El hospital m¨¢s entra?able
La primera ni?a nacida y dos m¨¦dicos rememoran los 50 a?os del Cl¨ªnico de Granada
El Hospital Universitario de San Cecilio de Granada conmemora este a?o sus primeros 50 de vida, poco m¨¢s que los que tiene Cecilia Francisca Emilia Cruz Molina. Paqui, como la conocen sus familiares y amigos, tiene motivos para presumir. Ella fue la primera persona que naci¨® en el centro, pocos meses despu¨¦s de su inauguraci¨®n, all¨¢ por el 12 de octubre de 1952.
La madre de Paqui lleg¨® al hospital el 10 de abril de 1953 desde su pueblo, Limones, a 40 kil¨®metros de Granada, por casualidad. Alguien le dijo al padre que fuera al nuevo centro y all¨ª naci¨®, atendida por el propio director del hospital, Emilio Mu?oz. Desde entonces, su vida est¨¢ unida al Cl¨ªnico, como se le conoce popularmente al hospital. No conoc¨ªan de nada a Mu?oz, pero dadas las circunstancias, ¨¦ste se convirti¨® en su padrino y fue quien la inscribi¨® en el registro como Cecilia (por el nombre del hospital) Emilia (por ¨¦l mismo) Cruz (por su esposa). Esto no dej¨® feliz del todo a su padre, que quer¨ªa ponerle Francisca porque ¨¦l se llamaba Francisco. Hubo que rectificar la inscripci¨®n pero al final consigui¨® su objetivo.
Tras el nacimiento, la familia nunca perdi¨® el contacto con el hospital ni con su padrino. A?os despu¨¦s, Paqui ingres¨® en la escuela de enfermer¨ªa del hospital y comenz¨® a trabajar all¨ª. Hoy, la primera persona que vio la vida en el centro sigue ligada al hospital como enfermera.
Pero a¨²n quedan personas que llegaron antes incluso que Paqui. Mar¨ªas de las Nieves P¨¦rez G¨¢lvez, hoy jefe del servicio de Hematolog¨ªa, estuvo con Franco, Joaqu¨ªn Ruiz Jim¨¦nez y otros muchos prohombres aquel 12 de octubre de 1952, el d¨ªa de su inauguraci¨®n oficial. Hac¨ªa pocos meses que Mar¨ªa de las Nieves hab¨ªa firmado su contrato con el centro como personal del laboratorio. Iba a ganar 350 pesetas al mes.
El d¨ªa que vino Franco se gan¨® Nieves su primera rega?ina. 'Se me olvid¨® ponerme el gorro y el entonces decano de la Facultad de Medicina, Miguel Guirao, me lo advirti¨®; no me di cuenta y me lo coloqu¨¦ al rev¨¦s. Guirao se enoj¨® mucho', recuerda esta doctora. 'Vamos a tener muchos problemas contigo', le espet¨® el decano. Ella reconoce que no estuvo desatinado y que desde entonces no han faltado roces con unos y con otros. 'Antes dec¨ªan que era comunista y ahora me dicen que soy de derechas'. Hoy est¨¢ a punto de jubilarse y, cuando eso ocurra, el estrecho hilo que une el presente del hospital con su pasado quedar¨¢ roto para siempre.
No hab¨ªan pasado muchos d¨ªas de la inauguraci¨®n cuando comenz¨® el traslado de los primeros instrumentos desde el Hospital San Juan de Dios, entonces hospital universitario y de beneficencia. Mucho ha llovido desde entonces y el hospital es hoy centro regional de referencia en muchas de sus unidades y est¨¢ equipado con los mejores medios disponibles.
El paisaje de la infancia de Charo Cabello, especialista en neumolog¨ªa respiratoria, es tambi¨¦n el Hospital Cl¨ªnico. Su padre, Juan Cabello P¨¦rez era el conserje de la Facultad de Medicina y se convirti¨® tambi¨¦n en el primer conserje del Cl¨ªnico. En esa ¨¦poca, un conserje no se limitaba a estar atento a qui¨¦n entraba y sal¨ªa o a repartir el correo. Juan era, en realidad, uno de los tres m¨¢s altos responsables del hospital junto con el director, Emilio Mu?oz, a cargo de los asuntos m¨¦dicos, y el administrador, Emilio Prieto, a cargo de los asuntos administrativos. Fuera de eso, todo era responsabilidad de Juan el conserje: cocineros, jardineros, personal de mantenimiento, el propio mantenimiento,...
La infancia de Charo transcurri¨®, por tanto, en los jardines del hospital. Esta doctora, con otros tres hermanos que tambi¨¦n trabajan aqu¨ª, recuerda que pasaba horas y horas jugando con los ni?os y ni?as enfermos del hospital. 'Mi madre nos llamaba desde el balc¨®n para que subi¨¦ramos a casa a merendar', cuenta se?alando desde el jard¨ªn las ventanas desde las que su madre la llamaba. 'Merend¨¢bamos y nos volv¨ªamos a bajar a jugar'. Horas y horas en un sitio que, claro han marcado su vida. Charo reconoce que 'nunca tuve duda sobre a qu¨¦ me iba a dedicar en la vida. La medicina era algo natural'. Hoy, a?os despu¨¦s, esta defensora a ultranza de la medicina p¨²blica pasa consulta cada ma?ana en las mismas salas en que jugaba.
Paqui, Nieves o Charo son el ejemplo de que en los 50 a?os del Cl¨ªnico no s¨®lo hubo gente que entr¨® y sali¨®, sino personas cuya vida y emociones permiten imaginar que el hospital tambi¨¦n vive y respira con ellos.
Los primeros pasos
La pol¨ªtica, las influencias, la perseverancia y la paciencia jugaron un papel crucial para la puesta en marcha del Hospital Cl¨ªnico Universitario de Granada, que se inaugur¨® el 12 de octubre de 1952. Los primeros pasos para ponerlo en pie se remontan a 1915, cuando Jos¨¦ Pareja Y¨¦benes, catedr¨¢tico de Patolog¨ªa dict¨® una conferencia en Granada bajo el rotundo t¨ªtulo Granada necesita un Hospital Cl¨ªnico. El a?o siguiente, se compraron los primeros terrenos por iniciativa del granadino de Albu?ol, Natalio Rivas Santiago, ministro de Instrucci¨®n P¨²blica en 1919.
Desde entonces el proyecto se convirti¨® en un empe?o personal de algunas personas, entre otros del catedr¨¢tico de Ginecolog¨ªa Alejandro Otero, un hombre de izquierdas que acab¨® desterrado en M¨¦xico tras la guerra civil, y de Rafael Garc¨ªa-Duarte, m¨¦dico que contribuy¨®a la pediatr¨ªa moderna.
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