Art Chicago 2002 abre sus puertas en un clima optimista frente a la recesi¨®n
Once galer¨ªas espa?olas, la segunda representaci¨®n internacional, participan en la feria
Art Chicago 2002, la primera feria de arte contempor¨¢neo de Estados Unidos, con 2.500 creadores representados por 200 galer¨ªas de todo el mundo, abri¨® ayer sus puertas con la incertidumbre de qu¨¦ pueda deparar un mercado art¨ªstico que somatiza autom¨¢ticamente lo que ocurre en el mundo real. Es la primera gran muestra en Estados Unidos tras el trauma del 11 de septiembre. Once galer¨ªas espa?olas conf¨ªan en que los magn¨ªficos resultados de las subastas de esta semana de Sotheby's y Christie's en Nueva York sean premonitorios para la feria.
'Que las subastas fueran bien es un buen indicador', dice Asunta Rodr¨ªguez, directora de la galer¨ªa Trinta, de Santiago de Compostela, una veterana de Chicago que vuelve este a?o con las piezas tel¨²ricas de granito y cuarcita de Manolo Paz, un ¨¦xito en la pasada edici¨®n. Art Chicago se desarrolla en una nave de 15.000 metros cuadrados, y las once galer¨ªas espa?olas son el segundo contingente extranjero que ha venido a Chicago, tras las doce de Alemania, y a la par con el Reino Unido.
Desde ayer y hasta el lunes, unos 40.000 espectadores, muchos de ellos coleccionistas de los que gustan a los galeristas ('de gustos claros, elecci¨®n r¨¢pida, pago instant¨¢neo y fidelidad a trav¨¦s de los a?os', en palabras de ?lvaro Alc¨¢zar, de la madrile?a galer¨ªa Metta, con sus veteranos ?rculo, Alfaro y Arroyo o los j¨®venes Antonio Murado o Ant¨®n Lamazares), van a escudri?ar Art Chicago, una feria ecl¨¦ctica en la que las vanguardias hist¨®ricas del siglo XX comparten espacio con artistas j¨®venes sin nombre fuera de sus pa¨ªses, y con obras con precios que van de los 200 d¨®lares a los cuatro millones (de 220 a 4,4 millones de euros).
Galer¨ªas que son museos en miniatura del arte moderno, como la canadiense Landau, con sus picassos, kandinskis, calders, mir¨®s o magrittes, comparten espacio con otras cuya oferta ataca la concepci¨®n de qu¨¦ es o qu¨¦ se considera arte. Art Chicago patrocina una secci¨®n llamada Project spaces, en la que 19 galer¨ªas de ultravanguardia presentan ideas que admiten cualquier combinaci¨®n t¨¦cnica: plano, volumen, v¨ªdeo, performance o el llamado arte electr¨®nico. Espacio M¨ªnimo es la ¨²nica galer¨ªa espa?ola invitada a ese programa. Lo hace con una obra de Bene Bergado que es una vuelta al rev¨¦s del mundo de la prestidigitaci¨®n: una escultura ligeramente m¨®vil de un blanco conejo de tama?o humano embutido en un chaqu¨¦ que saca d¨®lares de la chistera.
Miradas cr¨ªticas
Norberto Dotor, de la galer¨ªa F¨²cares, se encuentra en su medio dentro de ese experimentalismo y establece una clara distinci¨®n entre lo que es arte contempor¨¢neo de vanguardia y lo que no est¨¢ a la altura. A partir de ah¨ª, arremete contra la pol¨ªtica sobre las artes pl¨¢sticas en Espa?a, y en particular contra la gesti¨®n del Museo Reina Sofia. 'El Reina Sof¨ªa deja mucho que desear, y resolver ese problema es lo m¨¢s urgente del arte espa?ol', dice, tras aludir a una de las artistas que ha tra¨ªdo a Chicago, Maggie Cardel¨²s, 'conocida fuera y que nadie sabe qui¨¦n es en Espa?a'.
Seg¨²n Dotor, el Reina Sof¨ªa est¨¢ obsesionado por cubrir huecos hist¨®ricos en su colecci¨®n en vez de asumir riesgos con los creadores espa?oles contempor¨¢neos. 'Yo respeto y reconozco las capacidades de Juan Manuel Bonet [director del museo], pero por sus preferencias culturales y est¨¦ticas no es la persona para dirigir ese museo. Hace falta alguien m¨¢s vinculado con las artes contempor¨¢neas. En el Reina Sof¨ªa existe una actitud muse¨ªstica absolutamente conservadora y deber¨ªa ser un centro de arte, din¨¢mico, comprometido. Hasta que no cambie no empezar¨¢n a cambiar las artes pl¨¢sticas en Espa?a'.
La valenciana My Name's Lolita Art, que acude por primera vez a Chicago, tiene una idea distinta y presenta tres obras de ?ngel Mateo Charris con el aval de haber sido bendecido por Bonet con una muestra en el Reina Sof¨ªa, tras haber pasado por el IVAM, seg¨²n ?lvaro Villacieros. 'Vuelven las tendencias figurativas', dice para definir una pintura sedante. 'Tiene algo de zen', comenta ante los lienzos en azules de Gonzalo Sicre.
Casi al lado, la galer¨ªa Espacio M¨ªnimo acaba con la placidez. Como cada a?o, ofrece un arte de impacto, rayano en el espect¨¢culo. En esta edici¨®n, una serie de ¨®leos de Enrique Marty va acompa?ada de dos esculturas de hombres llagados del mismo artista ante los que la expresi¨®n de una limpiadora lo dice todo.
La donostiarra Altxerri presenta las arquitecturas inexistentes de Ra¨²l Urritikoetxea (fotos de maquetas, collages, grabados, acr¨ªlicos) con ¨¢nimo de sacar partido a la ¨ªntima debilidad de Chicago por la arquitectura. Pero son los retratos hiperrealistas de la ciudad que pinta el andaluz Enrique Santana, vecino de la ciudad del lago Michigan y representado por una galer¨ªa local, los que mayor aceptaci¨®n encuentran entre los coleccionistas de Chicago.
Las galer¨ªas Visor y Luis Adelantado, de Valencia, ofrecen exclusivamente fotograf¨ªa, un medio con tradici¨®n en Art Chicago, mientras la barcelonesa Ferran Cano vuelve con el apreciado Pep Guerrero y sus muebles pintados. Pol¨ªgrafa ofrece su tradicional obra gr¨¢fica (T¨¤pies, Chillida, Plensa...), mientras la ibicenca Van der Voort acude por primera vez como un espacio independiente.
Babelia
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