Isabel II de Inglaterra elogia la sociedad multicultural surgida en sus 50 a?os de reinado
La reina excluye cualquier posibilidad de abdicaci¨®n y destaca el papel de la Uni¨®n Europea
La reina Isabel II de Inglaterra abri¨® ayer los festejos por el 50? aniversario de su llegada al trono con una solemne declaraci¨®n personal en el Parlamento de Westminster, la d¨¦cima que realiza en su nombre y sin la tutela del Gobierno en medio siglo de reinado. La reina, que se tom¨® la libertad de referirse a Europa y de dar un enorme espaldarazo a la sociedad multicultural en que se ha convertido el Reino Unido, centr¨® su discurso en los cambios que el pa¨ªs ha vivido y seguir¨¢ viviendo. Cambios que van a seguir afectando profundamente a la instituci¨®n de la monarqu¨ªa.
La reina espant¨®, en cualquier caso, cualquier atisbo de abdicaci¨®n al comprometerse a seguir sirviendo al pueblo 'en los cambiantes tiempos que se avecinan'. Isabel II se dirigi¨® conjuntamente a los Comunes y a los Lores en el imponente Westminster Hall, el vasto sal¨®n que hace unos d¨ªas vio desfilar a 250.000 brit¨¢nicos para presentar sus respetos a la fallecida reina madre.
La v¨ªspera, la reina Isabel II cen¨® en Downing Street con los cinco primeros ministros que siguen en vida de los que ha tenido en su reinado: Edward Heath, James Calaghan, Margaret Thatcher, John Major y Tony Blair. El fallecido Harold Wilson estuvo representado por su viuda.
La cena de anteanoche y las solemnes palabras de ayer marcan el inicio de los festejos de sus bodas de oro con el trono: el 50? aniversario de su coronaci¨®n. En tan se?alada ocasi¨®n, la reina decidi¨® dirigirse al Parlamento hablando en su propio nombre, utilizando as¨ª uno de los numerosos poderes directos que a¨²n conserva y que normalmente delega en el primer ministro, y entre los que figura el poder de declarar la guerra.
La reina sintetiz¨® en cuatro significativos momentos los cambios vividos por el mundo desde que empez¨® su reinado, en 1952: 'La emergencia de la Commonwealth, el crecimiento de la Uni¨®n Europea, el final de la guerra fr¨ªa y ahora la oscura amenaza del terrorismo internacional'.
'Los cambios se han convertido en una constante; administrar esos cambios se ha convertido en una disciplina en expansi¨®n; la manera en que los abracemos va a definir nuestro futuro', subray¨®. Todo su discurso estuvo marcado por las menciones a la necesidad de adaptarse a los cambios, en lo que se ha interpretado como un nuevo compromiso p¨²blico de modernizar la monarqu¨ªa.
'Somos un pueblo moderado, pragm¨¢tico, m¨¢s a gusto en la pr¨¢ctica que en la teor¨ªa', dijo tambi¨¦n. 'Estamos tambi¨¦n orgullosos de nuestra tradici¨®n de equidad y tolerancia, de la consolidaci¨®n de nuestra sociedad multicultural y multirreligiosa, un desarrollo de gran calado desde 1952, logrado de manera remarcablemente pac¨ªfica y voluntariosa', resalt¨® luego.
La destacada menci¨®n de Isabel II a la multiculturalidad de la sociedad brit¨¢nica y al fen¨®meno de la diversidad de su fe religiosa tiene una extraordinaria significaci¨®n. El Reino Unido contempla con cierta distancia el cataclismo pol¨ªtico que viven estos d¨ªas sus vecinos franceses, pero no est¨¢ al abrigo de problemas semejantes. En Gran Breta?a, el ¨¦xito pol¨ªtico del Frente Nacional es muy inferior al del franc¨¦s, pero la tensi¨®n racial se vive en muchas ciudades del norte del pa¨ªs donde viven miles de paquistan¨ªes y de banglades¨ªes que no se han adaptado a la vida occidental con la misma facilidad con la que han hecho indios, chinos o incluso jamaicanos y africanos.
La modernizaci¨®n de la sociedad y la monarqu¨ªa brit¨¢nica marc¨® el hist¨®rico discurso de Isabel II, pero tambi¨¦n su voluntad de seguir ci?endo la corona. La reina espant¨® para muchos a?os cualquier rumor de abdicaci¨®n. Su hijo Carlos, heredero de la Corona, protagoniz¨® la imagen de los funerales de la reina madre y va acaparando poco a poco un papel relevante en la vida diaria de la monarqu¨ªa. Su pareja de hecho, Camilla Parker-Bowles, se desliza poco a poco entre los pliegues de la casa real. Pero Isabel no piensa abdicar.
'Quiero ante todo declarar mi resoluci¨®n a continuar, con el apoyo de mi familia, sirviendo al pueblo de esta gran naci¨®n nuestra con mi mejor voluntad a lo largo de estos cambiantes tiempos', fueron las concluyentes palabras de la reina, celebradas con un largo y caluroso aplauso por la crema de la crema del poder pol¨ªtico brit¨¢nico. Sus palabras no dejan lugar a la duda: Isabel II quiere dirigir desde palacio todos los cambios que la monarqu¨ªa ha de seguir viviendo. Los funerales de la reina madre han espantado el fantasma de la apat¨ªa popular, el jubileo o 50? aniversario del reinado de Isabel II ser¨¢ un ¨¦xito, pero los malos tiempos a¨²n no han sido enterrados.
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