R¨¦plica a Saramago
Hace dos semanas, Jos¨¦ Saramago estuvo en Nueva York; su visita original, programada para septiembre pasado, se pospuso debido a los sucesos del 11-S. El cr¨ªtico literario Harold Bloom hizo un homenaje enormemente anal¨ªtico al premio Nobel, refiri¨¦ndose a cada una de sus novelas, ante un p¨²blico que se apretujaba en la Biblioteca P¨²blica de Nueva York. Yo hab¨ªa le¨ªdo acerca del comentario de Saramago a los escritores israel¨ªes, en el que comparaba Cisjordania con Auschwitz, pero esperaba que fuese una boutade. A lo largo de los a?os, muchos de mis amigos escritores, especialmente los hombres, han soltado boutades, y he intentado pasar por alto sus deslices. Nunca se me habr¨ªa pasado por la cabeza que Saramago pudiera aprovechar la ocasi¨®n de las terribles tragedias que tienen lugar en Oriente Pr¨®ximo para resucitar la caricatura del jud¨ªo. Pero cuando le¨ª la diatriba de Saramago contra los jud¨ªos publicada en EL PA?S el domingo 21 de abril con el t¨ªtulo 'De las piedras de David a los tanques de Goliat', me di cuenta de que no era una boutade, sino un desvar¨ªo.
Uno puede tener todo tipo de puntos de vista sobre Oriente Pr¨®ximo, sobre la historia de Oriente Pr¨®ximo, y sobre los ba?os de sangre de los ¨²ltimos meses, pero, a fin de cuentas, por muy negras que parezcan las cosas, tiene que estar a favor del proceso de paz y del derecho internacional; echar gasolina a un fuego ya enfurecido no es de ninguna utilidad. Saramago no aporta soluciones para Oriente Pr¨®ximo; es interesante que en su art¨ªculo apenas mencione a Sharon. Saramago no quiere centrarse en un general israel¨ª concreto, ni en ninguno de los temas concretos, sobre los que realmente hay mucho que decir. Por el contrario, quiere hablar del jud¨ªo que le ronda en la cabeza; de hecho, resulta que su afirmaci¨®n sobre Auschwitz no se basaba en algo que ¨¦l hubiera visto directamente (aparentemente lo trasladaron en autob¨²s por la noche del hotel de Ramala directamente a la reuni¨®n de escritores en Israel), sino en una extra?a conclusi¨®n sobre Auschwitz, que analizar¨¦ m¨¢s adelante.
En este peligroso momento de xenofobia contra los trabajadores inmigrantes ¨¢rabes y de creciente antisemitismo en Europa (como ponen de manifiesto las elecciones francesas), Saramago ha preferido recuperar la figura del eterno e inmutable jud¨ªo. Yo no recib¨ª una formaci¨®n religiosa. No conozco la Biblia tan bien como ¨¦l y no puedo comentar los tortuosos significados de la historia de David y Goliat, pero habr¨ªa dado por hecho que a un escritor de su talento no se le ocurrir¨ªa hurgar en la Biblia, que, adem¨¢s de producir parte de la poes¨ªa m¨¢s asombrosa del mundo, contiene suficiente material delirante como para que Hollywood no pare nunca. El retrato que Saramago hace del jud¨ªo vengativo que lleva a cabo la obra de un Dios vengativo -'M¨ªos son la venganza y el pago'- no es una observaci¨®n literaria original, sino antisemitismo est¨¢ndar repetido a lo largo de los siglos. Las personas cultas no atacamos el Cor¨¢n por la ¨²nica frase que vilipendia a la religi¨®n musulmana; citar el coqueteo de Eva con la serpiente ser¨ªa inadmisible como prueba en un juzgado para justificar la solicitud de divorcio por parte de un marido. Supongamos que yo escribiese la siguiente incoherencia: la p¨¦rdida de las colonias espa?olas ha empujado a los espa?oles a secuestrar el mundo. En palabras del poeta Cernuda, 'el odio y la destrucci¨®n perduran siempre sordamente en la entra?a del espa?ol terrible'. Esta sed de sangre de los espa?oles, documentada en el t¨ªtulo de la obra de Garc¨ªa Lorca Bodas de sangre, los ha llevado a torturar a norteafricanos, algo tambi¨¦n documentado por Amnist¨ªa Internacional.
