El islam no ha contribuido al progreso, dice el l¨ªder 'ultra' holand¨¦s

El l¨ªder ultraderechista holand¨¦s Pim Fortuyn asegura que la cultura isl¨¢mica est¨¢ 'atrasada' y que los musulmanes no han contribuido apenas al progreso cient¨ªfico y econ¨®mico. 'Eso se puede comprobar si comparamos el mundo isl¨¢mico con el mundo moderno. Los grandes avances en ciencia, tecnolog¨ªa y econom¨ªa los ha producido la modernidad y no el mundo isl¨¢mico', explica Fortuyn, que en el pasado se defendi¨® de los que le acusaban de racista argumentando que su pol¨ªtica es 'multi¨¦tnica'.

Fortuyn, que en Rotterdam, la ciudad donde reside, desbanc¨® por primera vez desde la II Guerra Mundial al partido socialista el pasado mes de marzo al conseguir 17 de los 45 representantes del Ayuntamiento, sostiene adem¨¢s que los l¨ªderes de la izquierda europea tienen la culpa del ascenso de la extrema derecha por vetar las discusiones sobre los problemas de inmigraci¨®n. Fortuyn rechaza cualquier comparaci¨®n con el candidato de la extrema derecha de Francia, Jean-Marie Le Pen: 'Estoy harto de estas preguntas. Le Pen es antisemita y yo no. Yo apoyo a Israel', e indica que el resurgimiento de la derecha radical demuestra que la democracia 'funciona bien'.

Elecciones holandesas

Con su programa xen¨®fobo y de cierre de fronteras -especialmente a los musulmanes-, Fortuyn pretende cosechar un gran n¨²mero de votos en las elecciones holandesas del pr¨®ximo 15 de mayo. El que fuera profesor de sociolog¨ªa ha sido apoyado por el 17% de los electores holandeses en la ¨²ltima encuesta de intenci¨®n de voto del pa¨ªs. Fortuyn cre¨® su propio partido, el Partido Pim Fortuyn, tras ser expulsado del partido derechista Holanda Habitable por hacer comentarios contra los inmigrantes en una entrevista.

Para Fortuyn, el apoyo a la extrema derecha en Europa responde a la frustraci¨®n de los ciudadanos europeos que consideran a sus gobiernos incapaces de resolver los problemas pol¨ªticos y econ¨®micos. 'Si los pol¨ªticos no quieren escuchar al pueblo, tendr¨¢n que pagar por ello, y ¨¦so es lo que est¨¢ sucediendo ahora. No es triste, s¨ªmplemente demuestra que la democracia europea funciona a la perfecci¨®n', asegura.