Libertad para Arafat

?Qu¨¦ hay m¨¢s all¨¢ del empantanamiento cruel de lo que a¨²n llamamos proceso de paz en el conflicto palestino-israel¨ª? Las condiciones humillantes en las que desde el 2 diciembre pasado sobrevive en Ramala el l¨ªder palestino, Yasir Arafat, hac¨ªan imposible una salida m¨ªnimamente realista de la actual situaci¨®n y mucho menos la vuelta de israel¨ªes y palestinos a la mesa de negociaciones. Con esa humillaci¨®n sobre la cabeza de Arafat, es evidente que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) carec¨ªa de autoridad pol¨ªtica para decretar un alto el fuego. Y tampoco para entregar a los asesinos del ministro israel¨ª Rahaman Zeevi, a quienes ha condenado en Gaza a fuertes penas de c¨¢rcel.

Sharon ven¨ªa exigiendo la entrega de los asesinos de su ministro para juzgarlos en Israel como condici¨®n para levantar el cerco de Arafat en Ramala, a lo que la ANP se ha negado argumentando que los acuerdos de autonom¨ªa le permiten juzgar a los sospechosos detenidos en su territorio. Pero las cosas han cambiado r¨¢pidamente en las ¨²ltimas horas gracias a la propuesta hecha por el presidente de EE UU, George W. Bush, para desbloquear la situaci¨®n. Bush propuso el s¨¢bado a Sharon que los asesinos del ministro israel¨ª cumplan condena en una prisi¨®n palestina, pero custodiados por soldados brit¨¢nicos y estadounidenses. Sharon acept¨® y, poco despu¨¦s, Arafat hizo lo propio, decisi¨®n que debe permitirle recuperar la libertad de movimientos.

Se abre, pues, un resquicio a la esperanza en un punto clave del callej¨®n sin salida en que se encuentra la actual situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Pero existe otro punto esencial en el que Sharon sigue cerrado en banda: la investigaci¨®n por una comisi¨®n de la ONU de lo que sucedi¨® en el campo de refugiados de Yen¨ªn. El Gobierno israel¨ª afirm¨® que dar¨ªa toda clase de facilidades para investigar lo que calificaba de acci¨®n cuidadosa para no ocasionar v¨ªctimas, pero que periodistas y observadores occidentales no han dudado en calificar de crimen de guerra. Sharon y su Gobierno volvieron ayer a bloquear la comisi¨®n, dando largas una y otra vez a su llegada al lugar de los hechos y cuestionando 'los fines' de su investigaci¨®n.

Habr¨¢ habido o no violaci¨®n de los derechos humanos en Yen¨ªn -el nombre de Israel quedar¨ªa mancillado de no despejarse las dudas-, pero de lo que no hay duda es de que la famosa operaci¨®n antiterrorista arras¨® tendidos el¨¦ctricos y conducciones de agua y demoli¨® viviendas con familias enteras en su interior. En vez de una investigaci¨®n en regla, Israel parece aspirar a un certificado de buena conducta.