Miles de personas de todas las razas dan el ¨²ltimo adi¨®s a Fortuyn
Temor a un enorme crecimiento del partido ultraderechista en las elecciones del mi¨¦rcoles
El funeral de Pim Fortuyn logr¨® lo que el controvertido l¨ªder pol¨ªtico acribillado a balazos no logr¨® en vida: que le rindieran honores ciudadanos de derecha e izquierda, blancos y negros, protestantes, cat¨®licos y musulmanes. Decenas de miles de personas se congregaron a darle el ¨²ltimo adi¨®s a su paso por las calles de Rotterdam. Una respuesta popular masiva que podr¨ªa ser la antesala de un enorme crecimiento de su partido en las elecciones del d¨ªa 15.
La conmoci¨®n por el asesinato de Fortuyn, un crimen sin precedentes en la historia moderna de Holanda, se hizo muy visible ayer en la catedral de Rotterdam, donde se celebr¨® el servicio religioso por el rito cat¨®lico. Se dieron cita los principales l¨ªderes de los partidos pol¨ªticos, entre ellos el primer ministro Wim Kok, junto a importantes representantes de la vida social y econ¨®mica del pa¨ªs. Incluso la casa real envi¨® un representante de la reina Beatriz a las exequias.
El obispo de Rotterdam, Ad van Luyn, que ofici¨® la ceremonia, resumi¨® la sensaci¨®n de sorpresa e impotencia de todos: 'Yo no lo conoc¨ªa personalmente, pero acced¨ª a estar aqu¨ª hoy en protesta por el aumento de la violencia'.
Holanda no se ha repuesto todav¨ªa del impacto de que semejante crimen haya roto la tradicional tranquilidad del pa¨ªs del consenso, m¨¢xime cuando se barajan cada vez m¨¢s insistentemente tesis que apuntan a que el asesinato pudo ser organizado por un peque?o grupo. Ayer, trabajadores de un hotel en el que estuvo el pol¨ªtico dando un mitin el mismo d¨ªa que fue acribillado aseguran que el supuesto autor de los disparos estuvo tambi¨¦n all¨ª en compa?¨ªa de otros dos individuos.
El servicio religioso careci¨® de la voluptuosidad y la ostentaci¨®n que caracterizaron la vida del pol¨ªtico. No obstante, no faltaron los detalles extragavantes: el blanco impoluto del coche f¨²nebre, del f¨¦retro y de las mayor¨ªa de las flores que arrojaban sus seguidores. Los restos mortales del pol¨ªtico recibieron luego sepultura provisional en un cementerio al norte de Amsterdam. Dentro de seis semanas ser¨¢n trasladados a Italia, donde Fortuyn ten¨ªa una casa de vacaciones y hab¨ªa dicho que le gustar¨ªa ser enterrado all¨ª.
Miles de sus seguidores se dieron cita desde tempranas horas de la ma?ana en las calles de Rotterdam y se agolpaban tras la vallas que la polic¨ªa coloc¨® para evitar altercados. El desfile f¨²nebre arranc¨® aplausos espont¨¢neos y gritos m¨¢s preocupantes como '?pol¨ªticos asesinos!' o '?nunca m¨¢s la izquierda!', que lanzaban algunos mientras bland¨ªan sobre sus cabeza fotos del asesinado.
La preocupaci¨®n reinante en Holanda por las radicales manifestaciones de sus simpatizantes, que culpabilizan a los partidos tradicionales y a la prensa de haber estimulado el asesinato, no se vi¨® minimizada por el mensaje que lanz¨® Simon, uno de los hermanos de Fortuyn, al fin del servicio religioso. En un peque?o discurso, que arranc¨® efusivos aplausos, Simon apel¨® a que el dolor no se convierta 'en violencia', tras insistir en que no se deb¨ªa considerar a su hermano un 'ultraderechista'.
Las dudas sobre la calificaci¨®n del l¨ªder, que trat¨® de distanciarse en repetidas ocasiones del franc¨¦s Jean-Marie Le Pen y del austriaco J?rg Haider, tampoco despeja la alarma creada por la posibilidad de que, ante la ausencia de campa?as de los partidos, las emociones de los ¨²ltimos d¨ªas se concreten en un aumento impresionante de los votos del partido de Fortuyn, que los sondeos situaban ya como la cuarta fuerza en el Parlamento.
La ausencia del l¨ªder, la falta de candidatos con experiencia pol¨ªtica y la debilidad de un programa, que no era m¨¢s que las volubles ideas de su fundador, carente de ideolog¨ªa, pueden arrojar a Holanda a un periodo de inestabilidad pol¨ªtica. Las empresas de sondeos, que tras el asesinato decidieron no realizar encuestas por 'cuestiones ¨¦ticas', dar¨¢n nuevas cifras el lunes. Esto permitir¨¢ calcular el impacto que ha tenido entre el electorado el asesinato.
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