Servidumbres sin compensaci¨®n
El nuevo encuentro previsto para esta semana de los ministros de Asuntos Exteriores de Espa?a y Reino Unido, Josep Piqu¨¦ y Jack Straw, respectivamente, amenaza con limitarse a un contacto m¨¢s entre ambos mandatarios sin resultado inmediato alguno que presentar ante la opini¨®n p¨²blica. Las ¨²ltimas diferencias surgidas en el seno del Gobierno brit¨¢nico sobre el destino final de la base enclavada en la colonia vuelven a poner de manifiesto la servidumbre que en materia de Defensa est¨¢ dispuesta a soportar Andaluc¨ªa, toda vez que Espa?a se muestra favorable a encontrar una f¨®rmula que garantice la continuidad en el tiempo de esta otra presencia militar extranjera en suelo andaluz que habr¨¢ que unir a las ya existentes de las bases de Rota y Mor¨®n.
Conforme a los dictados de la Uni¨®n Europea, en ese proceso negociador entre los dos pa¨ªses se debe contemplar un importante paquete de ayudas para la comarca campogibraltare?a y el propio Pe?¨®n. Un conjunto de medidas inversoras que deber¨ªa incorporar tambi¨¦n el hecho nada desde?able de que Andaluc¨ªa albergue a las tres instalaciones militares de mayor valor estrat¨¦gico de la pen¨ªnsula y del sur del continente europeo. Sin embargo, hasta ahora la actitud de la Administraci¨®n espa?ola en particular no pasa, precisamente, por realizar un reconocimiento expreso de esta condici¨®n sino todo lo contrario. No hay compensaci¨®n que valga. Sin ir m¨¢s lejos, de cada 100 pesetas que invierte el Estado espa?ol en la provincia de C¨¢diz, unas 65 se dedican a Defensa. Y as¨ª nos va, porque, para colmo, a la hora de revertir beneficios este departamento a los municipios en donde se asientan sus unidades, se muestra m¨¢s que cicatero. Son incontables los casos en los que este ministerio aparece como un organismo meramente especulador, que contribuye a subir descaradamente el precio del suelo al sacar a subasta p¨²blica importantes superficies de terreno ya sin uso castrense alguno.
Ahora que las autoridades se lamentan de la falta de concienciaci¨®n ciudadana sobre la labor de nuestras Fuerzas Armadas, circunstancia que contribuye a que fracase estrepitosamente la campa?a de captaci¨®n de soldados profesionales, bien podr¨ªan comenzar para luchar contra esta adversidad por lavar su imagen y ofrecer un perfil m¨¢s amable y positivo a trav¨¦s de una franca colaboraci¨®n con las instituciones m¨¢s cercanas al contribuyente, como son los ayuntamientos, actuando de una forma razonable en aquellos asuntos en los que confluyen los intereses de unos y otros. Es por eso que no deber¨ªan echar en saco roto la resoluci¨®n que se prepara en estos d¨ªas en el Parlamento andaluz reclamando todos los grupos pol¨ªticos, excepto el PP, un tratamiento justo no ya para los ayuntamientos en cuyos t¨¦rminos se sit¨²an las bases sino tambi¨¦n para los trabajadores empleados en ellas, colectivos que mantienen abiertos de forma permanente conflictos laborales a¨²n sin solucionar.
De la C¨¢mara saldr¨¢, igualmente, todo un varapalo al diputado del PP por C¨®rdoba Rafael Merino quien, a fin de cuentas, ha tenido la virtud de decir en voz alta lo que piensa todo el mundo, esto es, que no se transfieren las Pol¨ªticas Activas de Empleo debido a que en Andaluc¨ªa gobiernan los socialistas. Ser¨¢ un pronunciamiento institucional del Parlamento andaluz, por medio de su Comisi¨®n de Coordinaci¨®n y R¨¦gimen de las Administraciones P¨²blicas, que vendr¨¢ a interpretar sus palabras como un atentado a la autonom¨ªa de nuestra comunidad, ya que se niegan de forma arbitraria unas competencias que le pertenecen y que, adem¨¢s, fueron reclamadas por todos los grupos, incluido el PP. Una iniciativa, desde luego que singular y grave, que no gusta nada a los populares metidos de lleno como est¨¢n en la operaci¨®n de salvamento del propio Merino, seriamente cuestionado por la direcci¨®n de su partido en C¨®rdoba, encabezado por su presidente provincial, Enrique Bellido, al que le quedan dos telediarios, ya que ha osado enfrentarse al secretario general del PP, Javier Arenas.
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