El triunfo de la constancia
La realidad cotidiana de los valencianos y valencianas nos anima al optimismo. Los ¨²ltimos informes publicados as¨ª lo atestiguan -la Comunidad Valenciana registr¨® en el a?o 2001 el mayor incremento del Producto Interior Bruto (PIB) por autonom¨ªas-. Esta Comunidad vive una etapa de desarrollo, progreso y bienestar desconocida en nuestra historia.
Hasta mitad de la d¨¦cada de los noventa, ve¨ªamos pasar de largo el AVE, la Expo, las Olimpiadas o la capitalidad cultural. Observ¨¢bamos c¨®mo el protagonismo empresarial y pol¨ªtico se centraba en Madrid y Barcelona, y los intereses reales de los ciudadanos de nuestra Comunidad quedaban supeditados a decisiones que se tomaban allende nuestras fronteras (un fin de semana estuvo Eurodisney entre nosotros y de los trasvases h¨ªdricos... ni se hablaba).
Los datos socioecon¨®micos de 1995 nos hac¨ªan zozobrar entre la mediocridad y la desolaci¨®n: una tasa de paro del 16,9%, una poblaci¨®n activa de tan s¨®lo 1.257.940 personas, la renta per c¨¢pita por debajo de los 10.000 euros (9.727 es la cifra exacta) y una inversi¨®n de 60 millones de euros en I+D. Eran los datos de los que part¨ªamos. Sin embargo, el cambio pol¨ªtico fue la palanca sobre la que se apoy¨® la prosperidad de la que hoy disfrutamos. Seg¨²n el Informe Anual de la Fundaci¨®n de Cajas de Ahorro, la econom¨ªa de la Comunidad Valenciana ha crecido en el ¨²ltimo ejercicio m¨¢s de un 4%, superior no s¨®lo al resto de las Comunidades Aut¨®nomas sino tambi¨¦n a la media de las regiones europeas, la tasa de paro se ha reducido hasta el 7%, la poblaci¨®n ocupada ha alcanzado el r¨¦cord de 1.583.200 personas, la renta per c¨¢pita se sit¨²a en la frontera de los 14.000 euros (13.729 exactamente) y el gasto en I+D se ha duplicado respecto a 1995. Se crece econ¨®micamente y se aumenta nuestro bienestar.
Son datos para la confianza y restablecer la ilusi¨®n perdida. Hoy afirmamos nuestro protagonismo y nuestro papel como motor de crecimiento. La autov¨ªa Valencia-Madrid se desatascaba tras a?os de disputas pueriles. En breve, el tren de alta velocidad intensificar¨¢ m¨¢s si cabe la comunicaci¨®n con la meseta. Como Comunidad, participamos activamente en el dise?o del Plan Hidrol¨®gico Nacional, y el Arco Mediterr¨¢neo recupera su potencial bajo el impulso de las instituciones valencianas. Pero adem¨¢s nuestra interlocuci¨®n con las instancias estatales y europeas es de primera mano, pues el presidente Eduardo Zaplana presidir¨¢ en Comit¨¦ de las Regiones en un futuro pr¨®ximo.
La Comunidad Valenciana, por fin, es uno de los v¨¦rtices, junto a Madrid y Barcelona, en los grandes proyectos nacionales e internacionales y, como beneficiaria de las ¨®ptimas condiciones de futuro, esta sociedad vive razonables cuotas de euforia. La ilusi¨®n y la colaboraci¨®n de nuestros conciudadanos han desatado una confianza que, sustentada en los datos reales apuntados, contradicen por fortuna ese nocivo determinismo que se instal¨® en una pocas mentes que, a falta de presente, anuncian e inventan negatividades y desastres de futuro para justificar actitudes desfasadas. Eppur si muove. El optimismo de la sociedad valenciana, derivado de la percepci¨®n de la realidad cotidiana, contrasta con el pesimismo catastrofista que exhiben las filas socialistas, m¨¢s cerca del 'Estamos contra todas las leyes, empezando por la ley de la gravedad' del poeta peruano Augusto Lunel, que de la palpable realidad.
Frente a los conformistas y resignados, nuestra Comunidad se muestra confiada e ilusionada, protagonista y... ?triunfadora! En unos d¨ªas, Valencia ser¨¢ una fiesta: el Valencia, CF, romper¨¢ con treinta y un a?os de maleficio y olvidar¨¢ sus dos finales consecutivas de la Champions League. El Valencia ser¨¢ de nuevo campe¨®n de la liga espa?ola.
El Valencia, CF, pas¨® por el calvario de la segunda divisi¨®n para reflexionar y renacer de sus cenizas. Los momentos de mediocridad y desolaci¨®n, como vidas paralelas, tambi¨¦n impregnaron a nuestra Comunidad. Eran tiempos de desaz¨®n. Tiempos para la reflexi¨®n. Tiempos para rearmar nuestro futuro. Un futuro que hoy es presente dulce y cargado de confianzas econ¨®micas y sociales. Desde la segunda divisi¨®n, la Comunidad Valenciana se ha superado para ser referente de desarrollo y prosperidad en Espa?a y Europa. Nuestra pol¨ªtica social y las mejoras de la calidad de vida de los valencianos son el espejo en el que otros se miran. Si hace unos a?os la atenci¨®n a los mayores y discapacitados reca¨ªa, en su totalidad, en las familias, hoy, los ciudadanos valencianos disponemos de una amplia red asistencial externa abierta a la sociedad civil que abarca mayores y m¨¢s variadas necesidades.
El paralelismo de trayectorias y triunfos est¨¢ servido: la Comunidad Valenciana y el Valencia, CF, se han cohesionado como equipos. Los fichajes ya no se importan sino que se exportan. Aquella tercera capital de Espa?a, a la que otros -y algunos de nosotros- nos hab¨ªan condenado y que s¨®lo sobresal¨ªa con las arrancadas de Kempes o las intermitentes victorias frente al Madrid o el Barcelona, es hoy una Comunidad que, gracias a la sociedad valenciana y a sus instituciones -verdaderos protagonistas del impulso renovador- est¨¢ presente en Europa. Las iniciativas de los empresarios valencianos, al igual que las de nuestros artistas, circulan por Europa con el mismo tes¨®n y alegr¨ªa con que lo hacen los jugadores valencianistas.
El Valencia, CF, est¨¢ a un paso de alcanzar la gloria y desterrar los viejos prejuicios del determinismo confortante de los segundones, tan certeramente rechazado por Graham Greene en su Tercer hombre, cuando afirmaba que 'en mil a?os de historia, los civilizados suizos s¨®lo hab¨ªan creado el reloj cuc¨²'.
Son trayectorias paralelas: la Comunidad Valenciana y el Valencia, CF, en una feliz coincidencia deportiva y social se reencuentran de la mano de los Baraja, Aimar, Ca?izares, Albelda... Nombres y hombres cuyos esfuerzos han hecho de la ficci¨®n, anta?o ilusoria, una realidad cercana de la que todos disfrutamos alejados, ahora s¨ª, de aquel determinismo que pretend¨ªa inmovilizarnos y que, todav¨ªa, se resiste y se presenta como opci¨®n. Afortunadamente, Alea jacta est y Mestalla organizar¨¢ la fiesta que Par¨ªs y Mil¨¢n nos negaron. Entonces estuvimos presentes, y ahora, como siempre, la Generalitat, los valencianos y valencianas, estaremos all¨ª para compartir triunfos.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social.
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