La presi¨®n atenaza al Pamesa en su gran d¨ªa

En su gran d¨ªa, en la b¨²squeda de su primer t¨ªtulo europeo, al Pamesa le pudo la presi¨®n y cay¨® en la final de la Copa Saporta ante el Siena, un rival que no demostr¨® ser superior, pero que se enganch¨® al acierto de Naumoski y a su tiro exterior para alzarse con el t¨ªtulo.

Los nervios pusieron los grilletes al juego de ambos conjuntos durante el primer cuarto, especialmente al valenciano. El Pamesa no anot¨® hasta los tres minutos y medio y dio se?ales de excesivo nerviosismo durante todo el encuentro: Alston y Hopkins fallaron canastas c¨®modas bajo los aros, Para¨ªso desapareci¨® del mapa y los porcentajes en los tiros libres, tan importantes en las finales, fueron un pesad¨ªsimo lastre.

S¨®lo Rodilla, su l¨ªder espiritual, intent¨® sacar al Pamesa del pozo. El base encaden¨® dos triples consecutivos, sum¨® nueve de los 17 puntos de su equipo en los primeros diez minutos y volvi¨® a aupar al Pamesa cuando el Siena se march¨® en el marcador antes del descanso (26-36). En esos momentos emergi¨® el gran Rodilla, el que impone un sello propio, para enderezar la nave pese a sus problemas f¨ªsicos -jug¨® al 75% de sus posibilidades por una lesi¨®n en los abductores-, pero fue insuficiente.

La aportaci¨®n de Rodilla qued¨® ensombrecida por la del escolta Naumoski, del Siena, un jugador irregular, pero de gran calidad; un suplente capaz de revolucionar a su equipo y ganar por s¨ª solo una final. Naumoski enlaz¨® con el p¨ªvot, Chiacig, el mejor de la selecci¨®n italiana, y la conexi¨®n resquebraj¨® la consistencia del Pamesa en la defensa, tocada por las tres faltas personales que pesaban sobre Alston desde el minuto 8.

El encuentro fue tambi¨¦n una prueba de fuego para Para¨ªso, que ha cargado toda el curso con el peso de ser el fichaje m¨¢s caro de la historia del Pamesa (1,5 millones de euros). El alero fue una sombra en la primera parte y Casimiro dio entrada a Millera para jugar con dos bases. Tampoco funcion¨®.

El Siena, conocido como el equipo de la mens sana, hizo valer su mejor defensa para abrir hueco. La telara?a italiana at¨® a los valencianos, descentrados y con m¨²ltiples p¨¦rdidas del bal¨®n, sin c¨®modas posiciones de tiro y faltos de personalidad para remontar el vuelo. Tuvo que aparecer de nuevo Rodilla para saludar con cierta igualdad al descanso (31-36).

La segunda parte dibuj¨® el mismo gui¨®n: absurdas p¨¦rdidas del Pamesa, blando como un flan en la defensa y s¨®lo sustentado por el ¨ªmpetu de Rodilla. El Siena afin¨® su punter¨ªa desde el per¨ªmetro y cuatro triples seguidos abrieron un abismo (42-54). El grupo de Casimiro se olvid¨® de c¨®mo atacar y permiti¨® lanzamientos lejanos a los italianos. Casimiro dise?¨® una zona en la retaguardia, Alston volvi¨® a la pista y el Pamesa, siempre a remolque, reaccion¨®, pero no le bast¨®. El Siena destroz¨® con sus triples y dej¨® de nuevo al Pamesa, que ya perdi¨® la final del mismo torneo en 1999, sin el t¨ªtulo europeo en su gran d¨ªa.