Agresiones a periodistas
Las agresiones de los ultras a periodistas y otros ciudadanos, el vandalismo y enfrentamientos con la polic¨ªa que se sucedieron en torno el partido de f¨²tbol Madrid-Barcelona, revelan, una vez m¨¢s, la naturaleza violenta de estos grupos con larga historia delictiva y criminal que se arropan en el fanatismo futbol¨ªstico y la complacencia de directivos e instituciones. La violencia contra aficionados de equipos diferentes, incluidos asesinatos como los de Rouquier y Zabaleta, se extendieron con el tiempo a inmigrantes y tambi¨¦n a profesionales de los medios de comunicaci¨®n.
Las agresiones de los ultras a periodistas no se limitan al otro d¨ªa. Las lesiones causadas al fot¨®grafo Antonio Jim¨¦nez y a reporteros de distintos medios son continuidad de palizas a periodistas de investigaci¨®n propinadas hace pocos meses y de agresiones a gr¨¢ficos y c¨¢maras que cubren los partidos de f¨²tbol. Pero, ?por qu¨¦ sucede esto? Hay una consigna muy difundida entre los ultras que expresa que 'si ves a un periodista, p¨¦gale una paliza; no preguntes, ¨¦l ya sabe por qu¨¦'. La sinraz¨®n bestial de esta conducta se explica al conocer que los ultras no soportan que acaben con su anonimato; con el micr¨®fono, la c¨¢mara o la pluma, comienza el final de su impunidad. No soportan que se informe y aliente a la gente, que fotograf¨ªen su violencia y pongan cara a su terror, que se muestre el testimonio directo de lo que verdaderamente pasa y de la impunidad de que gozan. Por eso odian a los periodistas.
En el caso de Ultras-Sur, ellos lo escriben con SS rememorando a los nazis, su historial de agresiones es amplio. Seg¨²n el Ministerio del Interior, tienen m¨¢s de 250 miembros fichados con antecedentes y el fondo ultra se ha convertido en un vivero de captaci¨®n de j¨®venes por grupos violentos. No esconden su intolerancia, se exhibe en su simbolog¨ªa y pancartas, as¨ª como su relaci¨®n con el neonazismo, visible en la web de su Secci¨®n Sur, mediante enlaces como Nuevorden y Fuerza Aria. Una bandera espa?ola blasonada con un hacha de doble filo negra es su s¨ªmbolo. Entre sus miembros skins se encontraron cabezas rapadas que fueron condenados por el asesinato de Lucrecia P¨¦rez o por graves sucesos de violencia. Pero, ?qu¨¦ tiene que ver esto con el f¨²tbol y el Real Madrid?
No son aficionados exaltados, como dijo alg¨²n pol¨ªtico, s¨®lo hay que observar sus s¨ªmbolos r¨²nicos y sus cruces c¨¦lticas, lo que sueltan persistentemente sin que Gobierno, Fiscal¨ªa, Comisi¨®n Antiviolencia, Liga de F¨²tbol y directiva de club hagan nada, pese a que la seguridad ciudadana en el f¨²tbol nos cueste a todos m¨¢s de 10.000 millones de pesetas por temporada, pese a que existe una legislaci¨®n antiviolencia suficiente para tomar medidas y pese a que el C¨®digo Penal posibilite sanciones eficaces para erradicar este problema. No obstante, la violencia ultra es el s¨ªntoma de una enfermedad profunda que nuestros compa?eros periodistas, con su dif¨ªcil labor, nos ayudan a detectar, haciendo realidad el proverbio que nos invita a que 'conozcamos el ¨¢rbol por sus frutos' y sensatamente comprometernos a actuar.
Esteban Ibarra es presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
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