Miller: ayer y hoy
Estuve en el ensayo general de Muerte de un viajante la primera vez que se dio a Miller en Espa?a (no estoy seguro: creo que Todos eran mis hijos se estren¨® despu¨¦s). Era para un s¨¢bado de gloria (ya no hay s¨¢bados de gloria: cambi¨® la Iglesia), fecha b¨¢sica del teatro: todas las compa?¨ªas estrenaban. Los cr¨ªticos ten¨ªamos que ir a ensayos para cubrir todos los estrenos para el mismo d¨ªa (ahora los peri¨®dicos no tienen inter¨¦s, y las cr¨ªticas se publican d¨ªas despu¨¦s, y no todas). El cr¨ªtico pod¨ªa hablar con el director, el autor, los actores (ahora hay otra rigidez). Habl¨¦ ese d¨ªa con el traductor, L¨®pez Rubio, y el director, Tamayo, y convinimos en que era extraordinaria, y su autor un hito en la historia del teatro de la izquierda social y pol¨ªtica; era raro que la censura lo hubiese pasado (ahora no hay censura: los filtros son otros m¨¢s duros); pero est¨¢bamos seguros de que no iba a tener espectadores: el p¨²blico estaba por el teatro de evasi¨®n (la obra se represent¨® mucho tiempo a teatro lleno).
Han tenido que pasar muchos a?os y llegar una monarqu¨ªa y un gobierno de la alta derecha, y una decadencia del teatro (no casual), para que Espa?a diera un premio a Arthur Miller, al que tanto debe, por esta y las obras siguientes, que supusieron lo que se llamaba entonces 'toma de conciencia' (ahora convenimos todos en que no hay conciencia: la que administra la Iglesia, la filosof¨ªa laica o los agentes de los c¨®digos, son rid¨ªculas).
Arthur Miller ya no estrena en Broadway, sino en los teatros de fuera, como un vanguardista principiante. Cuando se reponen sus obras en Espa?a, s¨®lo van los nost¨¢lgicos, o los j¨®venes a los que empujan sus padres. Mucha gente no ha o¨ªdo hablar de ¨¦l: nadie sabe su significado. Muchos se quejan de que no se haya dado a alguien de habla hispana, como S¨¢bato (al que hubiera votado, de ser yo alguien que pudiera estar en un jurado). En el tr¨¢nsito de estos a?os, Miller ha pasado de ser un h¨¦roe de nuestro tiempo a ser un desconocido al que se estudia en la historia de la literatura: un antepasado. La sorpresa de hoy es que algunos se enteran de que fue uno de los maridos de Marilyn, que entonces s¨®lo era una fresca y no un ¨ªdolo de la libertad del cuerpo, una imagen de la juventud de los a?os sesenta, cuando se adue?aba del sexo que le hab¨ªa estado prohibido. Todo ha cambiado: no necesariamente a mejor. Por lo menos en el campo del pensamiento, del arte, de la literatura.
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