Hola, Concha
Algunos intentos anteriores de Jos¨¦ Carlos Plaza por adentrarse en el dif¨ªcil camino del musical a lo grande, como es el caso de La Bella Helena, tuvieron menos fortuna que este Hello, Dolly!, sin duda por problemas de reparto. Aqu¨ª casi todo est¨¢ compuesto a la medida exacta de la enorme Concha Velasco, una actriz que lleva toda la vida en las pantallas y en los escenarios y que crece cada vez m¨¢s en cuanto decide subirse al tablado.
Con un estrellato de esa clase, muy bien acompa?ado por la presencia de Pep Cruz en el segundo papel, el asunto de la casamentera convertido en musical de gran formato (algo m¨¢s limitado por las proporciones de la embocadura del escenario del Olympia) no puede fallar, aunque no siempre los int¨¦rpretes canten como es debido en otras latitudes y pese a que la direcci¨®n esc¨¦nica oscile muchas veces entre los apartes de unos n¨²meros m¨¢s o menos ¨ªntimos y las grandes escenas de conjunto.
Hello, Dolly!
De Michael Stewart y Jerry Herman, sobre la obra de Thorton Wilder, en versi¨®n de Juan Jos¨¦ Arteche y Jos¨¦ Carlos Plaza. Int¨¦rpretes, Concha Velasco, Pep Cruz, Marta Malone, Javier Arroyo... Iluminaci¨®n, Francisco Leal. Vestuario, Rosa G. Andujar. Coreograf¨ªa, John O'Brien. Canciones adaptadas por V¨ªctor Manuel. Escenograf¨ªa y direcci¨®n, Jos¨¦ Carlos Plaza. Teatro Olympia. Valencia.
Los musicales m¨¢s directamente musicales que por aqu¨ª se han visto son los de Dagoll Dagom o, a su manera, los de La Cubana, dejando aparte las grandes zarzuelas, ese g¨¦nero de postrimer¨ªas, debidas a Jos¨¦ Tamayo, de manera quo no deja de sorprender -en este caso para bien- el encuentro entre un director que viene de los rigores del m¨¦todo por excelencia, pasado por Lee Strasberg y William Layton, con una actriz de muchos recursos que no necesita de m¨¦todo alguno para encontrar la rotundidad de su presencia sobre no importa qu¨¦ escenario ni a prop¨®sito de qu¨¦ proyecto. Si los guionistas distinguen, para dibujar a sus personajes, entre el saber decir, saber estar y saber actuar, no hay duda de que Concha Velasco supone un pleno en esas y en otras aptitudes. Y lo hace a pelo, por oficio, por ganas, por voluntad de sobrevivir gustando. La verdad es que impresiona, y mucho, en directo. Una granizada interpretativa de entusiasmo.
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