Peleados con el gol

Un partido de viento racheado, con los dos equipos llegando al ¨¢rea frecuentemente y con abundantes ocasiones, termin¨® sin goles por esas extra?as cosas del f¨²tbol. Para el Madrid fue la confirmaci¨®n de su decepcionante trecho final del campeonato. Para el Mallorca supone un resultado que le obliga a estar en vilo toda la semana. A la hinchada madridista le pareci¨® suficientemente mal para silbar a sus jugadores al t¨¦rmino del encuentro, pero sin excesos. En el ambiente pes¨® el desaf¨ªo que le espera al equipo en la final de la Copa de Europa.

Cualquiera de los dos equipos pudo ganar el duelo. Al Madrid le sobraron ocasiones; al Mallorca, m¨¢s. Oportunidades sencillas que Guti no concret¨®, y tuvo tantas que acab¨® desesperado. Fall¨® a un metro de la porter¨ªa, no acert¨® un cabezazo sin oposici¨®n y se encontr¨® con una excelente intervenci¨®n de Franco en su mejor remate. El hombre estuvo peleado toda la tarde con el gol y recibi¨® los abucheos de rigor cuando le sustituy¨® Morientes. O juega muy bien y hace goles, o Guti tiene la enemiga de la gente. Es y ser¨¢ as¨ª.

El Mallorca tuvo la oportunidad de evitarse problemas en media docena de contragolpes que no terminaron en gol de milagro. O fallaron sus delanteros, especialmente Luque, o fueron perfectamente respondidos por C¨¦sar. El portero madridista salv¨® dos tiros muy venenosos de Luque y Eto'o, estuvo impecable en alg¨²n mano a mano y respir¨® ante un par de errores de Luque. Por lo dem¨¢s, fue el Mallorca que tantos problemas genera habitualmente al Madrid en Chamart¨ªn. Se defiende con mucha gente y busca el contragolpe con Ibagaza y sus dos veloces delanteros. Ibagaza pone la pelota aqu¨ª y all¨¢, y aparecen Luque y Eto'o a toda m¨¢quina.

En este partido de ida y vuelta hubo tiempo para todo menos para los goles. El Madrid jug¨® una buena primera parte, con toque y dinamismo. McManaman comenz¨® a tirar pases sencillos que provocaban dificultades en los defensas del Mallorca. Solari empujaba, Makelele ayudaba y Guti se ofuscaba en el ¨¢rea. No hubo novedades con Figo. Pidi¨® la pelota, pero s¨®lo desbord¨® en dos ocasiones. En la primera puso un bal¨®n perfecto al que no lleg¨® Ra¨²l y que s¨ª alcanz¨® Guti a un metro de la porter¨ªa. Que su remate golpeara el larguero es un misterio. Parec¨ªa un gol evidente.

Al notable f¨²tbol del Madrid en el primer tiempo le opuso el Mallorca su capacidad para hacer da?o en los contragolpes, de manera que el encuentro result¨® vistoso. Quiz¨¢ al Madrid le falt¨® sentido de la urgencia, una especie de ¨²ltima velocidad que se aprecia cuando los equipos se juegan la vida. Durante todo el encuentro no dio la impresi¨®n de estar suficientemente enchufado. Los jugadores no cre¨ªan en el t¨ªtulo y su cabeza se les fue poco a poco a hacia Glasgow. A nadie extra?¨®, por tanto, su deficiente segundo tiempo, sin energ¨ªa y sin juego. El Mallorca dej¨® escapar la victoria: ten¨ªa espacio para correr y para lanzar a sus flechas. Lo hizo, pero sus delanteros no hicieron bien su trabajo en el ¨¢rea. Era un equipo destinado a sufrir hasta el ¨²ltimo partido de la temporada.