Sucedi¨® en el metro

A las 20.30 del d¨ªa 1 de mayo de 2002, en la estaci¨®n de Santiago Bernab¨¦u, vest¨ªbulo de Lima, una pareja de vigilantes jurados retuvo, a instancias de un viajero, y supongo que por ¨®rdenes de los responsables de seguridad de Metro, a cinco mujeres y pidi¨® la presencia de una dotaci¨®n del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, ya que el viajero afirmaba que esas mujeres le hab¨ªan robado la cartera.

Analicemos con m¨¢s detalle:

1. El viajero no aport¨® ninguna prueba de la acusaci¨®n que realizaba.

2. Los vigilantes tomaron los datos personales de las viajeras sin tener una certeza clara de que hubieran cometido alg¨²n delito.

3. A las 21.30, y debido a la larga espera, una de las mujeres perdi¨® el conocimiento, empez¨® a sangrar abundantemente por la nariz y a tener dificultades para respirar, por lo que los vigilantes llamaron al Samur.

4. A las 21.40 llam¨¦ al responsable de seguridad de Metro para exponerle mi disconformidad sobre el hecho de retener a esas mujeres m¨¢s de una hora, y me dijo que la actuaci¨®n de los vigilantes era la correcta de acuerdo con la ley.

5. A las 21.45, las otras mujeres, hartas de esperar, sacaron a la accidentada a la calle, momento en que lleg¨® el Samur para atenderla.

Durante el tiempo de este incidente, los alrededores del metro estaban llenos de polic¨ªas y hab¨ªa varias ambulancias del Samur.

Mi experiencia como trabajador de Metro me da pie para asegurar que para los responsables de seguridad de Metro todos los viajeros son culpables hasta que se demuestre lo contrario.