El Pamesa se clasifica para la final de la Saporta

Era su deber y lo ha cumplido con absoluta pulcritud. Tres a?os despu¨¦s, el Pamesa Valencia volver¨¢ a disputar la gran final de la Copa Saporta y tendr¨¢ la oportunidad de levantar el primer trofeo europeo de su historia. Un privilegio ganado a pulso tras el ejercicio de madurez y seriedad desplegado ayer en Polonia. No era un momento para las exquisiteces y las filigranas. Y desde luego, no lo fue. El espect¨¢culo estuvo repleto de imperfecciones. Pero s¨ª se impon¨ªan otros rasgos como la personalidad, el autocontrol y la inteligencia. Y a esta filosof¨ªa se encomend¨® el conjunto de Luis Casimiro para doblegar a un rival sobrado de actitud pero deficitario en aptitud.

Se esperaba un mayor sufrimiento. Con un ambiente y una escenogr¨¢f¨ªa impactantes, exist¨ªa el recelo de asistir a momentos m¨¢s o menos comprometidos. Falsa intuici¨®n. Todos los temores se desvanecieron a los pocos minutos. Con m¨¢s facilidad de la prevista, casi con un simple chasquido de dedos, el Pamesa delimit¨® las funciones de cada equipo. La jerarqu¨ªa era para los valencianos; la sumisi¨®n pertenec¨ªa al conjunto polaco. Y as¨ª iba a transcurrir el choque. Al conjunto valenciano le bast¨® el primer impulso para evitar cualquier equ¨ªvoco. Y ya no hubo tiempo para las injerencias. El trabajo qued¨® hecho y bien hecho. Y la final, servida. Ser¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 30 de abril en Ly¨®n ante el Siena italiano. Un momento para la historia.