Suicidio canario en Las Palmas
El triunfo del Tenerife condena a los dos equipos de las islas a la zona de descenso
Lo que parec¨ªa hace unas semanas una ocasi¨®n propicia para que la Uni¨®n Deportiva fuera generosa con los apuros del Tenerife se convirti¨® en una paradoja traidora. En realidad, es el Tenerife quien se disfraz¨® de verdugo de Las Palmas y la deja en puesto de descenso y jug¨¢ndoselo todo a la ¨²ltima carta. Si no gana en Anoeta no podr¨¢ mantener la categor¨ªa (y ni siquiera le valdr¨ªa si el Mallorca derrota al Valladolid).
Ayer Clemente confi¨® un encuentro decisivo a la experiencia de sus jugadores m¨¢s hechos. Los areng¨® y escarb¨® en el orgullo que la competici¨®n les ha ido minando poco a poco. Ese rearme an¨ªmico sirvi¨® para trasladar al c¨¦sped del Insular un f¨²tbol aguerrido, de choque, poco propicio para el grupo que entrena V¨¢zquez.
LAS PALMAS 0| TENERIFE 1
Las Palmas: Orlando Quintana; ?ngel, ?lvaro (Rub¨¦n, m. 65), Sch¨¹rrer, Paqui; Edu Alonso, Samways, Josico (Tevenet, m. 61), Jorge (Socorro, m. 77), Pablo Lago; y Orlando. Tenerife: Iglesias; Manel, Lussenhoff, Alexis Su¨¢rez, Bassavilbaso; Bassedas (Hidalgo, m. 60), Bino, Marioni (Simutenkov, m. 73), Jaime, Mart¨ª; y Fuertes (Rub¨¦n Est¨¦vez, m. 85). Gol. 0-1. M. 32: Marioni levanta en vaselina ante Orlando Quintana un bal¨®n que le lleg¨® en pase de cabeza de Bichi Fuertes. ?rbitro: Turienzo Alvarez. Mostr¨® tarjeta amarilla a Samways, Sch¨¹rrer, Alvaro, Paqui, Fernando V¨¢zquez (entrenador de la Uni¨®n Deportiva Las Palmas), Basseda, Simutenkov, Iglesias, Lussenhoff y Jaime. Unas 18.000 personas abarrotaron el Estadio Insular.
Cada palmo del terreno se convirti¨® en una microbatalla que, generalmente se decant¨® a favor de los blanquiazules.
El ¨²nico jugador que pon¨ªa algo de temple y lograba evitar el contagio de la atm¨®sfera hist¨¦rica del partido fue Jorge. No s¨®lo gener¨® las jugadas de mayor desequilibrio sino que aport¨® la lucha necesaria para compensar el dominio visitante en el centro del campo.
Por all¨ª lo intentaban sin demasiada fortuna un Josico tocado y un Samways que no encontr¨® casi nunca su sitio. El gol que marc¨® el resultado fue una buena muestra de la din¨¢mica de juego reinante. Un zapatazo largo lleg¨® a la cabeza de Bichi Fuertes, que se adelant¨® a sus marcadores. El cabezazo prolong¨® el vuelo del bal¨®n y Marioni se plant¨® en el ¨¢rea para batir a Orlando Quintana con una precisa vaselina.
La Uni¨®n Deportiva tuvo sus ocasiones. Un tiro de Jorge desde media distancia alert¨® al grader¨ªo, pero su salto de alegr¨ªa se qued¨® en agua de borrajas. El bal¨®n se pase¨® por el exterior de la red y cre¨® el efecto ¨®ptico del gol. Parec¨ªa que era posible.
Tal vez en los mejores minutos de los amarillos, mediada la primera mitad, Pablo Lago pate¨® al aire un bal¨®n que le sirvi¨® Edu Alonso desde la derecha. Se encontraba en el coraz¨®n del ¨¢rea y con todo a favor para marcar. Sin embargo, ¨¦sta fue la t¨®nica: alguna ocasi¨®n aislada que normalmente se resolv¨ªa con precipitaci¨®n.
Esa precipitaci¨®n fue la que dio al traste con la capacidad de reacci¨®n de los locales. Esa precipitaci¨®n y el enredo t¨¢ctico a que someti¨® al equipo Fernando V¨¢zquez. Era evidente que el equipo necesitaba nuevos caminos para poder imponer el ritmo que el partido necesitaba en favor de sus intereses. No fue as¨ª.
Los cambios, los intentos de soluci¨®n, tardaron en llegar. Mientras Marioni y Bichi Fuertes acosaban con descaro a la zaga amarilla, el medio campo se ve¨ªa impotente para asistir a los defensas y para generar jugadas que terminaran en alguna ocasi¨®n clara de gol. Pablo Lago era muy protestado por la grada. Se ve¨ªa a las claras que intentaba una y otra vez la diagonal para buscar posici¨®n de disparo por el centro. Son los conflictos de un diestro por la izquierda. V¨¢zquez ech¨® mano de Socorro pero cuando lo hizo fue para ubicarlo en el centro del campo y con soluciones de este tipo dif¨ªcilmente Las Palmas podr¨ªa haber hecho m¨¢s de lo que hizo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.