Justin Baldoni demanda a ¡®The New York Times¡¯ por un art¨ªculo sobre su presunto acoso a la actriz Blake Lively
El director y coprotagonista de ¡®Romper el c¨ªrculo¡¯ y otros trabajadores del filme reclaman 250 millones al diario por realizar una narraci¨®n ¡°descontexualizada y manipuladora¡± sobre las acusaciones que la int¨¦prete tambi¨¦n ha llevado ante un tribunal
El actor y director Justin Baldoni reclama 250 millones de d¨®lares (unos 240 millones de euros) a The New York Times en una demanda judicial donde acusa al peri¨®dico de realizar una narraci¨®n ¡°descontextualizada y manipuladora¡± en un art¨ªculo que describ¨ªa una campa?a para desprestigiar a Blake Lively despu¨¦s de que la int¨¦rprete denunciara a Baldoni por acoso sexual durante el rodaje de Romper el c¨ªrculo. La demanda del cineasta, desvelada por la revista Variety, fue presentada este martes ante el Tribunal Superior de Los ?ngeles y se refiere al art¨ªculo We Can Bury Anyone¡¯: Inside a Hollywood Smear Machine (¡¯Podemos enterrar a cualquiera¡¯: dentro de la m¨¢quina de la difamaci¨®n de Hollywood), publicado en el diario estadounidense el pasado 21 de diciembre.
Baldoni ha presentado la demanda junto a las publicistas Melissa Nathan y Jennifer Abel y los productores de Romper el c¨ªrculo Jamey Heath y Steve Sarowitz, entre otros, y acusa a The New York Times de ¡°cherry picking¡±, como se suele definir en ingl¨¦s una informaci¨®n que utilice ¨²nicamente los datos que sirven para reforzar la historia que se pretende contar y omite los que la debilitar¨ªan. Los denunciantes consideran que el diario ha violado de forma indebida su privacidad para reconstruir el presunto acoso a Lively y que ha empleado comunicaciones y mensajes ¡°privados de contexto¡± en un intento deliberado por confundir al lector, seg¨²n Variety.
Lively acus¨® p¨²blicamente a Baldoni de acosarla sexualmente durante el rodaje de Romper el c¨ªrculo, exitosa adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela superventas de Colleen Hoover, y orquestar sucesivamente una campa?a para desprestigiarla, justamente a ra¨ªz de sus declaraciones. Estos d¨ªas, la int¨¦rprete ha confirmado su versi¨®n a trav¨¦s de una acci¨®n legal contra el director y coprotagonista del filme ante los tribunales. Lively acusa a Baldoni y a parte del equipo del filme de poner en marcha ¡°un plan sofisticado¡± para cuestionar su reputaci¨®n como ¡°represalia¡± por hacer p¨²blicos los comportamientos sexuales inapropiados sucedidos durante la filmaci¨®n de la pel¨ªcula, como public¨® la revista The Hollywood Reporter. La demanda incluye m¨²ltiples mensajes de m¨®vil enviados por Baldoni, despu¨¦s de que se especulara durante meses con posibles tensiones entre los dos int¨¦rpretes, que no hicieron ning¨²n acto de promoci¨®n conjunta. ¡°Espero que mis acciones legales ayuden a destapar la cortina de estas siniestras t¨¢cticas vengativas para da?ar a la gente y ayuden a proteger a otras que puedan ser se?aladas¡±, asegur¨® Lively a The New York Times.
Un portavoz del diario estadounidense respondi¨® ante la demanda de Baldoni: ¡°El papel de una organizaci¨®n period¨ªstica independiente es seguir los hechos hacia donde llevan. Nuestra historia fue contada de forma meticulosa y responsaable. Se bas¨® en revisar miles de p¨¢ginas de documentos originales, incluidos los mensajes y correos electr¨®nicos que citamos de manera rigurosa y extensa en el art¨ªculo [...] Hasta la fecha, los estudios Wayfarer, Baldoni, los otros sujetos del art¨ªculo y sus representantes no han se?alado ni un solo error en el texto¡±.
La investigaci¨®n de The New York Times describe, a lo largo de m¨¢s de 4.000 palabras y con la firma de tres reporteros, el acoso del que fue v¨ªctima Lively a trav¨¦s de documentos internos, mensajes y frases como: ¡°[Baldoni] entr¨® en distintas ocasiones, y sin haber sido invitado, en su camerino cuando ella se encontraba desvestida o incluso amamantando¡±. El peri¨®dico relataba que en verano, cuando se estren¨® la pel¨ªcula, el productor Jamey Heath contrat¨® una empresa de gesti¨®n de crisis. Durante el rodaje, Lively hab¨ªa protestado porque dos hombres (el director y el productor) hicieron comentarios sexuales e inapropiados sobre ella. El estudio accedi¨® entonces a usar un coordinador de intimidad y contrat¨® a productores independientes para que hicieran de parapeto. En la demanda, Lively alega que aquella empresa de gesti¨®n de crisis fue contratada para desacreditarla y, a la vez, salvar el prestigio de dos hombres que siempre se mostraron p¨²blicamente como aliados del movimiento Me Too.
La demanda de Baldoni, sin embargo, plantea una versi¨®n radicalmente opuesta: sostiene que fue la propia actriz quien desat¨® una campa?a de desprestigio ¡°estrat¨¦gica y manipuladora¡±, utilizando ¡°acusaciones falsas de acoso sexual para asegurarse un control unilateral sobre todos los aspectos de la producci¨®n¡±. Los demandantes implican adem¨¢s al marido de Lively, el actor Ryan Reynolds: sostienen que se enfrent¨® agresivamente a Baldoni, acus¨¢ndole de comentarios gord¨®fobos contra Lively, y que maniobr¨® para que la agencia WME dejara de representar al cineasta, lo que efectivamente sucedi¨® el 22 de diciembre, aunque la compa?¨ªa asegur¨® que no recibi¨® ninguna presi¨®n de Reynolds o Lively.
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