La izquierda francesa intenta pactar candidaturas ¨²nicas en las legislativas
Fran?ois Hollande llama a la unidad en torno al Partido Socialista
Si la derecha francesa logra controlar tambi¨¦n la Asamblea Nacional, se habr¨¢ hecho pr¨¢cticamente con todo el poder en Francia. El primer secretario del Partido Socialista, Fran?ois Hollande, protagoniza estos d¨ªas las negociaciones para construir candidaturas ¨²nicas de izquierda en las 60-80 circunscripciones donde existe el riesgo de que ese sector sea eliminado desde la primera vuelta de las legislativas, prevista para el 9 de junio.
'Todo puede reconstruirse si la izquierda se une en torno al Partido Socialista, que sigue siendo la fuerza motriz', argumenta el nuevo l¨ªder socialista. Unas 80 candidaturas ¨²nicas (un candidato sostenido por todos los partidos de izquierda) y otras 50 compartidas (al menos por dos o tres partidos) es el objetivo para evitar la p¨¦rdida de la mayor¨ªa en una Asamblea que cuenta con 577 esca?os en total.
Los Verdes est¨¢n bien situados para obtener medio centenar de circunscripciones tras el ¨¦xito de su candidato a las presidenciales, Noel Mam¨¨re (5,25% de los votos). Por el contrario, las negociaciones con el Partido Comunista son mucho m¨¢s complejas. Tras el desastre de las presidenciales (3,4% de votos para Robert Hue), el Partido Socialista se resiste a asegurarle m¨¢s all¨¢ de una quincena de esca?os. El grupo que sigue a Jean-Pierre Chev¨¨nement, gran derrotado de las presidenciales, busca ahora un 'acuerdo pragm¨¢tico' para salvar algunos esca?os en las legislativas, con su l¨ªder amenazado por la extrema derecha incluso en su propia circunscripci¨®n.
La derecha ya cuenta con la presidencia de la Rep¨²blica, el Senado, el Consejo Constitucional, el Consejo Superior Audiovisual y gran parte de las colectividades locales: s¨®lo le falta conquistar la mayor¨ªa de la Asamblea Nacional -que implicar¨ªa la confirmaci¨®n del Gobierno de derechas- para completar su poder. Una situaci¨®n nada improbable, no s¨®lo por la gran plataforma que le ofrece la reelecci¨®n de Jacques Chirac como presidente de la Rep¨²blica, sino por la voluntad del nuevo Gobierno de ir 'a gran velocidad' en la adopci¨®n de medidas simb¨®licas. A falta de Asamblea Nacional, el sistema franc¨¦s permite iniciar los tr¨¢mites de las leyes por el Senado -una C¨¢mara a la que no le afectan las elecciones de junio-, adem¨¢s de la capacidad de dictar decretos.
Una proyecci¨®n de los resultados de las elecciones presidenciales sobre las pr¨®ximas legislativas, realizada por el diario Le Monde, atribuye a la izquierda la posibilidad de renovar la mayor¨ªa de la futura Asamblea Nacional, con 297 esca?os, frente a 276 de derechas y 2 de la extrema derecha. Esa eventual mayor¨ªa de izquierda conducir¨ªa a otra cohabitaci¨®n.
A partir de las presidenciales, distintas voces del Partido Socialista intentan desdramatizar esta posibilidad. El argumento se resume en que Chirac no fue reelegido por su programa, sino para cerrar el paso a la extrema derecha; una vez logrado ese objetivo, los electores deben sentirse libres de escoger la pol¨ªtica que deseen.
Strauss-Kahn y el portavoz del Partido Socialista, Vincent Peillon, defienden la reforma del sistema republicano para convertir al jefe del Estado en una funci¨®n protocolaria y arbitral, como sus hom¨®logos del resto de los pa¨ªses de la UE; Hollande hace menos hincapi¨¦ en esas grandes formulaciones, aunque su b¨²squeda de una mayor¨ªa de izquierda en la Asamblea s¨®lo puede conducir a una lectura m¨¢s parlamentaria de la Constituci¨®n actual.
Chirac no piensa lo mismo, naturalmente. Todos sus pasos tras la reelecci¨®n han ido orientados a acentuar el presidencialismo, incluida la rapidez con que se hizo cargo de la crisis provocada por el atentado contra 11 franceses en Karachi, mientras el primer ministro emprend¨ªa un viaje de pol¨ªtica interior por su regi¨®n.
La mano derecha de Jospin
Fran?ois Hollande, de 47 a?os, es el primer secretario del Partido Socialista Franc¨¦s desde 1997 y ha sido la mano derecha del ex primer ministro Lionel Jospin a lo largo de los cinco a?os transcurridos hasta la derrota en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el pasado 21 de abril. Habr¨ªa podido ser jefe del Gobierno u obtener un puesto destacado de ministro en caso de victoria de Jospin, pero las circunstancias pol¨ªticas le colocan ahora en el papel de l¨ªder de un partido que aspira a tomarse la revancha en las legislativas de junio. Tras el trauma, el primer ¨¦xito de Hollande ha sido asegurar la unidad interna del Partido Socialista. Los dirigentes de las corrientes internas han renunciado incluso a ese juego, tan franc¨¦s, de asestarse peque?as frases asesinas. Nadie duda de que Martine Aubry, la 'ex ministra de las 35 horas', se sit¨²a m¨¢s a la izquierda que los ex ministros de Econom¨ªa Laurent Fabius y Dominique Strauss-Kahn pero ¨¦stos se ahorran la cr¨ªtica que, en situaciones menos comprometidas, habr¨ªan hecho a un programa electoral que recoge promesas de reconstrucci¨®n de las periferias urbanas degradadas, una defensa numantina del servicio p¨²blico y la negativa a continuar toda pol¨ªtica de privatizaciones. Hasta Henri Emmanuelli, la figura m¨¢s destacada de la Izquierda Socialista, alaba el consenso alcanzado.
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