situaci¨®n mediante los pases largos, de forma casi atropellada, en claro ejemplo de su escasez futbol¨ªstica. Fue el momento en el que m¨¢s c¨®modo se sinti¨® el Celta, que aguant¨® paciente atr¨¢s a que su rival se estrellara contra su defensa. Al final, la desesperaci¨®n invadi¨® la grada e incluso hubo un amago de invasi¨®n del campo.