El estigma del perdedor
H¨¦ctor C¨²per pierde con el Inter su quinta 'final'
Domingo 5 de mayo de 2002. Palacio PalaMalagutti de Bolonia. El Panathinaikos se proclama campe¨®n de Europa de baloncesto despu¨¦s de ganar al Kinder en su propia pista, un resultado sorpresa que los analistas s¨®lo se explican por el factor Zeljko Obradovic, un t¨¦cnico serbio que ha ganado cinco t¨ªtulos en diez a?os con cuatro equipos diferentes: Partiz¨¢n, Joventut, Madrid y Panathinaikos. Por la misma regla de tres, horas antes, el diputado de Alianza Nazionale, Ignazio La Russa, explica en Roma que la derrota del Inter ante el Lazio, marcador que le da el 26? scudetto al Juventus, obedece a la presencia de H¨¦ctor Cuper en el banquillo nerazurro: 'Ya se sabe que es incapaz de ganar una final'.
C¨²per (Ch¨¢bas, 1955) perdi¨® con el Mallorca la final de la Copa del Rey de 1998 ante el Bar?a y la de la Recopa de 1999 contra el Lazio, y con el Valencia sali¨® derrotado en las finales de la Liga de Campeones 2000 y 2001 disputadas frente al Madrid y al Bayern. Stankovic fall¨® en la rueda de penaltis de Mestalla (1988), al igual que Pellegrino en la de M¨²nich (2001), y Nedved bati¨® a Roa a diez minutos del final en Birmingham (1999). Las culpas de la derrota de Par¨ªs (2000) hay que repartirlas porque el Madrid meti¨® tres goles (3-0). Y el domingo, en Roma, el Inter iba ganando antes de caer (4-2), de la misma manera que hace un a?o, en la ¨²ltima jornada, el Valencia se hab¨ªa ganado en el Camp Nou la clasificaci¨®n para la Champions cuando Rivaldo se sac¨® una chilena contra la que no hay ant¨ªdoto.
Derrotas diferentes en torneos distintos que, sin embargo, tienen un mismo hilo conductor. En todas ellas aparece la figura de C¨²per en el bando perdedor. Cuando llega el ¨²ltimo partido, los jugadores del argentino se doblan con la misma rutina con que los de Obradovic se levantan.
No parece que sea un problema t¨¢ctico. Los equipos de C¨²per son muy ordenados y disciplinados, de movimientos defensivos muy automatizados en sesiones de entrenamiento muy pensadas, y dif¨ªciles de batir. Puede que la zaga le ocupe m¨¢s que el ataque, y consecuentemente su juego ofensivo tenga deficiencias para remontar. El domingo, sin embargo, el Inter se puso dos veces por delante en el marcador antes de que un segundo gol del Lazio le dejara fuera de juego y facilitara el ¨¦xito de la vecchia signora. 'Me gusta la seguridad y el control', insiste si se le demanda por su sistema. ?No ser¨¢ una cuesti¨®n psicol¨®gica? 'Si me preguntan tres elementos del f¨²tbol, el m¨¢s importante es el an¨ªmico', argument¨® en Valencia. 'Si yo no manejara una cierta psicolog¨ªa, no podr¨ªa ser entrenador'. Podr¨ªa ser que C¨²per trabaja con clubes sin tradici¨®n ganadora, equipos que se construyen con esfuerzo, austeridad y metodolog¨ªa, inalcanzables en el d¨ªa a d¨ªa y que, sin embargo, se aflojan a la hora de disputar el t¨ªtulo. El Inter, al fin y al cabo, no logra la Liga desde hace 13 a?os. Ocurre, sin embargo, que el Valencia acaba de ganar el campeonato. Y al Mallorca no le fue nada mal tampoco despu¨¦s de su salida, de manera que el argentino debe laborar bien.
No hay respuestas razonables al s¨ªndrome C¨²per, como tampoco las tiene Jo?l M¨¹ller, el entrenador del Lens, que perdi¨® el t¨ªtulo en el ¨²ltimo partido en Ly¨®n cuatro a?os despu¨¦s de que el propio Lens le hubiera quitado el campeonato por gol average cuando preparaba al Metz. A M¨¹ller y C¨²per les ocurre lo contrario que a Obradovic y le pasaba a Cruyff, que siempre procuraron llegar al ¨²ltimo partido con posibilidades, convencidos de que saldr¨ªan vencedores.
A C¨²per, capaz de construir equipos de laboratorio en el campo de entrenamiento, parece poderle el escenario de la final, por ingobernable, sometido a un estado de ¨¢nimo ¨²nico. No extra?a pues que los rivales pidan al equipo del argentino para la ¨²ltima jornada y le descarten para la primera. Igual resulta que la presencia de C¨²per estimula al adversario en la misma medida que coh¨ªbe a su propio equipo.
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