La descripci¨®n de los jud¨ªos que bulle en la cabeza de Saramago no se ha formado de un d¨ªa para otro. Su trayectoria del jud¨ªo, desde los tiempos b¨ªblicos hasta la actualidad, no tiene nada que ver con ninguna realidad externa que ata?a a la ONU, fronteras, asentamientos o soluciones necesarias. Siguiendo su l¨®gica, en primer lugar, los jud¨ªos son vengativos porque han sido v¨ªctimas hist¨®ricas, y eso les ha convertido en racistas obsesivos. ?De verdad? Entonces, ?por qu¨¦ han estado en primera l¨ªnea de todos los movimientos a favor de la libertad y los derechos civiles? En segundo lugar, volviendo a la teor¨ªa de Auschwitz de Saramago, los jud¨ªos tienen una ventaja injusta: como fueron torturados o incinerados, no tienen por qu¨¦ rendir cuentas a nadie y tienen un tremendo poder para dominar el mundo. Es un nuevo matiz de un tema muy antiguo: los jud¨ªos capitalistas controlan el mundo, los jud¨ªos comunistas controlan el mundo, y ahora los jud¨ªos asesinados controlan el mundo. Saramago soluciona todos sus debates mentales sobre todos estos jud¨ªos muertos invent¨¢ndose la teor¨ªa de que si estos muertos reaparecieran, rehuir¨ªan a sus descendientes. Su calumniante provocaci¨®n que no pretende llevar a ning¨²n grupo a la mesa de la paz ('?Ah!, y s¨ª, las terribles muertes civiles provocadas por los denominados terroristas...') no merece comentario alguno.
Mi propio pariente muerto, el primo de mi padre, el escritor austriaco Joseph Roth, muri¨® por alcoholismo en Par¨ªs en 1939, as¨ª que supongo que yo puedo reclamarle, o ¨¦l me puede reclamar a m¨ª. Como mi padre, Roth cre¨ªa que hab¨ªa que ver todos los lados. En The Wandering Jews, escrita a principios de los a?os treinta, expres¨® su imparcial pesimismo sobre Oriente Pr¨®ximo: 'El jud¨ªo tiene derecho sobre Palestina, no porque en otro tiempo procediera de all¨ª, sino porque ning¨²n otro pa¨ªs est¨¢ dispuesto a acogerle... Lamentablemente es tan europeo como jud¨ªo. Proporciona a los ¨¢rabes electricidad, ingenieros, ametralladoras y filosof¨ªas superficiales... El temor de los ¨¢rabes por su libertad es tan f¨¢cil de comprender como la aut¨¦ntica intenci¨®n del jud¨ªo de ser justo con su vecino...'. Stefan Zweig, amigo de Roth, se suicid¨® en Latinoam¨¦rica, y Walter Benjam¨ªn se mat¨® en la frontera espa?ola. Los supervivientes de aquella cultura se convirtieron en los Hannah Arendt y Billy Wilder de Estados Unidos, y algunos fueron a Israel.
Las caricaturas, tanto de ¨¢rabes como de africanos o jud¨ªos, dirigen nuestra atenci¨®n exclusivamente hacia el estereotipo malicioso. Una de las cosas que hace un escritor, especialmente los que tenemos la buena suerte de conocer distintas partes del mundo, es hacer compleja la experiencia humana y convertir en familiar lo que no lo es. Al permitirse escribir sobre la crisis actual como si los jud¨ªos fueran parte de una novela que estuviera tomando forma en su cabeza, en un pa¨ªs en el que los jud¨ªos son una abstracci¨®n, en un pa¨ªs cuya relaci¨®n con Israel es relativamente reciente, Saramago no ha hecho nada para que avance la causa de lo razonable, que es una causa por la que dieron su vida personas como Sadat, Rabin y Martin Luther King.
Barbara Probst Solomon es escritora estadounidense.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.