?lvarez-Cascos responde

El ministro de Fomento, Francisco ?lvarez Cascos, envi¨® ayer la siguiente carta al director de EL PA?S:

'Muy se?or m¨ªo, en su edici¨®n del viernes, 10 de mayo, EL PA?S ha realizado una manipulaci¨®n inaceptable de las opiniones expresadas por m¨ª en el d¨ªa de ayer, a prop¨®sito de la fusi¨®n de V¨ªa Digital y Canal Sat¨¦lite, omitiendo, para materializar la operaci¨®n, partes sustanciales de mi testimonio con objeto de hacer creer a los lectores que me contradec¨ªa con otras declaraciones sobre el mismo asunto realizadas en 1997.

As¨ª, EL PA?S reproduce la siguiente declaraci¨®n que realic¨¦ en 1997 sobre la fusi¨®n de las plataformas digitales:

'Pensamos y seguimos pensando que el mercado audiovisual espa?ol aconseja el desarrollo de una plataforma ¨²nica. No es que eso sea una condici¨®n dogm¨¢tica, pero todos coinciden en que una plataforma en este caso es mejor que dos, sobre todo porque las plataformas son veh¨ªculos para competir, no instrumentos de competencia. En segundo lugar, que esa plataforma ¨²nica est¨¦ abierta a todos, est¨¦ abierta a todos los grupos que pueden aportar su tecnolog¨ªa o que pueden aportar su experiencia y su actividad en materia de contenidos informativos'.

A continuaci¨®n, EL PA?S a?ade que ayer sostuve una tesis exactamente contraria y para poder justificar esta afirmaci¨®n recurre a una selecci¨®n intencionada de frases y publica el siguiente extracto de mi declaraci¨®n:

'Los monopolios p¨²blicos son rechazables, y por eso no forman parte de la pol¨ªtica del Gobierno, pero los monopolios privados son insufribles. (...) El Servicio de Defensa de la Competencia tendr¨¢ mucho que decir tanto en el aspecto de monopolio para el uso de la plataforma tecnol¨®gica como para el monopolio del disfrute de los derechos de pago de los contenidos que forman parte de este acuerdo'.

De este modo, EL PA?S omite en su informaci¨®n la parte en la que yo repet¨ªa y recalcaba mis palabras de 1997 sobre la conveniencia de la existencia de un gran operador tecnol¨®gico con capacidad para dar canales sin discriminaci¨®n a todas las compa?¨ªas operadoras que quisieran dar servicio de televisi¨®n de pago a los ciudadanos. La parte de mi declaraci¨®n de ayer, deliberada y conscientemente mutilada por EL PA?S, es literalmente ¨¦sta:

'Yo he dicho desde el principio, desde el primer d¨ªa en que se plante¨® el desarrollo del modelo de televisi¨®n digital en Espa?a, que figura y figuraba en el Programa del PP del a?o 96, cuyo desarrollo impulsamos en la pasada legislatura, que lo deseable eran acuerdos para crear operadoras con capacidad para dar servicios, operadores tecnol¨®gicos para dar canales a todos y no duplicar canales. Y le pongo el ejemplo: lo ideal no es duplicar autopistas y autov¨ªas. Lo ideal es hacer una red que tenga carriles suficientes para que todos los ciudadanos viajeros y las empresas de transporte puedan circular por ellas. Eso produce una econom¨ªa de costes considerable. Y eso debe de ir acompa?ado de la libertad de operar facilitando canales el operador digital.

Le pongo otro ejemplo, porque en mi casa los tengo a centenares. ?Qu¨¦ tiene que hacer un aeropuerto en un sistema liberalizado? ?Cu¨¢l es el sistema? ?Que cada compa?¨ªa a¨¦rea tenga un aeropuerto? No. Que haya un aeropuerto que tenga capacidad para dar servicios a todas las compa?¨ªas que deseen aterrizar o despegar de ese aeropuerto. ?se es exactamente el modelo. Un gran aeropuerto tecnol¨®gico con capacidad para dar canales a todas la compa?¨ªas operadoras que quieran dar servicio de televisi¨®n a los ciudadanos, ganando dinero o no ganando dinero. Eso es ya el problema de la competencia'.

Es obvio que de mis palabras anteriores, es imposible deducir que exista discrepancia alguna entre las opiniones que manten¨ªa en 1997 y las expresadas ayer, sino todo lo contrario.

EL PA?S, utilizando una t¨¦cnica propia de inquisidores, carente de la m¨ªnima ¨¦tica y deontolog¨ªa profesional, ha tergiversado la verdad y ha ofrecido a sus lectores una informaci¨®n falsa que afecta a mi honor, a mi credibilidad y a mi dignidad personal, en mi condici¨®n de ministro del Gobierno de Espa?a'.