Menores en Melilla
El Gobierno de coalici¨®n de Melilla, integrado por PP, PSOE, Uni¨®n del Pueblo Melillense y Grupo Mixto, adopt¨® ayer una decisi¨®n ins¨®lita y jur¨ªdicamente cuestionable: dejar en suspenso sus obligaciones legales de acogida para con los ni?os inmigrantes no acompa?ados que llegan de Marruecos. Los argumentos esgrimidos para dar este paso no son desde?ables: la llegada creciente de menores indocumentados marroqu¨ªes -un 78% m¨¢s durante este a?o, lo que supone casi mil entradas de menores- y la imposibilidad de acoger ni uno m¨¢s en los cinco atestados centros de acogida con que cuenta la ciudad. Pero la dificultad que pueda tener un Gobierno para ejercer sus competencias legales -en este caso, las de tutela de menores que el Gobierno de Melilla asumi¨® desde 1997- no le faculta a desentenderse de ellas.
El car¨¢cter fronterizo de Melilla y Ceuta con Marruecos hace que algunos de los problemas de estas ciudades -la inmigraci¨®n y derivados- no puedan ser considerados en exclusiva de ellas. La Administraci¨®n central del Estado tiene una parte importante en su tratamiento y soluci¨®n. Melilla quiere que el Gobierno aumente sustancialmente la inicial partida presupuestaria -1,5 millones de euros anuales- destinada a atender sus competencias sobre menores. Pero la forma de presionar al Gobierno no puede ser dejar de cumplir los deberes con unos menores a los que la ley espa?ola ampara, despreocup¨¢ndose de la suerte que correr¨¢n a partir de ahora, como anunci¨® ayer la consejera de Bienestar Social. Alguien podr¨ªa exigir responsabilidades por incumplimiento de deberes.
Tampoco el Gobierno puede dejar sola a Melilla -ni a Ceuta- frente a un problema que sobrepasa su capacidad econ¨®mica y de gesti¨®n y que tiene una dimensi¨®n pol¨ªtica innegable. Marruecos debe hacer frente a sus responsablidades, haciendo m¨¢s de lo que hace para evitar que entren menores indocumentados en las dos ciudades espa?olas, y el Gobierno espa?ol debe record¨¢rselo por lo que le afecta. Y, desde luego, lo que el Gobierno no puede tolerar -de ser ciertas- son las pr¨¢cticas de malos tratos, vulneraci¨®n de derechos y expulsiones sumarias de menores denunciadas por la organizaci¨®n internacional Human Rights Watch en Melilla y Ceuta.
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