Glasgow para doce mil hinchas
El f¨²tbol dirige la vista hacia la vital ciudad escocesa
M¨¢s de 12.000 espa?oles, en su mayor¨ªa seguidores del Real Madrid, tendr¨¢n ocasi¨®n la semana que viene de experimentar la m¨ªstica de la Sagrada Familia de las brumas del norte, la Escuela de Arte de Glasgow, obra cumbre del arquitecto Charles Rennie Mackintosh.
Los aficionados del Madrid y del Bayer Leverkusen acudir¨¢n en procesi¨®n el d¨ªa 15 al distrito de Rutherglen, al sur de Glasgow, para presenciar la final de la Liga de Campeones en el estadio de Hampden Park. El escenario donde Di St¨¦fano, Puskas y Gento ganaron la quinta Copa de Europa en 1960, y que dio origen, seg¨²n los hinchas, al nacimiento de la leyenda del club, vuelve a convocarlos. Precisamente a esta ciudad de los confines de Europa que resucit¨® de la crisis de la industria tradicional, y que ahora renueva su vitalidad entre vestigios del mundo victoriano, barrios de piedra roja y pol¨ªgonos de 'sombr¨ªas f¨¢bricas sat¨¢nicas', como las defini¨® William Blake hace 200 a?os. La ciudad de Glasgow, fantasmal y parad¨®jica, sirve lo mismo para evocar la ¨¦poca heroica del f¨²tbol que para albergar la magia y la obra de Mackintosh, uno de los aut¨¦nticos precursores de la modernidad.
Determinante pero poco fruct¨ªfero, cuando Mackintosh muri¨®, en 1928, alcoh¨®lico a los 50 a?os, su obra arquitect¨®nica pod¨ªa visitarse en un d¨ªa. Se limitaba a a la sede social del Glasgow Herald, dos escuelas primarias, la escuela de arte de la ciudad, una iglesia, tres villas suburbanas y la decoraci¨®n de cuatro salones de t¨¦.
En el 167 de Renfrew Street se levanta la Escuela de Arte de Glasgow. No toma mucho tiempo trasladarse desde el centro comercial de la ciudad, en los alrededores del Royal Concert Hall. S¨®lo hay que andar cinco manzanas en l¨ªnea recta, por Killermont Street primero y luego por Renfrew Street, hacia el oeste, en direcci¨®n al antiguo barrio residencial de los industriales, o Barrio Mercante. Sobre la acera izquierda, casi inadvertido, se levanta este edificio misterioso, especie de acantilado de granito amarillo gris¨¢ceo, asim¨¦trico, cortado por ventanales que reflejan el cielo: m¨¢s de 22 metros cuadrados de vidriera en la fachada norte. Unas medidas revolucionarias en 1909, cuyo objeto fue iluminar los talleres de pintura.
La Escuela de Arte es un edificio p¨²blico. Cualquiera se confunde entre la multitud de alumnos que entran y salen de su portal art nouveau. La fachada y la verja de la entrada ponen de relieve la utilizaci¨®n masiva que hac¨ªa Mackintosh del hierro forjado, un recurso posible gracias a la habilidad de los millares de obreros metal¨²rgicos de los astilleros del Clyde.
Hasta la Primera Guerra Mundial, estos astilleros botaban m¨¢s barcos de metal que la producci¨®n combinada de Estados Unidos y Alemania. Jap¨®n fue uno de sus principales compradores y esta relaci¨®n comercial convirti¨® a Glasgow en la ciudad m¨¢s japonesa de Europa. La influencia se advierte en Mackintosh m¨¢s que en ning¨²n otro artista de su generaci¨®n, sobre todo en la decoraci¨®n de interiores. Su influencia ayud¨® a definir el estilo de la nueva burgues¨ªa local. La austeridad de los dise?os de inspiraci¨®n oriental, y una suerte de ascetismo chic, se contrapon¨ªan a las pestilencias, la desocupaci¨®n, el hambre, la prostituci¨®n y el alcoholismo, principales lacras de la ¨¦poca victoriana y eduardiana.
Burgues¨ªa ensimismada
A diferencia de Edimburgo, centro del poder pol¨ªtico escoc¨¦s, Glasgow padec¨ªa cierto complejo de inferioridad en 1900. Los problemas sociales estaban a la orden del d¨ªa y comenzaba a tomar forma la leyenda de ciudad dominada por el crimen y las mafias. La clase acomodada, aunque enriquecida por la industria y el comercio con Am¨¦rica, era muy reducida. Tend¨ªa al t¨¦ junto a la chimenea y, gracias a Mackintosh, se ensimismaba en un mundo blanco.
En su cr¨®nica de viajes, la francesa E. B. Kalas describe la casa de Mackintosh a principios del siglo pasado: 'En la ciudad considerable, accidentada, industrial, humeante y negra de Glasgow, en el segundo piso de una casa modesta. Sal¨®n blanco, de revestimientos blancos, de muros blancos, de techo blanco, de muebles blancos, guarnecidos de sat¨¦n blanco'.
La Escuela de Arte es el resultado de la misma reacci¨®n contra el holl¨ªn de la revoluci¨®n industrial. Se trata de una mezcla de castillo escoc¨¦s con retoques japonizantes, art nouveau y terminaciones escandinavas en la carpinter¨ªa. En su devoci¨®n exclusivista el arquitecto se ocup¨® de cada detalle. El dise?o de las sillas de roble negro, el reloj de la biblioteca, cada l¨¢mina en las l¨¢mparas el¨¦ctricas, todas originales, como el aire acondicionado. Desde la sala del consejo hasta la c¨¦lebre biblioteca, el paseo por el edificio transcurre entre la m¨ªstica celta y el funcionalismo pedag¨®gico. Metro a metro, nos ofrece una visi¨®n inquietante. As¨ª vislumbr¨® Mackintosh el futuro. As¨ª era el mundo hace un siglo.
GU?A PR?CTICA
- Prefijo telef¨®nico: 0044 141.
- British Airways (902 11 13 33). Desde Madrid, de lunes a viernes, y v¨ªa Londres, fines de semana y diario a Glasgow. Billete de ida y vuelta, 420 euros m¨¢s tasas.
- Charing Cross Guest House (332 25 03). 310 Renfrew Street. La doble, 70. - The Buchannan Hotel (332 72 84). 185 Buchannan Street. La doble, 108.
- 78 St. Vincent (248 78 78). 78 St. Vincent Street. Unos 17 euros.
- Glasgow School of Art (353 45 26). 167 Renfrew Street. - The Mackintosh House (330 54 31). Hunterian Art Gallery, University of Glasgow. Hillhead Street. - Glasgow Herald Building (The Lighthouse). Mackintosh Interpretation Center (225 84 13 y 225 84 14). 11 Mitchell Lane. Informaci¨®n sobre los 12 edificios proyectados por el arquitecto en Glasgow.
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