Aciaga tarde de inv¨¢lidos

Unos d¨ªas toca pan y otros agua, en el reino de los toros inv¨¢lidos y la fiesta de colores solanescos. Hoy hace fr¨ªo, ma?ana calor y pasado todo lo contrario. Nunca se repite la misma historia, aunque se puedan calcar los resultados de los d¨ªas peores. Aunque algunos canten eso de 'siempre igual, siempre igual', en las tardes aciagas como en la de ayer en Las Ventas.Porque a pesar de los pesares el espect¨¢culo es en vivo, con todo su desastre incluido.

El domingo fue de pena y toro por los suelos. Los tendidos, despoblados. Las temperaturas, como de marzo enrevesado. Y los toros mansurrones y que quer¨ªan colaborar muy poco. Dos horas y 55 minutos dur¨® la corrida. Y salieron al ruedo hasta 10 toros. Si en tardes as¨ª alguien se hace aficionado a la fiesta, es que es un santo o un ser de otra galaxia. Alguien que no profese la religi¨®n taurina, se comprende.

Quien m¨¢s puso de su parte fue Jos¨¦ Luis Trivi?o, que confirmaba la alternativa y tiene que demostrar que quiere ser torero. Y lo hizo en su primero, que met¨ªa la cara con cierta nobleza. Hubo reposo y templaza en el torero de La Puebla de Montalb¨¢n, que realiz¨® una faena entonada y de muletazos bien dibujados cuando acert¨® con el temple del noble y flojo toro de Astolfi.

En su segundo, Trivi?o se mostr¨® valiente y con deseos de salir en el pozo oscuro en el que se hab¨ªa convertido la tarde. Nunca se arrug¨® ante el manso y reserv¨®n de media arrancada, sobrero de Criado Holgado, y de no haber marrado en la hora suprema, la de matar, habr¨ªa redondeado mejor su confirmaci¨®n en Las Ventas.

Mariano Jim¨¦nez no pudo salvar de la manifiesta invalidez al sobrero de Julio de la Puerta, que le toc¨® en primer lugar, en la t¨ªpica faena de enfermero. Y en el quinto, geniudo y peligroso, resolvi¨® la papeleta torera sin agobios.

Jos¨¦ Antonio Iniesta, en su primero, se libr¨® de una seria cogida, tras ser prendido al entrar a matar. Hab¨ªa dejado muletazos sueltos de buen estilo. Como hiciera en el que estoque¨® en segundo lugar. Aqu¨ª hizo un esfuerzo para ligar una faena y dej¨® sobre el h¨²medo y triste albero de la tarde muletazos de caro concepto. El caldo calentito esperaba a la salida. Habr¨ªa quien se ir¨ªa a disculpar ante la familia por haberla abandonado por una corrida de toros tan mala y difusa. Por una tarde fr¨ªa, desapacible y h¨²meda en los despoblados tendidos de Las Ventas. Esos que un d¨ªa antes hab¨ªan estado ocupados por un p¨²blico de abono, isidril y aluvi¨®n.