Calidad: una obligaci¨®n compartida
Cuando se habla de endogamia, normalmente se hace en negativo. Cierto es que no es bueno que exista arbitrariedad en la selecci¨®n de personas que pueden ser funcionarios. Ahora bien, cabe decir, sin entrar a defender la endogamia, que en ocasiones hay que anteponer la constituci¨®n de equipos investigadores a un sistema tan abierto que, cuando se cubra una plaza, ¨¦sta sea ocupada por una persona que no encaja en ese equipo investigador o cuya especializaci¨®n docente no se corresponda con el perfil requerido.
Una vez dicho esto, quiero explicar que no estoy afirmando que haya endogamia, por lo menos, generalizada. En cualquier caso, la LOU no corrige ninguna endogamia, sino que traslada las posibles subjetividades a Madrid, siendo esta medida un poco surrealista teniendo en cuenta que hoy vivimos en una Espa?a descentralizada, donde las competencias de Educaci¨®n est¨¢n asumidas por las Comunidades Aut¨®nomas.
Mi opini¨®n personal es que es mucho m¨¢s necesario establecer controles de calidad a la docencia y que sus resultados pudieran tener, a medio y a largo plazo, y con reiterados resultados negativos por parte de un profesor, efecto directo sobre el contrato, sueldo y primas del profesor.
Es tan importante o m¨¢s el control de calidad que la contrataci¨®n. Una persona que obtiene las mejores calificaciones en pruebas de acceso a una plaza de profesor universitario, puede que sea incapaz de trasladar su sabidur¨ªa al alumno.
Como en cualquier empresa o actuaci¨®n, el control de calidad es importante y garantiza que la inversi¨®n que hacen las Comunidades Aut¨®nomas sirve para algo. Evidentemente, no hay que inventar f¨®rmulas raras para evitar conocer la verdad, pues de hacerlo, se producir¨ªa un autoenga?o. Por tanto, si una empresa para conocer la calidad de su proyecto pregunta al que lo hace, pero tambi¨¦n al consumidor, en la Universidad tambi¨¦n hay que hacerlo, preguntando a trav¨¦s de encuestas a profesores y alumnos.
De igual forma, el an¨¢lisis de los resultados de esa encuesta y los informes realizados deben ser compartidos y coparticipado por toda la Comunidad Universitaria. Los resultados deber¨¢n conllevar medidas. A corto y medio plazo, se primar¨¢ al buen profesor en la docencia y la investigaci¨®n. A medio y largo plazo, habr¨¢ que penalizar al que no alcanza niveles ¨®ptimos de calidad.
Pero, en cualquier caso, no habr¨¢ que caer en el mismo error demag¨®gico de la ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo, de echar toda la culpa sobre los alumnos o los profesores. La Calidad tambi¨¦n est¨¢ condicionada por los medios disponibles y por la planificaci¨®n acad¨¦mica; y esto no depende del profesor. Hay que medir el esfuerzo que los gobiernos hacen para conseguir esa calidad deseada.
Lo cierto es que, con los actuales niveles de inversi¨®n (somos el pa¨ªs de la OCDE con peor financiaci¨®n del sistema p¨²blico universitario) es sorprendente que se alcancen los niveles actuales de calidad. Mucho tiene que ver la voluntad del profesorado y los sacrificios del alumnado.
He hablado de docencia e investigaci¨®n, pero habr¨ªa que abordar otro aspecto. Hemos hablado de qu¨¦ es necesario para que la Universidad ense?e bien a los alumnos, pero es necesario cambiar para que esa sabidur¨ªa sirva para algo m¨¢s que el conocimiento en s¨ª (algo que tambi¨¦n es importante).
Necesitamos que los Planes de Estudios tiendan m¨¢s a acercarse a la realidad sociolaboral que a formar cerebritos. Necesitamos que los gobiernos inviertan en la formaci¨®n pr¨¢ctica, necesitamos que la especializaci¨®n (m¨¢sters y tercer ciclo) no quede relegado a quien se lo pueda pagar, y necesitamos que se creen servicios de acceso al mundo laboral.
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