Arthur Miller pasea por el exilio

Inclinado sobre la vitrina, Arthur Miller observaba ayer con atenci¨®n el falso carn¨¦ de identidad de Santiago Carrillo. El objeto -en el que el l¨ªder comunista luc¨ªa su hist¨®rico peluqu¨ªn- es una de las piezas estrella de la exposici¨®n Exilio. Alfonso Guerra, presidente de la Fundaci¨®n Pablo Iglesias, daba al escritor y dramaturgo una telegr¨¢fica explicaci¨®n: 'This is false. Carrillo in a false document. ?You know? Carrillo. Comunist Party'.

Arthur Miller, de 86 a?os, ha llegado a Madrid desde Nueva York. El viernes recibir¨¢ en Oviedo el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. Ayer quiso visitar la exposici¨®n que, organizada por la Fundaci¨®n Pablo Iglesias, est¨¢ instalada en el Palacio de Cristal del Retiro desde hace m¨¢s de un mes y que, debido a su ¨¦xito de p¨²blico (1.500 visitas diarias), se prolongar¨¢ hasta el 1 de diciembre.

'Le han interesado sobre todo los libros y publicaciones', coment¨® Alfonso Guerra

Miller entr¨® y sali¨® del parque madrile?o en coche. Le sorprendi¨® la cola de gente que esperaba paciente su turno para ver la exposici¨®n. Sin quitarse la gorra, y con una vieja gabardina entre las manos, se pase¨® en silencio mirando los documentos originales, fotograf¨ªas, publicaciones, carteles, pinturas, esculturas y objetos personales que ilustran la tragedia de los espa?oles que tuvieron que dejar el pa¨ªs tras la Guerra Civil.

Al lado del escritor estadounidense, el c¨®nsul espa?ol en Nueva York, Emilio Casinello, y su esposa, Regina Herv¨¢s -que han viajado con ¨¦l desde Estados Unidos-, siguieron atentos la visita. Alfonso Guerra comentaba el recorrido. 'Esta visita ha sido una iniciativa del propio Arthur Miller, que ha le¨ªdo sobre esta exposici¨®n en los peri¨®dicos de su pa¨ªs', explic¨® el ex vicepresidente socialista. 'Emilio Casinello nos llam¨® y nos pidi¨® que se la ense?¨¢ramos, y as¨ª lo hemos hecho. Se ha quedado bastante impresionado, y no s¨®lo por lo que ha visto, sino tambi¨¦n por el inter¨¦s que ha despertado entre la gente'.

Miller pidi¨® que se respetara 'la privacidad' de la visita. No se quej¨® de las c¨¢maras, pero pidi¨® que se evitaran las preguntas. Apenas se le escucharon un par de comentarios. Asinti¨® con la cabeza ante una claqueta original del rodaje de Nazar¨ªn, de Bu?uel; y ante un libro de Bergam¨ªn dijo: 'S¨ª, lo conozco, pero no he le¨ªdo nada suyo'. 'Le han interesado sobre todo las publicaciones, los libros', coment¨® luego Alfonso Guerra. 'Ha preguntado por Pablo Neruda, por la historia del Winnipeg, el barco lleno de exiliados espa?oles que lleg¨® a Chile. Tambi¨¦n le ha hecho mucha gracia toda la parte de falsificaci¨®n de documentos'.

La visita de Miller fue r¨¢pida. No era la una y media de la tarde cuando el escritor dej¨® ver su cansancio. 'El se?or Miller tiene hambre, creo que es hora de irnos', se?al¨® la esposa de Casinello. Un coche les esperaba en la puerta del Palacio de Cristal. El escritor, que ayer suspendi¨® una visita al Museo del Prado, viajar¨¢ hoy al norte de Espa?a. La llegada a Asturias -en avi¨®n privado- de Woody Allen est¨¢ anunciada para esta ma?ana, y ayer ya dorm¨ªan en Oviedo Hans Magnus Enzensberger y uno de los padres de Internet, Vinton Cerf. Miller se ha desmarcado. Se trasladar¨¢ en coche para disfrutar del camino. Dormir¨¢ en Le¨®n. Ayer, en Madrid, tan s¨®lo unos pocos visitantes a la exposici¨®n Exilio adivinaron su gigantesca y atractiva presencia. Se mantuvieron discretos. Miller, elegante, tranquilo y lento de gestos, no se inmut¨® ni con los alaridos de una ni?a que tuvo que ser desalojada del recinto por su madre. Escribi¨® en el libro de visitas: 'Una exposici¨®n matinal para revivir con esperanza la tristeza de la memoria. Arthur Miller'.