La poderosa adultez de Oller

El escaparate que representa Dansa Val¨¨ncia ha apostado acertadamente por coproducir algunas obras, y eso, dentro del secano de la danza contempor¨¢nea espa?ola, es un oasis.

Ram¨®n Oller, que ha sido beneficiario de esta iniciativa, sorprendi¨® el pasado fin de semana con una obra donde no hay un chiste, ni di¨¢logos, ni un bolero. Todo lo contrario. La obra Sangrepura es quiz¨¢ el montaje de mayor envergadura que ha hecho el de Esparragueras hasta hoy, con las connotaciones de un ballet moderno de gran formato. El tema de los vampiros se presta a tal severidad, pero aqu¨ª el vampirismo y la sed de sangre es una agria met¨¢fora de otra cosa donde no falta la iron¨ªa. Es obra de madurez, sin concesiones a la galer¨ªa, una coreograf¨ªa de firme dibujo que roza lo ballet¨ªstico intencionadamente.

Sangrepura es un drama tenso y obscuro, expresado en c¨ªrculo y evoluciones de marcada rotaci¨®n conc¨¦ntrica, en que los ocho bailarines se dejan la piel entre el baile y la audacia actoral.

El ritual parte de una confrontaci¨®n en clave neog¨®tica de fuerzas: el mal y sus suced¨¢neos. En Sangrepura no hay buenos, ni v¨ªctimas, ni redenci¨®n. Los hombres son todos primos carnales de Nosferatu; y ellas, vestales que urden miserias. Entre todos, una especie de sibila que da lugar a la escena inici¨¢tica; Sandrine Rouet es una excelente bailarina con una calidad de movimiento excepcional, a la vez doloroso y abstra¨ªdo, sensual hasta lo perverso. Oller explota esas posiblidades en su n¨ªveo personaje, la arrastra a un sacrificio lleno de entusiasmo doloso.

Los hombres la rodean, la vapulean y finalmente la ponen de su parte; pero quiz¨¢s la vencedora de tal batalla carnal es ella, la belleza acuchillada que respira y se deja poseer. Mucha miga sentimental hay detr¨¢s de estas escabrosas y potentes escenas, plenas de pulsaci¨®n interior, morbo y arrojo.

La banda sonora de Josep Puigdollers, elaborada con gusto y linealidad formal, es una susesi¨®n de fragmentos donde impera el efecto nocturnal de los adagios y arias de Zbigniew Preisner (Bielsko-Biala, Polonia, 1955), compositor que se hiciera famoso por su m¨²sica para el cine, especialmente con Krzysztof Kieslowski. Luces eficientes de Gloria Montesinos, vestuario de calidad de Xeles de Bofarull y atinada escenograf¨ªa de M¨®nica Quintana en una puesta en escena depurada, hacen de este estreno una ocasi¨®n importante para Dansa Val¨¨ncia y la propia destilaci¨®n estil¨ªstica del core¨®grafo.